-¿Lucas?- Lo llamé.Estar así, con él, abrazados de esta forma, sólo hacía que confundiera más.
Podía escuchar su corazón, latía tan rápido, parecía que se le iba a salir del pecho. Sus dedos jugueteaban con mi cabello, era sencillamente relajante, podía quedarme así por horas, sólo si era con él.
-¿Mhm?- Murmuró.
Tomé aire antes de decir lo que había callado por tanto tiempo.
-Te amo-
-Y yo a ti, Marcy-
Solté una pequeña risita. Lo dijo tan tranquilo, como si no fuera la gran cosa, pero era el te amo más sincero que me pudieron haber dicho.
Me levanté un poco para verlo directamente a los ojos, su bella mirada azul que helaba por completo. Cada vez que me miraba quedaba petrificado, sin saber que hacer o decir, pero esta vez no fue así.
Me acerqué lentamente. Estaba asustado, pero ¿Cómo no estarlo? Si tenía semejante obra de arte a mi lado, era imposible no sentirse intimidado.
Sentí que pasaron horas hasta estar a tan sólo unos centímetros de su rostro. Podía sentir su respiración chocando con mi cara.
El rió nervioso antes de que nos besáramos. Fue tal y como lo había imaginado, incluso mejor.
Deseé esto por tanto tiempo, y ahora que finalmente estaba sucediendo, no podía evitar sentir como si estuviera haciendo algo malo, pero sus labios se sentían como el mismísimo cielo.
Y desperté.
Todo eso había sido nada más que un sueño, uno más de los tantos que había tenido. El te amo, el beso, todo fue una hermosa mentira creada por mi mente.
Mis ojos comenzaron a arder, las lágrimas salían sin control de mis ojos.
-¡Marcel Gordon Owens, levántate ahora mismo!- Gritó mi madre desde el piso de abajo.
Me limpié los ojos y sorbe mi nariz.
-¡Ya voy!- Mi voz se quebró al Hablar.
Me puse el uniforme rápidamente antes de bajar las escaleras y desayunar.
Mis padres estaban sentados en la mesa.
-¿Pasa algo cariño?- Preguntó mi madre con preocupación, de seguro que yo tenía cara de culo.
-No, nada- Sonreí.
Mi padre me miró por un segundo y siguió leyendo el diario.
Si llegase a saber que estoy enamorado de mi mejor amigo, seguramente me mataría.
Terminé de comer mis tostadas con queso y dejé media vacía la taza de café.
-Nos vemos-
Me despedí de ambos y salí afuera de la casa.
Era momento de empezar otra mierda de semana.
Siempre camino hasta la escuela, ya que no queda tan lejos. Llegué a tiempo para el toque de campana, entré a mi respectiva sala de clases, me senté donde siempre, en los últimos puestos, al lado de la ventana.
Que mejor que una clase de historia para empezar la semana. La señora Campbell es una de las profesoras más dulces que pueda existir. Nótese el sarcasmo.
Delante de mí estaban sentadas mis mejores amigas. Anastasia y Hailey.
Anna es como mi hermana, nos conocemos hace bastantes años, es la chica más amable, dulce y simpática que conozco, lamentablemente está saliendo con un imbécil llamado Mark.
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"FRIENDS"
Romance"Lucas, prométeme que siempre vamos a estar juntos " "Lo prometo" Y es fue una de sus tantas promesas falsas.