Remember me. {Louis Tomlinson One-Shoot}

Caí de rodillas destrozada sobre el frío cemento. No me importaba estar empapada por la fría lluvia. En ese momento lo único que podía era derramar lágrimas y más lágrimas. Puse mis manos sobre mis ojos para no seguir viendo lo que tenía delante. Con la mano en el corazón me levanté y sollocé aún más. Tenía mil cosas en la cabeza, pero solo un nombre.

No podía seguir allí por más tiempo pero mis piernas tampoco parecían querer irse de su lado. Una parte de mí nunca quiso alejarse de él.

Mis dedos temblorosos tocaron la fría lápida.

<Louis William Tomlinson Lewis 1991-2019>

Se me nubló la vista totalmente de nuevo. Necesitaba irme. Necesitaba irme de su lado. De nuevo. Pero esta vez de verdad para siempre.

Abandoné el cementerio bajo la fría lluvia mientras flashes y más flashes inundaban mi mente mientras yo intentaba apartarlos. Pero ahora mismo ya nada importaba, el dolor y vacío que sentía mi alma era demasiado así que simplemente me dejé llevar por todos aquellos recuerdos. Pero sobretodo porque necesitaba ver su sonrisa una vez más.

El verano ya se estaba acabando. Una suave brisa acarició mi cara y cerré los ojos ante la sensación de paz que inundaba todos mis sentidos.

-¡Celia!

Hasta que claro alguien tenía que estropearlo.

-¿Qué quieres Louis?

Me tendió la mano para que me levantara del césped. Quedamos a escasos centímetros y pude observar de cerca el brillo en sus preciosos ojos azules.

-Nada, solo necesitaba decirte que te quiero.

Su miraba bajó a mi mano que acto seguido entrelazó con la suya mientras sonreía discretamente.

Le apreté la mano suavemente para llamar su atención y que levantara la cabeza; cosa que hizo. Le sonreí mientras me acercaba un poco más a él y le besé. Fue a penas un roce de labios pero bastó para hacer que todas esas mariposas de las que siempre hablan revolotearan como locas en mi estómago.

-Yo también te quiero.

Sollocé aún más fuerte. Éramos tan felices, todo iba tan bien. Y le quería tanto que a veces me asustaba. Cada sonrisa, cada palabra, cada abrazo, cada beso, cada juego de miradas; todo era absolutamente perfecto. Tan perfecto que no tarde en cuestionarme qué tan bueno había hecho como para merecer a ese chico tan absolutamente perfecto.

Aparté las lágrimas que caían casi sin darme cuenta de ello, ya que no me dejaban ver apenas por donde caminaba. Intenté serenarme un poco pero me fue imposible e inmediatamente una frase hizo eco en todo mi ser haciendo que toda mi alma doliese.

Lo siento, pero no tenía planeado enamorarme de ti.

Y me abrazó. Y fue el momento perfecto.

Siempre supo cómo pedirme perdón. Siempre supo cómo derretir mi corazón en un segundo solo con una mirada y como transportarme a las nubes con cada beso haciendo cada uno más especial que el anterior.

Pero por desgracia, no todo lo bueno es eterno y como todas las parejas teníamos nuestras discusiones. Hasta que al fin pasó, el invierno de 2016 todo acabó, después de más de dos años de relación todo se acabó. Y él se fue, dejándome sola y destrozada. Con todos y cada uno de los pedazos de mi roto corazón.

Me senté en un pequeño banco al sentirme mareada. Subí las piernas al banco y apoyé mi barbilla contra mis rodillas. Lamento tanto cada una de las palabras que nos dijimos aquel día.