Solo tuya [short story]✒δϊαβoℓϊκ Lοvεгѕ- A/U

2[~consagrandome a ti]

       

      Aclaración: Narración en primera persona.

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~Sólo Tuya~

Capítulo 2:

Consagrándome a ti

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El silencio reinaba como siempre a esas altas horas de la noche, lo único que podía escuchar era el canto de los grillos, aquella melodía que siempre rompía con el eterno callar del manto nocturno.

Anteriormente tanto silencio me pondría los nervios de punta y me haría sentir completamente aterrada, esperando con ansia el amanecer para poder descansar tranquilamente, como todo ser humano.

Pero... ahora todo era distinto, ya no era una humana común y corriente.

O al menos... no a partir de esta noche. Ya que hoy... era el día en que Ayato-kun, la nueva cabeza de la familia, y yo...

— ¿Está bien que no vayamos hacia el vestíbulo? —pregunté.

— Ya te dije que está bien —me respondió con cansancio—. No me gustan ese tipo de cosas tan molestas.

Parpadeo levemente ante su respuesta— Lo sé, pero... ¿No se molestarán por tener que esperar...?

Ante mi cuestionamiento, Ayato-kun no puede evitar soltar aquella risa que lo caracterizaba— Tonta... Recuerda que ahora no hay quien se pueda llegar a atrever a ir en contra de mi palabra —dice con esa típica sonrisa de superioridad—. Soy el vampiro más fuerte del mundo, y todo es gracias a ti... —me mira, suavizando un poco su expresión.

Oh Ayato-kun, por favor no... cuando me miras así, simplemente no puedo resistirme. No tengo la fuerza para ir contra ti... El momento en que me dedicas aquella mirada es el instante en que me pierdo por completo... Y eso es algo que tú sabes perfectamente bien.

Y aún así te aprovechas de eso.

Pero a pesar de tener la enorme necesidad de rodearlo con mis brazos pude contenerme, tenía que demostrarle que... podía soportar aquella dulce mirada que pocas veces mostraba.

Tenía que hacerlo, debía darme a respetar.

Tan inmersa estaba en mis pensamientos, que es después de unos cuantos segundos que me doy cuenta de que Ayato-kun reposó su cabeza en mi hombro. Algo que comúnmente no hacía...

— Oye Yui, haz eso que siempre haces...

— ¿Eh...? —le pregunto confundida.

Señala su cabello con su dedo índice— Eso que haces cuando acaricias mi cabello...

Oh, ya sé a qué se refiere. Sonrío, le acaricio la cabeza y me río internamente por aquella acción. Je, Ayato-kun, aún cuando eres la cabeza de esta poderosa familia de vampiros, sigues siendo un pequeño niño en busca de amor, de cariño y comprensión... Ese que tu madre nunca te pudo dar...

Y hablando de ella...

— Oye, Ayato-kun...

— ¿Hm...?

Dudo un poco, pero aún así me armo de valor y hablo— El latido de mi corazón... ¿No te desagrada? Con eso de que es el mismo que el de tu madre —le comento con temor—. Según recuerdo... la odiabas al punto de querer matarla... ¿no?