1- Un diagnóstico conlleva a una decisión.

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-Y... ¿cuánto tiempo le queda doctor?

-Es casi imposible saberlo, pero es un tipo de cáncer controlable, si se cuida y hace todo lo que se le pide, lo más seguro es que sean... unos doce años.

-¿Solo si sigue las instrucciones? ¿Tan poco tiempo es?

-Lamentablemente sí. Como sabe la cura aún no existe, no hay forma de eliminarlo, solo controlarlo.

-Lo entendemos... Richard, que haremos?...

La mujer de pelo castaño claro lloraba desconsoladamente en el hombro de su esposo, el cual negaba una y otra vez; no sabía qué hacer, no tenía idea como paso esto. ¿Cómo es que el día de ayer estaba la familia riendo en el desayuno, almuerzo y cena, y que ahora se enteren que su único hijo tiene cáncer cerebral?...la vida les estaba dando la mayor de sus pruebas, ¿habían hecho algo mal? Ellos creen mucho en Dios, ¿acaso era una lección por lago que hicieron?

-Mi pequeño...-la dueña del hogar Tweak no paraba su llanto, no cesaban sus lágrimas, ni lo hacía mientras acariciaba la mejilla de su más grande anhelo, de lo que la mantenía viva cada día, de su único hijo. No había dolor más grande en su corazón.-

El mayor de los Tweak se mostraba sereno, mas no podía no estar en el mismo estado que su esposa, ¿cómo se lo diría a Tweek cuando despierte? ¿Cómo le diría que le quedan tan solo doce años de vida? Era la peor parte, inclusive más que saber que no podrá disfrutar a su hijo durante el tiempo que le queda de vida, ya tenía cuarenta años, aún era muy pronto para que Tweek se fuera de este mundo.

Todos los sueños, todo lo que planifico, toda la ilusión se estaba esfumando poco a poco. Lo que Tweek quería ser cuando saliera de la universidad, cuando se vaya de casa, ver cómo crece día tras día, y al final, en su lecho de muerte, decirle lo orgulloso que esta de él, que jamás lo ha decepcionado, que siempre lo ha amado, y que incluso en la muerte, lo cuidara desde donde sea que este.

Pero a pesar de que el futuro se esté yendo minuto tras minutos, el pasado estaba tocando la puerta, y ambos padres recordaron cuando nació, la felicidad que sintieron al ver a ese pequeño ser al que llamarían Tweek. Cuando dijo sus primeras palabras. Cuando le enseñaron andar en bicicleta. La primera vez que visito la tienda de la familia y empezó, a cada segundo, a pedir café. Cuando lo controlaban cada vez que tenía paranoias. Cuando tenían que dormirlo porque pensaba que los gnomos le robarían los calzoncillos. Cuando le llamaban la atención, era porque lo amaban. Cuando tuvo su primer pleito con otro niño.

Y como si las mentes de ambos progenitores estuvieran conectadas, recordaron esa disputa. Todo era parte de una apuesta, e imaginar que después de esa pelea, ambos niños empezarían a hacerse amigos. Pero ninguno de los dos pensó que ese niño se convertiría en una de las personas más importantes en la vida de su hijo. No pensaron que sería él con quien Tweek quisiese pasar el resto de sus días. No les importaba que su hijo fuera homosexual, si él era feliz con un muchacho, ellos también lo serian.

"Craig Tucker" pensaron, un chico de verdad problemático, revoltoso y bueno para faltarle el respeto hasta a sus propios amigos y familiares. Pero si había alguien quien lograba calmar esa personalidad, era su hijo. No saben que le hizo, pero puede que era lo que le faltaba al joven para ser realmente feliz.

Y como si estuvieran hablando del rey de roma, ese muchacho se hizo presente en la habitación número 350 del hospital, donde se encontraban los padres de su novio.

Al llegar pudo notar que los dos mayores estaban con un rostro caído a más no poder. Con los ojos rojos por las lágrimas, con una mueca de tristeza tan grande que se la traspasaron al instante. Ya podía hacerse una idea de lo que paso.

En Busca De La Cura  [Creek] 『South Park』Where stories live. Discover now