El Rey De La Tormenta

El Comienzo

Toda historia tiene un comienzo, la travesía de una persona importante, el descubrimiento de un gran doctor, una cura por ejemplo, y a veces las dos... Todo comienza en una ciudad común a simple vista pero si se da un vistazo más se puede ver su gran potencial.

-Solo necesito colocar esto, tal vez hacer esto y...- un doctor miraría una libreta de apuntes y su microscopio.

-solo necesito una pieza más para lograr regeneración celular... Con esto se salvarán millones de vidas- al asomarse nuevamente al microscopio miraría a las células multiplicarse y fusionarse para lo que el doctor miraría entusiasmado. -no puede ser... ¿Sera posible? Este es el mayor descubrimiento de todos los tiempos... Necesito probarlo de inmediato- tomaría la formula y apurado la empezaría a hacer un suero para luego colocar tal suero en una jeringa.

-por favor... Funciona- tomaría una rata de laboratorio, haría un corte en su espalda cuidadosamente solo para rasgar su piel mientras se escuchaba el chillar de esta

-perdóname...- sujetaría está herida para evitar que la rata se desangre y de inmediato inyectaría el suero en esta mientras sigue intentando que la rata no se mueva, de repente la herida empezaría a cerrarse por sí sola sin dejar cicatriz alguna.

-¡Funciona!- diría emocionado y dejaría la rata en una jaula y seguiría con sus investigaciones. Mientras tanto en otra parte de la ciudad tenemos a nuestro amigo Erick Rogers este es un chico común y corriente, tiene su vida escolar, su vida en casa pero la parte interesante de la vida de Erick son sus pasatiempos.

-regreso al rato familia- diría este chico despidiéndose de su familia mientras salía de su casa a la ciudad, tomaría su bicicleta y empezaría a digerirse a la ciudad. -bueno creo que ir a la biblioteca todos los días me gusta- dejaría su bicicleta a las afueras de una biblioteca y la ataría con una cadena.

-bueno empecemos- este correría entusiasmado a un callejón a lado de la biblioteca y saltaría hacia unos barrotes para empezar a subir el muro sobre los que estos estaban fijos, se impulsaría por las orillas de las ventanas y saludaría a los dueños de esos lugares, uno de ellos se asomaría por una ventana para gritarle.

-hey Erick, no vayas a causar problemas haya arriba, y sobre todo ¡no vayas a caerte!- diría una señora con un tono tranquilo ya que Erick hacia esto todos los días y ésta siempre le decía lo mismo. -no se preocupe Sra Marcle- este terminaría de subir por el muro ágilmente para subirse a los techos y ver todo el alrededor -veamos que tanto eh mejorado- se diría a sí mismo para correr hacia el límite del techo.
Este daría un salto hacia otro edificio pasando sobre estos con una gran rapidez y facilidad se verían a los vecinos encender las luces de sus casas y algunos asomarse a los techos mientras Erick seguía con su camino.

En poco tiempo a los oídos de los oficiales que había un ladrón saltando de techo en techo, aunque claramente él no tenía intenciones de robar, y para esto una patrulla estaría conduciendo cerca de donde pasaba Erick sin que éste se percatara de esto último, se pararía en la parte superior de un cartel de una bebida energética y miraría el sol ponerse mientras estaba parado con sus brazos extendidos sintiendo los últimos rayos de sol en su rostro antes de que se oculte en su totalidad.

-adoro hacer esto- diría mientras sonreía para mirar la ciudad y sus luces nocturnas mientras escucharía una voz gritarle a lo que él miraría extrañado.

-¡Hay chico baja de ahí ahora mismo!- diría un oficial bajando de su auto mirando con los brazos cruzados a Erick. -Te acabo de dar una orden, ¿no me has escuchado?- Diría un oficial nuevamente en un tono más seco y serio.

-No estoy haciendo nada oficial, así que me quedare aquí arriba- diría Erick sentándose sobre el cartel mirando a los oficiales con una sonrisa burlona.