c e r o

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—Buenas tardes, señor Min. ¿Viene por su pequeño? —Preguntó la linda secretaria con una sonrisa de oreja a oreja, era algo hueca pero su físico la salvaba.

He aquí por qué la considero hueca; he venido a esta guardería por seis meses a recoger a mi hijo, y me sigue haciendo la misma pregunta estúpida.

—Si, Lee. ¿Dónde está mi bebé? —Suspiré cansado, aún había trabajo por hacer pero mi bebé me necesitaba, si no amara tanto a ese mocoso de Jungkook que llevaba mi apellido quizá lo hubiese dejado en la guardería. Pero lo amaba con cada célula de mi cuerpo, es mi adoración y mi vida.

—Su hijo está jugando con el pequeño Kim en los columpios del patio, por favor pase. —Dijo amablemente mientras me señalaba donde quedaba, asentí con una sonrisa pero cuando estaba por pasar un idiota se tropezó conmigo.

—P-perdón, joven. —Dijo tomando una bocanada de aire, parecía que hubiese corrido una maratón. Me acomodé mi chaqueta y seguí con mi camino, ignorando al extraño.

—¡SE DICE GRACIAS! —Gritó a mis espaldas con una voz tan varonil. Iba a responderle y decirle que se vaya a la mismísima mierda pero recordé dónde estaba, y si quería mantener a mi hijo en esta guardería debía ser amable.

Metí mis manos a mi bolsillo mientras silbaba una nueva canción que estaba por terminar, la cantante Shin era muy buena y la canción iba perfecta con su fina voz. 

Cuando estuve cerca pude visualizar a mi lindo mocoso con un niño de cabellos rubios, mi niño estaba empujando el columpio del niño cachetón mientras reía.

Jungkook se parece mucho a su madre.

Quise dejar que se divierta un rato más, parecía realmente cómodo al lado de ese lindo niño. Así que retrocedí sigilosamente pero me tropecé con alguien que estaba corriendo, esta vez no fue como la anterior, caí encima del extraño, con el cuerpo adolorido, me senté en su regazo y volteé a mirarle furiosamente. —Eres un maldito... —Yo conozco a este idiota, lo he visto tantas veces en las mañanas que parece irreal. —¿Acaso tú no eres el chico del comercial del cereal? —Estaba sumamente molesto hasta hace unos segundos con el idiota ese, pero recordé que mi Jungkook amaba ese maldito comercial por su maldita canción pegajosa, y claramente admiraba demasiado a ese chico de cabello rubio.

El teñido estaba sonrojado y yo no entendía el por qué, estaba descartando la idea de que sea mudo porque en el puto comercial sale cantando y era muy bueno haciéndolo. 

—¿Puedes pararte, por favor? —Mierda. Yo era el que estaba sonrojado ahora. Me puse de pie rápidamente sin darle la cara, y pase mi mano por mi cabello verde  y me acomodé mis gafas por los nervios. Vi como él se puso de pie segundos después y  como estaba dispuesto a dejarme sin responderme a lo que le pregunté.

Ah no. A mi nadie me deja sin respuesta.

Lo tomé del brazo fuertemente y con todo el valor del mundo, le pregunté nuevamente. —¿Eres el chico de los cereales o no?

Lo siguiente me dejó estático, se encontraba riéndose fuertemente mientras tapaba su boca, yo aún sostenía su brazo, se acercó a mí con la intención de responderme pero una bolita rubia y cachetona apareció detrás de él jalando su suéter de la manito con Jungkook, con MI Jungkook.

—¿Papi? —Preguntó haciendo un puchero que era demasiado adorable, los pucheros solo lo usaba Jungkook cuando quería algo.

—Oh cariño, ¿Cómo estás? ¿Nos vamos? —Y se soltó del agarre, yo con toda la dignidad del mundo me acomodé en mi lugar, iba a llamar a mi pequeño pero este gritó como todo un fanboy cuando el teñido se volteó hacía la bolita rubia, si mi hijo gritó entonces si era el de los cereales.

—¡ERES EL DE LOS CEREALES! MI PAPÁ Y YO TE VEMOS TODOS LOS DÍAS EN LA TELEVISIÓN. ¿CIERTO, PAPI? —Exclamó emocionado. Por otro lado yo deseaba que la tierra me comiese. Maldito mocoso desgraciado, ¿Cómo pudo delatarme? 

El rubio soltó una risita. —Sí, soy el de los cereales, cariño. Aunque hago más comerciales que el del cereal. —Sonrió suavemente y se agachó para quedar a su altura. —Soy actor, me llamo Kim Seokjin, estoy en muchos dramas, espero que tu papi y tú sigan viendo mi trabajo. Eres muy lindo. —Y le pellizcó una mejilla. La manera en la que habló fue tan formal y varonil hacía Jungkook que hasta a mí me hizo sentir celoso de mi propio hijo.

Jungkook le dio una de sus mejores sonrisas, estaba muy feliz y eso me hacía feliz, tanto que sonreí inconscientemente, pero no me di cuenta que la bolita rubia que al parecer era hijo de Seokjin se encontraba celoso a mi lado. —¿Y tú como te llamas, cosa? —Pregunté discretamente mientras aún observaba la escena completamente enternecido.

  —Papi dice que no hable con extraños. —Dijo inocentemente, era tan tierno, me lo quería llevar y dejar a Jungkook con Seokjin. 

—Menos con extraños que no tienen modales, bebé. —Soltó divertido Seokjin. Mi semblante cambió, sí antes lo miraba con todo el amor del mundo por hacer feliz a mi bebé, ahora se me hacía alguien irritable. 

—Jungkook, tú tampoco deberías hablar con extraños que son extremadamente torpes. —Ataqué. Tomé a mi bebé entre mis brazos y me volteé dándole la espalda dispuesto a retirarme.

—Yah~, me llamo Kim Seokjin y lamento haberte empujado dos veces. —Se presentó con una sonrisa limpia frente mío extendiendo su mano ya que con la otra se encontraba sosteniendo a la bolita amarilla que aún se encontraba un poco rojo de los celos.

 Iba a ser grosero, y empujarlo. Pero tenía a Jungkook en mis brazos y sabía que me odiaría si espantaba a su ídolo. —Min Yoongi, papá de Jungkook.  —Y tomé de su mano dando un fuerte apretón.

Quién diría que desde ese momento mi vida estaría de cabeza.


Nueva fic, cositos.
Capítulos cortos.
Actualizaciones lentas.
«Isabella»

«Can you keep a secret?» Donde viven las historias. Descúbrelo ahora