Parte Única.

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Los leves rayos del sol detrás de las nubes grises pegaron débilmente en su rostro al salir de la tienda, anunciando que el sol estaba por salir. Jungkook hizo una mueca de disgusto. Él prefería los días nublados con aquel exquisito viento acariciando su rostro, pero a su hermano menor le agradaban los días soleados. Sonrió al recordar un pequeño detalle como ese.

Acomodó su gorra y comenzó a caminar rápidamente hacía su hogar. Su hermano probablemente estaría esperándolo enojado por no haberle avisado que saldría, pero Jungkook siempre intentaba sorprenderlo cada vez que recibía su salario. Siempre lo primero que compraba era algo para Jimin, ya sea ropa, comida o algún accesorio. Jimin lo regañaba por ello, no le gustaba que Jungkook gastara su dinero en él, pero lo que menos le importaba a Jungkook era el dinero. Le gustaba ver sonreír a su hermano, amaba su sonrisa más que a nada en el mundo.

Todos creerían que el aprecio que le demostraba era algo simple, solo un "Amor de hermanos" como todos, pero lamentablemente no era así. Jungkook se había enamorado de su hermano de una manera que va más allá del amor fraternal. Se odiaba por amar de esa manera a la única familia que tenía en su vida. Había tratado de alejar aquel sentimiento, pero cada día que pasaba se enamoraba un poco más. Jimin era como su ángel, siempre estuvo ahí para él incluso cuando sus padres lo exiliaron de su residencia.

Jimin quiso seguirlo. Se escapó días después para vivir junto a él en su departamento. No era para muchas personas, por lo tanto, no había muchas habitaciones. Ambos dormían juntos mientras daban sus pequeñas charlas de medianoche.

Era muy difícil para Jungkook ocultar todo lo que sentía. Más cuando su hermano amaba a otra persona.

Un día, Jimin llegó con un chico tomados de la mano, sonriendo tan dulcemente que para el mayor fue inevitable no sentir una punzada en su pecho al saber que aquella felicidad estaba siendo entregada por otra persona que no era él. No podía imaginarlo, pero de todas formas ya era una realidad.

No pudo seguir tantos minutos encerrado junto a ellos, así que dio la excusa que saldría con unos amigos. Jimin insistió con la mirada que se quedara, sabía que cuando su hermano mayor actuaba así era porque algo le había desagradado. Odiaba mentirle, pero Jungkook solo negó con su cabeza diciendo que llegaría pronto.

Cuando logró salir del edificio, las lágrimas no se molestaron en aparecer. Jungkook nunca había llorado por nadie que no fuera su hermano. Él era la única persona que tenía todos sus sentimientos aún sin ser correspondidos. Esa noche bebió a más no poder hasta regresar en madrugada. Jimin no le gritó, Jimin se había preocupado por su culpa, pero lo único que hizo fue abrazarlo inocentemente. Sentir sus brazos rodeándole y sus pequeñas manos en contacto con su espalda, era todo lo que necesitaba en ese momento.

— No vuelvas a hacer nunca más esto, Kookie. No me gusta que llegues tarde, pienso que pudiste haberte metido en una pelea. No quiero que llegues lastimado, por favor... — Jimin abrazó con fuerzas a Jungkook, subiendo sus pies descalzos en sus zapatos para tener un poco más de altura.

— Te prometo que no lo haré nunca más, bebé... lo siento por preocuparte. — Jimin rió por el apodo. Golpeó suavemente en el brazo del mayor y ambos rieron.


[...]

Jungkook observaba el tranquilo ambiente a su alrededor. Era extraño que no hubiera tantas personas por ese sector, tal vez tenían una vida más interesante que la suya. Decidió pasar por un pequeño parque con grandes árboles y algunos juegos en mal estado. El lugar podía ser lo bastante pobre, pero muchos niños sonreían. Jimin también sonreía cuando ambos pasaban por ahí. Se habían tomado fotos juntos en ese lugar muchas veces y jugaban como si fueran los pequeños hermanos Jeon de nuevo.

GARDENIA : 兄弟 KMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora