*pequeña nota de la autora: Este relato utiliza varias clases de narrador, apartir de un momento cambia, pero esto es solo con el fin de darle encanto al texto.
PDT: Es el primer escrito que subo a esta plataforma, espero lo disfruten y estaré revisando en los comentarios si les gusta publicaré la segunda parte.
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LA CHICA DE CABELLO PLATEADO
Solía levantarme en la madrugada a ver que me encontraba, me parecía que la noche tenía algo secretamente encantador, algo misterioso e indescifrable. A veces solo me sentaba a mirar por la ventana de mi casa, solo ahí a observar la oscuridad impenetrable del cielo. Otras veces solo sacaba un libro e iba a la terraza de mi casa y me ponía a leer hasta que saliera el sol. Nunca me consideré una mujer de día, aunque podía hacer varias actividades antes de que el sol se ocultara, era en la noche cuando hacía lo que en realidad me llenaba el alma. Mi madre decía que yo era una lunática, que seguramente la luna me había afectado la cabeza y que por lo tanto solo podía hacer las cosas en las noches.
En esa ocasión pude percibirlo desde que me levanté a las 12, algo en el aire, algo indescifrable y que yo simplemente no podía entender. No sentí deseos de ver la luna y de leer, mucho menos de robar comida en el refrigerador, solo me quedé ahí estática y pensando en todo y en nada. Aquella extraña noche el tiempo parecía correr de manera diferente. Pasadas más o menos 2 horas me decidí a levantarme e ir a la terraza, cuando estuve arriba me senté de manera descomplicada, enrollé en una cobija de lana mi cuerpo y me quedé ahí.***
Corría sin parar, corría con desesperación y con una angustia estampada en el rostro cuando de pronto la vi ahí abajo en la puerta de mi casa gritando mi nombre: ¡Pilar!, ¡Pilar! – al principio me pareció que yo estaba alucinando, hasta por un segundo llegué a considerar que era cierto todas esas historias que mi mamá me contaba, aquellas sobre los rayos de la luna que vuelven locas a la personas, pero deseché esta idea al instante, cuando aquella extraña chica de cabellos plateados gritó por tercera vez mi nombre.
Lo decía tan natural, como si me conociera de una vida y eso me asustaba, el sonido era real, su voz era extraña, casi robótica. Después de cinco largos llamados reaccioné y decidí bajar a ver qué ocurría con esta chica, es decir eran las tres de la mañana y ella gritaba a todo pulmón mi nombre o quizás eran susurros… la verdad no lo sé, no puedo recordarlo, algunos recuerdos de esa noche a veces me parecen borrosos; Mientras abría la puerta de mi casa algo pareció caerse en mi cuarto, pero no presté demasiada atención a esto y solo seguí, cerré la puerta detrás de mí y metí las llaves en el bolsillo de mi desgastada pijama. Caminé por el pasillo y giré a la derecha para bajar por las escaleras de madera, madera vieja que rechinaba bajo mis pies. En eso las llaves se deslizaron por un agujero que tiene mi pijama, cayendo así en uno de los escalones. Me detuve a recogerlas, al hacer esto una luz apareció en el escalón de al frente. Me quedé sin aliento, no sé cuánto tiempo estuve ahí observando aquella nítida luz, solo sé que los gritos de mi misteriosa visitante me sacaron del trance y volví a fijar mi atención en el anterior objetivo, al hacer esto la luz se esfumó dejando los escalones en total penumbra. Bajé rápidamente e introduje la llave en la puerta, le di la vuelta lentamente, mi corazón latía fuerte, en ese momento sentí miedo y me recorrió el cuerpo una sensación de querer volver a mi cuarto, sabía que había cometido un error… ¿o quizás no?
***
Con bastante recelo abrí la pesada puerta de hierro, al hacer esto vi ante mí a una chica con una mata abundante de cabello plateado, era muy blanca, sus ojos eran de color violeta y llevaba puesta una capa negra que le posaba sobre los hombros.
Me quedé espantada, no entendía nada de lo que estaba pasando, pero decidí no pronunciar palabra alguna. Ella en cambio parecía aliviada de verme porque en cuanto le abrí se calló y solo me observo como si me estuviera escaneando, después de hacer esto por unos segundos decidió romper el hielo diciendo:
-Sé que no entiendes nada y que te sientes aturdida, pero ya tendré tiempo de explicarte ahora déjame subir. –Lo dijo en tono autoritario, era como si amalgamara sosiego y una pizca de desesperación ( suena un poco incoherente, pero es que hay muchas cosas sobre esta noche que carecen de sentido)
-¿Por qué debería dejarte entrar?– dije intentando parecer firme, un intento infructuoso por cierto
-Deja de preguntar tanto y solo déjame entrar, te prometo que explicaré todo, pero ahora no hay tiempo-. Al decir esto con tanta insistencia, pensé en que ya era demasiado tarde y que en verdad me había equivocado por abrirle la puerta a una extraña a las 3 de la mañana, ¡en que estaba pensando!
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El chip
General FictionLunática. así la llamaba su madre pues se decía así misma que la luna había afectado la cabeza de su hija debido a que era una chica hecha de noche y místerio. Aunque a decir verdad no salía de su zona de confort, viviendo una vida normal. Una vida...