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// capítulo 22

Eleanor abrió los ojos sorprendida, bueno, no era nada comparada con Jay y Lottie. Resumiendo, ninguno de los de la mesa podrían siquiera igualar a Louis. Exagerando, su boca chocaba con el piso y su cara podía igualarse a la de un tomate sin problema.

Harry sujetaba muy fuerte la mano de Louis, sin temor de todos los ojos puestos sobre él.

"Y-yo..." comenzó Eleanor.

"Mejor que lo dejes en paz, él es mío ¿entiendes?" le dije desafiante el rizado.

"S-sí, e-entiendo" tartamudeó la castaña.

"Disculpen" mencionó Harry a los presentes mientras que carraspeaba incómodo, dándose cuenta de lo que había hecho. Tomó a Louis y se lo llevó fuera de la casa.

Ya fuera, Louis lo miraba rojo, con una ceja encarnada y una sonrisa pícara.

"Harry Styles celoso" dijo Louis cómico "quien lo diría, ¿Verdad? Sorprendente"

"No estoy celoso, agradece que te salvé de esa loca. Si no fuera por mí, ya se te hubiera tirado encima, créeme, bebé" dijo tapándose la boca al instante por la última palabra "D-digo..."

"Creo que las cenas te hacen muy sensible y tierno" dijo juguetón "me gusta eso" confesó tomando la mano del rizado.

Y tenía que admitirlo, Harry ahora podría decir que estaba realmente loco por Louis Tomlinson, por todo lo que venía con él. Su forma de ser única, su cara hecha por dioses. Lo traía realmente tarado y no se arrepentía.

"¡Hey!" llamó Louis tratando de llamar su atención. Harry tuvo un trance pensando en Louis, nunca le había pasado siquiera con su anterior novio.

"Perdón, soy muy distraído" confesó, pero a la vez mintió, no iba a decirle que se distrajo pensando en las cualidades de él.

Louis vio de lejos un banquito que su mamá utilizaba para arreglar algunas cosas del jardín. Rápido fue a tomarlo y lo posicionó algo cerca del rizado, eso no lo supo hasta que se subió en él y sus caras quedaron a centímetros.

El ambiente, en vez de tensarse, se relajó. El rizado rió por las mejillas y nariz del castaño, tan tiernas pues paraban de un color carmín todo el tiempo, más en invierno.

"Harry..." susurró Louis viendo los ojos verdes del rizado. Este cerró los ojos.

"Oh..." dijo Harry sabiendo lo que vendría, y no, esta vez no se opondría su vida interna, esta vez se dejaría querer en mucho tiempo "A la mierda, bésame ya, tonto" dijo tomando las mejillas de Louis.

Atrapó los labios del más bajo, que ahora estaba un poco más alto, aún así no del tamaño de Harry. Sujetaba sus caderas con delicadeza mientras sus bocas encajaban perfectamente y se movían al compás. Se sentían completos.

No querían separarse.

[...]