32. Lo extraño más en cada verso.

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Anoche el se fue, nadie supo la razón de su alejar, espontáneamente ya no estaba aquí.
Quizá el ya no era feliz en aquel viejo lugar, desapareció sin dejar rastro alguno.
Cuando el no estaba, no tuve razones para quedarme.

Es el chico de mis dulces anhelos ¿como pudo haberse ido así?
Ni una palabra, pensé.
Creí que se quedaría a mi lado.
Tenía una miserable existencia hasta el momento en que el apareció.

Aquel día en que empecé verle un sentido a estos latidos que me mantenían vivo.
Era insignificante mi alrededor, el, mi dulce chico hacía acelerar mi corazón cada que estaba cerca.
El brillo de sus ojos era profundo y tierno, ninguna otra mirada me había provocado una sensación de ese modo, aquellos viejos amores no existían más.

Solo recordaba el olor de su cabello, hasta que desapareció en mi.
Había estado con otros seres, con otras almas, con otros cuerpos y seguía sin comprender que era lo especial en él.
No podía olvidarlo, no me equivocaba en lo que sentía dentro de mi.
El momento en que probé sus tiernos labios supe que era sentir amor por alguien, sentí la necesidad de estar a su lado, quise cuidarlo hasta de si mismo, nunca pensé llegar a sentir amor hasta que llego.

Cuando el apareció, encendió cada parte de mi ser, me dio luz cuando yo la necesitaba.
Lo amaba y lo amo, porque no dejaría de sentir algo por el nunca.
Así que daría todo por una noche más como aquellas noches donde me prometio que no sé iría.
Éramos únicos.

Y ahora que no lo siento, todo aquel recuerdo suyo me destruye profundamente.
Tratando de regresarlo, busco amores sabiendo que no es él.
Y sueño con la noche que regrese porqué se que ya no estaré con cuerpos que no desee.

Lo extraño más en cada verso...

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