After

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Después de haber terminado el broadcast de Radio Star, por la noche, los chicos estaban todos en el van, regresando a su empresa para coger sus proprio coches. Kyuhyun estaba nervioso. No escuchaba nada de lo que el manager estaba diciendo y que Leeteuk repetía a los demás para hacérselo entrar mejor en la cabeza. La única cosa a la que pensaba era a sí mismo, durante el broadcast, sentado sobre las piernas de Yesung.

Por toda la durada de las tomas, no había hecho más que pensar a cuanto le había gustado estar ahí arriba. “Es un milagro que no me haya arrojado a él”, continuaba a repetirse mentalmente mientras miraba a Yesung.

“Kyu, ¿hay algún problema?” Preguntó el pelinegro mirando al maknae que tenía la mirada fija en frente a él, como si estuviera contemplando algo. Un escalofrío le recorrió la espalda al solo pensar que pudiera estar mirándolo a él.

“¿Uh? ¿Qué?”

“Que te preguntó que qué tienes”, repitió Heechul, mirando de reojo al más joven y riendo sarcásticamente por la lentitud de los cerebros de sus dos compañeros. “Ah, estás un poco rojo en la cara… ¿Tienes calor?”

Kyuhyun no entendió las preguntas, ni del uno ni del otro. Ya estaba perdido en su mundo y nada o nadie habría podido bajarlo de las nubes. Excepto Ryeowook con su voz aguda.

“Yah, Cho Kyuhyun. ¿Acaban de decirme que andas con la cabeza por las nubes?” Chilló Ryeowook. Estaba en video llamada con Leeteuk y en ese momento estaba mandando miradas asesinas al maknae.

“Uh, em… No”, respondió asustado.

El eterno maknae lo miró un poco de reojo antes de mirar a Siwon. “Y tú. ¿Qué es esta historia que soy tu acérrimo enemigo? ¿Quieres eliminar mi reputación de angelito?”

El chico mayor se sorprendió porque no se esperaba que Leeteuk habría llamado a Ryeowook, contándole todo. “Solo bromeaba, Wookie-ah. ¿Cómo podría dañar tu reputación?”

Los demás chicos se quedaron un momento en silencio antes de estallar en risas. Tal vez las fan no lo sabían y solo podían sacar teorías, pero Ryeowook era despótico y si se enojaba, eran problemas para todos. Ryeowook los miró enojado y luego, acordándose que los demás eran sus mejores amigos, casi hermanos, se rió también él.

Cuando llegaron a la empresa, uno de ellos propuso ir a comer juntos pero Leeteuk, severo cuando era necesario, recordó a todos que el día siguiente tenían otros compromisos y que ese era un período muy duro para ellos como debían que promover “Devil” y mientras tanto llevar adelante sus carreras individuales.

Cuando todos los chicos de Super Junior subieron a sus coches, Kyuhyun realizó que él no había ido a la empresa con su automóvil, sino con el taxi y los demás ya se habían ido. Tenía por delante una larga caminata, lo sabía, y por eso se encaminó en la dirección donde se encontraba su apartamento sin darse cuenta que un coche lo estaba siguiendo hasta que este no se le acercó.

“Hey bonita, ¿qué haces caminando a estas horas de la noche por la calle?” Dijo Yesung desde el coche.

“Hyung, me diste un susto”, exclamó el más joven.

“Dale Kyuhyun, sube al auto. Te llevo a tu casa.”

El minor no se lo hizo repetir y abrió la puerta del pasajero, tumbándose sobre el asiento. “Hoy estoy de suerte”, pensó Kyuhyun abrochándose el cinturón de seguridad, “antes estaba sentado encima suyo y ahora a su lado.” El más bajo de los dos le sonrió y puso en marcha, escuchando las direcciones que de vez en cuando le daba el más joven porque no se recordaba donde vivía.

Dos cervezas... y másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora