Capítulo 1

10 2 0
                                    

Entré al elevador, una chica rubia de ojos oscuros me devolvió la sonrisa en el espejo, dentro, sólo estaba un chico: alto, cabello negro.

Pulsé mi piso. El 17. Al parecer el extraño iba al mismo lugar que yo.

Por alguna razón, luego de unos segundos subiendo, se escucharon ruidos, gritos y explosiones en los pisos de abajo.

El ascensor se detuvo entre los pisos 14 y 15, luego empezó a caer.

Fue tan repentino, sentí que iba a morir, y pensé: "Mi vida acabará aquí, junto a un chico que ni siquiera conozco". El ascensor paró de golpe, intenté abrir la puerta, y mi acompañante, al darse cuenta de mis intenciones intentó ayudarme. Entre los dos logramos abrir aquella pesada puerta de metal.

Pero, ¿Qué era esto? No era el sótano, y vaya que conocía este edificio.

Salimos del ascensor, ambos con ayuda del otro.

Afuera, en el raro edificio en donde habíamos aparecido,  todo parecía destrozado. Había tierra por todas partes y tenía aspecto de abandonado, como si no se limpiara desde hace años.

— Hola, me llamo Alex. — Dijo el muchacho que me acompañaba.

— Soy Vee, pero creo que no es momento para presentaciones. — respondí.

— Concuerdo. ¿Qué pasó? — pensé en responder con algo sarcástico, pero me contuve.

—  No lo sé.

—  ¿Crees que debamos salir a la calle? — hasta ese momento, sólo habíamos salido del ascensor, no había podido asimilar en donde estábamos.

—  Sí. — me limité a responder. Le hice una seña con la mano para que me siguiera y salimos por la puerta principal del edificio.

Me tomó la mano, o yo se la tomé a él. Aún no lo sé. 

El punto es que estábamos afuera, y esto no era Nueva York.

☆☆☆

Creo que tomé su mano, porque necesitaba saber que aquel extraño estaba ahí, necesitaba saber que no estaba sola y que al menos había otro ser humano conmigo.

☆☆☆

Cuando salimos, parecía que hubiéramos viajado al futuro.
Era una ciudad llena de edificios con un aspecto muy moderno, pero a la vez parecían destruidos.
Todo estaba funcionando, habían vehículos extraños, grandes y pequeños. De donde salían familias enormes, con aspecto normal (excepto el hecho de que parecían muy tristes, y usaban ropa olgada y sucia.) No parecían extraterrestres.
Es como si hubiésemos viajado al Tokio actual en medio de una guerra.

En uno de los edificios más grandes, con muchas ventanas había un cartel, brillante y enorme que decía "WELCOME TO DYSTOPIA".

¿Estaba soñando?

Miré a Alex. El parecía estar tan sorprendido como yo.

- Vee, ¿Y ahora qué hacemos?

Solté su mano, no recordaba que aún la sostenía.

-No lo sé, deberíamos preguntar como volver a Nueva York.

-A menos de que sigamos en Nueva York.

-Esto no es nueva york - Dije - Llevo toda mi vida viviendo ahí, y nunca escuché hablar sobre Dystopia.

Empezamos a caminar y a preguntarle a todas las personas que pasaban si sabían como llegar a Nueva York, pero todos nos miraban extrañados y decían "¿Qué es Nueva York?", algunos simplemente nos ignoraban y seguían caminando.

Decidimos entrar a un hotel, pero nos dijeron que nuestro dinero no servía allí.

Fuimos a un banco, pero no sabían que era una tarjeta de crédito, ni reconocían nuestros billetes. Dijeron que aquí se pagaba con Gales. No sabíamos que eran gales, así que esa noche tendríamos que dormir en la calle.

Llegamos a una plaza con aspecto moderno, buscamos un lugar cómodo entre los árboles, para poder dormir, mañana podría pensar con más claridad como escapar.

¿Qué era esta extraña ciudad? ¿Dónde estábamos?

Dystopia: Ciudad de DestrucciónWhere stories live. Discover now