Closer ➳ V ┼ Kim Taehyung

[17] Anoche.

Raejin

La sensación de vacío que siento en el estómago es de locos.

He vomitado desde muy temprano y siento que me va a dar algo si sigo a este paso. Taehyung se ha encargado de darme algunas aspirinas, una infusión y agua mineral.

Me siento muchísimo mejor ahora y eso es decir mucho, a pesar de que no he probado bocado, y que la sensación de los revoltijos en mi estómago siguen ahí. Ya no parezco un caminante sacado de The Walking Dead.

Taehyung sigue en la ducha y yo he aprovechado para lavarme la boca con un dedo y también la cara con el jabón de cortesía. Mi teléfono no ha dejado de sonar con diferentes remitentes, entre ellos mis padres, Hoseok –que ha mandado una foto adjunta, en la cual está él con el nuevo amor de su vida- y mi hermano y cuñado. Ni una llamada de Jeon.

Por un lado me siento aliviada, no puedo negarlo. El simple hecho de saber que está llamando cuando yo tengo a mi lado al chico que me folla cada tres por cuatro, no se siente tan bien que digamos. Aunque claro, él no sabe que Tae y yo estamos en esta rara relación de representante y modelo, mujer desesperada por salir embarazada y mejor amigo porta semilla.

— Taehyung-ah. — llamo, y la mampara de vidrio se abre. Me mira, conservando esa sonrisa cuadrada. — ¿Te apetece ir por un café?

— ¿Y magdalenas? — pregunta, con esa voz gruesa y varonil, pero la mirada de un niño pequeño y emocionado.

— Lo que quieras, pero vámonos ya. Llevas allí una hora. — me quejo y él ríe.

A diferencia de mis anteriores resacas, esta no me ha traído jaquecas, ni una sed descomunal. En cambio, el único olor que puedo soportar es el del café y el dentífrico. Me encojo de hombros, terminando de limpiar mi rostro con un poco de crema que llevaba en el bolso. Intento cavilar porqué demonios bebí tanto anoche, y no lo recuerdo, simplemente no puedo. ¿Era que el vodka estaba delicioso? ¿O era que Tae estaba coqueteando con alguien en el club?

Me mareo de tan sólo intentar recordar algo más, así que muevo la cabeza de lado a lado y termino de maquillarme lo suficiente como para no parecer una mujer al borde de la locura. Arreglo mi cabello y lo enrollo hasta que queda como una dona pegada en la coronilla de mi cabeza. Algunos mechones caen a los lados, pero les resto importancia.

— Deja de arreglarte tanto, te ves hermosa sin siquiera tratar.

Los brazos de Tae rodean mi cintura como si se tratara de un cinturón de seguridad sujeto a mis lados. Levanto la mirada, aún sintiendo la reacción de mi piel cuando se junta con la suya, y nos veo.

Yo estoy allí, ya vestida, con el rostro, por así decirlo, decente. Y él, joder, él sigue viéndose como alguna obra de arte de Miguel Ángel. Tiene el cabello húmedo y el torso perlado por las gotas aún sin secar. Su rostro está libre de maquillaje y noto que esos rasgos tiernos y dulces que tenía cuando le vi por primera vez, aparecen como una aparición divina. Mi chico se ve hermoso y sexy, pero ese toque suave y aniñado sólo incrementa mis ganas de llenarlo de besos.

— ¿Qué? — pregunta, cuando río por lo bajo.

— No mientas. — le señalo con el labial en tubo y él rueda los ojos. — Me lo creeré y...

— Pues ya va siendo hora de que lo hagas, ¿No? — se inclina para darme un beso en la nuca desnuda y sonríe. — Así vomites la vida entera en ese inodoro, no dejarás de parecerme malditamente atractiva.

Ambos cruzamos miradas en el espejo, y a pesar de que ha sonado hermoso, no evitar largarme a reír como idiota. Él me sigue y aprieta mis lados, acentuando su agarre, y con él... su erección.