1. Bonita Francesa

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"Al fondo a la derecha, al fondo a la derecha" repetía. Mi madre me había indicado que mi habitación quedaba al fondo a la derecha. Al subir las escaleras fue fácil de identificarla y pude alcanzar a ver como en la puerta colgaba un pequeño cartel lila que decía mi nombre en una hermosa letra cursiva.

Al llegar a la puerta me quede observando la escalera que dirigía al techo, a un ático, al lado de mi habitación. Por un momento me dio curiosidad de saber si allí era como las películas, un lugar sucio, lleno de ratas y secretos. Pero me daba mas curiosidad saber como era mi habitación de bonita, toda la casa lo era, era estupenda y súper moderna, pero esperaba que mi habitación se destacara.

Al entrar, lo fue. Una hermosa habitación turquesa con una gran cama con un alto respaldo blanco hasta el techo, un tul, y un hermoso acolchado del mismo color de las paredes. Un lindo escritorio a un lado de la puerta del baño con un cuadro de corcho para pegar fotos o etiquetas y un armario espacioso.

-Oh por dios Megan, mira la vista que tienes desde aquí- dijo mi madre mientras entraba a mi habitación y se acercaba a la ventana, encantada- que bonito jardín.

-Si, pero mama, ¡mira lo que es la habitación, es hermosa!- ella me sonrió y camino hacia la puerta- Oh, mama, ¿aquella escalera que vez a un lado de la puerta lleva al ático?

Dirigió su mirada hacia la escalera.

-Olvide de decirte que el hijo de nuestros amigos se quedara con nosotros, vive en el ático.

-¿Como?- pregunte desconcertada.

-Ya lo conocerás Megan, tiene tu misma edad, irán a la misma clase cuando empiezan las clases en unas semanas supongo. Te llevaras bien, recuerdo que de niño era muy simpático. Solían jugar juntos en su casa en Paris, ¿no te acuerdas?.

Negué con la cabeza, atónita, y ella se encogió de hombros antes de salir de la habitación. Mire la escalera y fruncí el ceño.

¿Vivir con un extraño? ¿Que duerme encima mío?

Decidí no darle importancia, a fin de acabo, yo invadía su casa, no el la mia.

***

Eran las cuatro y media de la mañana. Lo podía ver desde el reloj de pared fosforescente ante la oscuridad desde mi cama. Moría de sed y mis labios estaban mas secos que nunca. Me levante y recogí mi pelo en un moño. Baje sentada las escaleras ya que no veía nada y me adentre a la cocina para abrir la heladera y sacar la leche. Era nuestra primera noche aquí y me sentía completamente en casa, era acogedora y familiar.

Sin importarme nada, tome de la boca del cartón un buen trago de leche, pero casi lo escupo al sentir el ruido de la puerta principal. Se me helo la sangre y vi como la luz del living se encendía. Sentí el golpe de algo dándose con la pared y un sonido agudo que desconocía. Me acerque lentamente, limpiando me los restos de leche de la boca y acercándome a la puerta del living sin producir ruido alguno. Desde la pequeña abertura que tenia para ver vi a una rubia encerrada en los brazos de un chico de grandes brazos, mientras casi se comían entre si en la sala. El chico le metía las manos dentro de la remera y aparentaba querer arrancársela con ganas.

Me moví un poco a la derecha para ver mejor y el jarrón de vidrio que se encontraba a mi lado cayo al piso, destruyendo se en pequeños pedazos. Quise largarme a llorar y sentí la voz de la rubia dar un pequeño grito de susto.

-¡Luki! ¿Que fue eso?- la escuche susurrar. Tenia la voz de pito mas grande que pudiera escuchar en la historia. Me asuste un poco al sentir unos pasos cerca de la puerta y me asuste cuando el chico abrió la puerta, encontrándose directamente con mis ojos agachada al lado de los pequeños pedazos de jarrón.

-¿Quien eres? ¿Que haces en mi casa?- me dijo con una mirada vacía, y con una voz enormemente gruesa. No parecía molesto, capas que encantado de mi presencia, eso me desconcertó un poco.

-Me acabe de mudar con mi familia aquí, mis padres son viejos amigos de los tuyos- respondí con el ceño fruncido.

-¿Ya están aquí? Mi madre me dijo que venían en una semana.

-Te lo habrá dicho hace una semana- respondí. El me dio una mirada chistosa y llegue a pensar que seriamos buenos amigos.

-Sabrina, vete a tu casa- dijo mirando a la rubia. Esta le hico un puchero exagerado y se marcho sin chistar. Este miro el jarrón cuando sintió la puerta principal cerrarse y luego me miro a mi- ¿Te divirtió mirar bonita?

Abrí mi boca y me sonroje rápidamente haciéndolo reír cínicamente. Fruncí el ceño molesta. Que cretino.

-Yo, yo no quería mirar, es solo que me asuste, pensé que el que entraba era algún tipo de ladrón- dije sumamente avergonzada.

-Levantate del suelo bonita, vamos a limpiar este desastre.

-No me llames bonita, tengo un nombre- respondí fría. El sonrió nuevamente- Me llamo Megan.

-No me interesa tu nombre, bonita- respondió haciéndose el divertido. Arrugue los labios y me levante del suelo. El sin mirarme camino hacia la cocina y tomo la escoba que se encontraba a un lado del refrigerador. Pero en vez de ponerse a barrer el, como buen caballero, me la dio a mi.

Sin chistar comencé a barrer, no iba a reprocharle. A fin de acabo apenas lo conocía y yo había provocado el desastre.
Mientras yo limpiaba el comía galletitas, solían ser mis favoritas de niña, pero me había cansado de comerlas y comenzaron a no gustarme.
Lo mire con asco y cuando termine se me quedo mirando esperando que le diga algo.

-Me voy a la cama- dije despidiéndome, lo mas secamente posible. No se como pude llegar a pensar en que nos llevaríamos bien. Era un cretino.

-Te sigo francesita- rápidamente me di vuelta para mirarlo.

-Eres incapaz de llamarme por mi nombre, ¿cierto?- dije ya enfadada.

-Eres incapaz de iamagme pog mi nomgre, ¿ciegto?- me burlo.

Bien. Mi familia y yo veníamos de Francia, de una ciudad llamada Lyon, mi ingles no es perfecto, pero no soportaba que me tomaran para la burla. Sin siquiera responderle camine hacia las escaleras y resbale al tratar de subirlas corriendo, cayendo para abajo, quedando justo debajo de el.

-Eres rápida bonita, ¿ya estas a mis pies? Pensé que te ibas a resistir unos días mas- se rió en una fuerte carcajadas y volví a ponerme roja como un tomate. Me levante lo mas rápido que pude del suelo y me pare en el segundo escalón para quedar de su altura.

-JAMAS, pero escúchame cretino, JAMAS estaré a tus pies, y no soy rápida como me imagino que serán tus amiguitas, ¿bien?.

Esto no iba a ser así. El y yo no éramos compatibles.
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Bueno, primer cap. COMENTEN Y VOTEN.
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Si eso se cumple LA SIGO!!

Atte: wwy.

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⏰ Última actualización: May 18, 2014 ⏰

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