La mañana amaneció apagada y nublada, un chico castaño comenzaba abrir sus párpados para comenzar un nuevo día. Tomo sus anteojos de una pequeña mesita de cristal al lado de su cama y decidió levantarse descalzo. Era sábado hací que el joven fue directo a la cocina para desayunar, su madre era la mejor cocinera del mundo(Para él) y su padre un excelente hombre. En pocas palabras la vida del chico era normal, tranquila, llena de amor y paz. Aunque no todo era perfecto, su madre era descuidada con él y su padre viajaba mucho, el cuento aveces era feliz y aveces pésimo.
—Buenos días Malcom..—saludo su madre Amanda muy alegre como casi siempre—.
—Buenos días hijo..—hablo el padre de Malcom. Charlie el gran abogado—.
—Buenos días..—saludo a ambos familiares—.
El desayuno fue servido y ningún comentario salio mientras comían. De pronto una llamada interrumpió al padre, este rápidamente salio del comedor para contestar.
—Disculpen..—dijo Charlie antes de salir—.
Malcom y su madre Amanda quedaron solos desayunando. Malcom supo que algo no estaba bien y decidió preguntar algo sin rodeos.
—¿Se volverán a ir de viaje?..—Malcom pregunto y su madre lo miro con tristeza—.
—Tú padre tiene que ir a Italia, no quiere ir solo..—.
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Advertencia.
RomanceMiraba el espejo roto de mi cuarto, lo rompí con mi puño, no sentí el ardor de mi mano. -Conocí al sujeto hace mucho tiempo atrás.. -. La luna entro por mi ventana, ilumino mis ojos avellana y cerré las persianas con mucho coraje. Me dejo solo y ni...