Se sentía tan bien...
Sus labios por mi cuello y sus manos cálidas explorando mi cuerpo como algo que todavía no se había descubierto: con calma y tranquilidad, pero con ganas de saber más.
No podía evitar soltar algún que otro sonido cada vez que rozaba alguna parte sensible como mis pezones o mis abdominales.
Le ayudé quitandole la camiseta, trazando un camino de suaves mimos desde su mandíbula hasta su pecho.
-Te quiero....-soltó el rubio dándome un beso en la mejilla una vez que había subido la cabeza para darle un beso en los labios.
Continuó repitiendo lo mismo mientras sus manos viajaban a mi bragueta, bajando la cremallera dejándole un poco más de libertad a mi miembro.
-Mirio...-gemí dejando que mis manos bajaran por su torso.
Hasta que de repente alguien encendió la puñetera luz para fastidiar el jodido momento.
-¡NEJIRE!.-gritamos Mirio y yo girando a ver a la de peli azul, sonrojada hasta las orejas.
-¡LO SIENTO!.-gritó cerrando la puerta.-¡PERO UTILIZAD CONDÓN!
En conclusión: no todos los héroes llevan capa.
