"En todo este tiempo, no quise ni admitirme a mí misma lo mucho que lo había necesitado"
Segunda historia corta de la SAGA 4 Seasons ( 4 Estaciones), centrada en Yoongi.
⚠️Historias cortas que se conectan entre sí, leer en este orden según se vayan...
Volvía a casa después de una larga mañana recolectando información para el nuevo artículo que tenía que escribir. Estar haciendo las prácticas de periodismo en una de las mejores revistas de la ciudad era increíble, pero ser la becaria novata en un lugar así era sinónimo de convertirte en la chica de los recados de todos los empleados.
Eran las nueve, así que tenía menos de una hora para arreglarme y salir disparada hacia el restaurante donde iba a cenar con mis amigas. En pocas horas entraríamos en un nuevo año y esperaba celebrarlo por todo lo alto.
Me interné en mi edificio y vi que las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse. Vivía en un séptimo piso y no estaba dispuesta a subir por la escalera y tampoco podía permitirme el lujo de perder un solo minuto, así que me apresuré y logré parar las puertas. Suspiré aliviada, pero en cuanto vi a la persona que se encontraba dentro de ese ascensor, lamenté no haber subido siete pisos a pie.
Min Yoongi.
Mierda. Pensé para mis adentros.
- Hola. - dije mientras entraba y pulsaba el botón de la séptima planta, situándome en la esquina contraria y dando gracias al cielo de que el ascensor fuera de los grandes.
- Hola. - respondió con su habitual tono de voz grave y seco.
No sabía lo que él estaba sintiendo en estos momentos, pero yo notaba la tensión en cada parte de mi cuerpo. Y lo peor era que él vivía en la octava planta, así que no me quedaba más remedio que aguantar la incomodidad en ese lento ascensor.
Como era normal, no mediamos palabra en todo la subida y agradecí el momento en el que llegamos al séptimo piso. Salí del ascensor mientras inclinaba mi cabeza a modo de despedida, a lo que él respondió con el mismo gesto. En cuanto las puertas volvieron a cerrarse pude soltar el aire que había estado conteniendo. No estaba preparada para tenerlo cara a cara y en un cubículo tan pequeño.
Min Yoongi y yo habíamos sido los mejores amigos, pero todo cambió de la noche a la mañana.
Yo pasé de sentir amistad a enamorarme inconscientemente de él. Él me besó un día sin explicación alguna, para salir huyendo segundos después. Aunque quise hablarlo y quizás confesarle mis sentimientos, él solo me evitó y me dijo que olvidara lo que había pasado. No volvimos a la normalidad y días después a todo lo sucedido empezó a salir con una de las chicas del instituto. Quedé destrozada. No solo tuve que encerrar mis sentimientos en el rincón más oscuro de mi interior, sino que además, perdí a mí mejor amigo. Yo empecé a salir con otro chico del instituto para intentar curar mis heridas y nunca más volvimos a acercarnos el uno al otro.
En estos últimos cuatro años, a pesar de ser vecinos, habían sido escasas las ocasiones en que nos habíamos cruzado y nunca como hoy. Eso era algo que no me extrañaba, conociendo lo poco que acostumbraba a salir Yoongi de casa.
En estos momentos lo único que sabía de su vida era que trabajaba en una librería algo oscura y tétrica y que seguía componiendo. El sonido de su piano que llegaba hasta mi piso con hermosas melodías, demostraba que aún intentaba cumplir su sueño como compositor. Y eso en el fondo, me alegraba muchísimo.
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No me detuve mucho más tiempo a darle vueltas al asunto, ese encuentro no me iba a fastidiar la noche. Así que empecé a arreglarme y después de una ducha y una sesión de mimos estaba lista.
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