-¿Cómo estás?
Mal, rota, deprimida, hecha polvo, al borde de las lágrimas, decepcionada, desesperanzada, desilusionada, corriendo, huyendo, deseando morir, deseando que la tormenta cese, deseando que la oscuridad esconda sus fantasmas y me deje apaciguada en el rincón de siempre.- Bien.- Es lo único que soy capaz de vocalizar sin parecer ahogada, sin que mi rápida y automática respuesta parezca forzada.
-Pareces cansada, ¿Estás segura? - Dice mi interlocutor por cortesía, tal vez por curiosidad, una curiosidad a la que le tengo pavor.
En realidad mi interlocutor ni está interesado en mi soledad o en mis fantasmas lo más mínimo.
Me gusta mi soledad, me gustan mis fantasmas, me gustan mis demonios. Me siento bien sola estando en una habitación, me siento a gusto, vacía, muy vacía, pero a salvo.
Si la misma habitación la llenan de gente solo consiguen que me sienta más sola, más estúpida y más vacía, más vacía de lo que jamás estuve.
Dicen que así cerraré mis heridas, que en compañía estas sanarán. ¡Mentira! Así lo único que conseguirán es que se abran más, que me cargue de lo que sienten otros. No podría soportarlo, no podría soportar tanto dolor junto. Tanto dolor ajeno, ajeno y tan mío a la vez.
Pero como mi interlocutor no quiere escuchar nada de eso, lo libero de la carga que supone tener que mirarme esperando una respuesta rápida y coherente que en realidad no tengo. Quiere una respuesta que lo libere para poder irse lejos de mi rareza y no tener que sentirse culpable.-Sí, estoy bien, es solo que dormí poco.-
Me agradece en silencio que me haya apiadado de él y se marcha sin saber lo que se cuece en mi interior, se marcha sin saber que el favor me lo ha hecho él a mí, sin saber que lo único que quiero es sentirme vacía en todos los aspectos de la palabra.
Porque me lo merezco.
Merezco el castigo y el desprecio de mi misma.
Merezco morirme de dolor, dolor causado por mis manos y los fríos filos que me aseguran dolor.
No quiero morir.
Solo quiero sentir dolor.
El dolor que me recuerda que estoy viva.
Viva.
Y tan muerta.