No sabía qué hacer en esos momentos, así que solo observo hacia la puerta, el mareo no le dejaba avanzar mucho, así que prefirió volver a sentarse en la cama de nuevo, su cabeza vendada le picaba un poco, así que solo se quedó ahí mirando hacia la puerta, esperando a que el joven volviera; a todo esto, el lugar parecía demasiado limpio, acaso los sirvientes eran buenos en ese lugar, la cama parecía estar muy limpia, todo el lugar parecía que todos los días se limpiaba, a diferencia del castillo real que quedaba en medio de la plaza principal, el cual aunque contaba con todo los servicios de limpieza, aun así se veía restos de ropa sucia o algo sucio en algún lugar.
Escucho de nuevo los pasos, y luego como se detenía, ahora que pensaba mejor, solo había él, no había nadie más, o no se escuchaba los pasos de alguien más por esos pasillos, luego solo vio que el chico entro mirando al piso para luego decirle, — Si quieres puedes dormir ahí, o si no, puedes ir a dormir a unos de los cuartos principales, son más grandes y las camas son más cómodas. — Con esas palabras pudo saber un poco más, aunque luego vio la cara que puso, que parecía que se estaba empezando a enojarse — Ya dime de una vez — Se cruzó de brazos, demostrando que no tenía paciencia alguna.
Aunque parecía ser alguien que no tenía paciencia, se quedó ahí esperando alguna respuesta — ¿Por qué? — Fueron las únicas cuestiones que dio. — Acaso no hay nadie más aquí — Las palabras eran las mismas con la que utilizaba para todos, y quizás hoy tampoco sería la excepción, después de todo estaba en frente de un chico que no parecía importarle nada, pero al mismo tiempo si, había otra intención o solo trataba de ser amable con tan poco.
Miro a la ventana por un momento para luego decir — Solo soy amable — Pronunció como si pudiera saber lo que pensaba o también como si tuviera experiencia en varios temas a tan corta edad — Y bien, te quedas aquí o te vas al otro cuarto — Fue lo que le dijo. Manuel por su parte pensó, no solo le dio curiosidad de ver todo ese lugar, sino que también quería saber que tan grande era el otro cuarto.
Asintió y respondió — Quiero ver el otro cuarto — A lo que el joven asintió, para luego hacerle señas de malas ganas, a que le siguiera. Sus pasos eran lentos, para evitar aquel dolor de cabeza que le producía el golpe que él se dio contra el árbol, al salir del pasillo noto a lo lejos unas escaleras amplias muy elegantes, aunque también con la mirada buscaba algún rastro de otra persona, pero era como si todos desaparecen o nunca estuvieron ahí, quizás era su imaginación y todo esto era producto de su mente que le haría parecer que nadie existía ahí, porque díganme, quien vive solo en un casa enorme la cual parece estar brillante de tanta pulcritud; mientras caminaba observo un cuadro en donde aparecía un hombre, aquel que vio en el cuadro que el joven le mostro, su padre al lado de un hombre aun mayor, supuso que era su abuelo, así que con la "confianza" que ahora se tenían pregunto — ¿Aquél hombre mayor? — Dijo evitando decir anciano — Es tu abuelo — Espero que el otro responda.
Se detuvo, y miro el cuadro para luego solo asentir y seguir caminando, cuán lejos quedaba ese cuarto, acaso estaba al otro lado, pasaron por varios pasillos y el silencio era roto por los pasos que ambos daban, la botas de cuero pesadas y los zapatos de brilloso con toque elegante al caminar, fue hasta que ese silencio fue roto — De este cuarto podrás ver dónde vives, espero y te recuperes rápido, no recibo visitas muy a menudo — Fueron las palabras algo frías del joven, que miraba hacia delante todo el tiempo, caminando y al fin llegando al destino — Este cuarto es uno de los principales, espero te guste, te traeré la cena dentro de un par de horas — Dijo, para luego volver a perderse en los pasillo, para Manuel la actitud del chico era extraña, parecía cambiar de carácter a cada momento.
Al girar la perilla, noto que era cierto, era aún mucho más grande que el anterior, el techo era alto y la cama igual de limpia, pero hasta el momento no había visto a nadie más, será que estaba soñando o pasaba cosas raras algo no muy entendibles. Prefirió dejar de preguntarse cosas y volver a lo que estaba antes, husmear que había en aquel cuarto, lo primero que noto era un cuadro aún más grande que antes, donde se veía a un hombre muy joven al lado de un niño, el cual era cargado en los brazos de una mujer joven, solo que no reconocía a nadie, quienes eran ellos, y porque parecía que estos no se sabía de su existencia. Hubiera seguido husmeando por no ser porque escucho de nuevo los pasos, y miro hacia la puerta esperando que alguien entrara, el mismo joven que ahora parecía sumido en sus pensamientos propios y se detuvo al ver que le estaban observando.
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A una vampire
VampireNo sé si eso fue mala o buena suerte, pero de que afecto mi vida lo hizo, paso de un momento a otro, quizás solo fue obra del destino, o quizás no, pero si existe entonces para que quería que eso me sucediera, nunca lo sabré. Pero ya no te quiero l...