Capítulo 2

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-¿Condición?, ¿Por qué los vecinos se vinieron a dar cuenta ahora? Y creo qué lo más relevante es por que estaba afuera-dijo John con mucha intriga.

-Wow,wow,wow Chico, bájale a las preguntas, veo que todavía te emocionas por cosas de desaparición- habló el señor coleman con gracia en su voz.

-Lo siento- se disculpó John- pero este caso es algo particular y quiero saber más.

《Veo que todavía se emociona como un niño cuándo le interesa algo》- pensó coleman.

-Bueno, el caso es más complejo que una simple desaparición querido John, según me informaron los vecinos, cuando encontraron al niño y le preguntaron lo que yo te conté.

La condición del niño lo hace más espacial, te preguntarás ¿por qué? Mi querido John, pues el niño es ciego y no te impreciones hijo; y no es por que sea ciego que el caso es extrañó, ni tampoco la familia por que desapareció, no señor, sino por la forma en cómo desaparecieron.

-¿Como desaparecieron? y como fue señor sabelotodo-dijo John con enojo pues las bromas de coleman eran divertidas pero en su momento y ya estaba cansado de la intriga en que lo ponía coleman.

-Vamos hijo, no te enojes, sólo estoy jugando, bueno a lo que iba diciendo John, el niño está aquí en la comisaría, todavía no e podido interrogarlo, porqué tengo más cosas que resolver y pensé que tu podías y así me dije, que tal si pongo a John y luego me vino la idea de que eres un aburrido y serio sheriff y la posibilidad de que el niño se incomodara contigo eran del cien por ciento-comentó coleman, a continuación riéndose de su propio comentario.

-Quieres dejar los chistes y ponerte serio anciano- le reprochó John con cansancio y enojo, tal vez demasiado enojo.

-Ahora no pareces mi esposa si no mi padre- habló el recién nombrado con diversión.

-Sólo, sólo ve al punto- dijo John ya cansado y estresado , y eso que aún el sol estaba afuera, brillante y radiante.

《Este viejo ara que me salgan canas antes de tiempo o un ataque al corazón por hacerme enojar tanto, pero aún así no puedo evitar reirme de uno que otro chiste pero por otro lado creo que coleman en su otra vida fue el bufón de algún Rey o Duque de la gran aristocracia》- no pudo evitar pensar John.

Coleman ignoró el comentario olímpicamente y se hizo el que no escucho a su favor, hizo un ademán con las manos para continuar su charla con John sobre el niño.

-Siguiendo con lo que te decía John, el niño se incomodaria contigo; y a pesar de que no tiene el sentido desarrollado de la vista tiene el de escuchar y sentir, es como si en su cabeza con sólo escucharte o sentirte se imaginaria quien eres y de seguro serías un feo, viejo y arrugado monstruo y así de seguro se incomodaria más contigo pero no me queda de otra que ponerte y no es por que seas malo al contrario hijo eres muy bueno y dedicado a este trabajo y si tuviera que dejar a alguien a cargo sería a ti, pero en caso de niños eres especial John, ellos te temen por que casi siempre estas serio y nunca te han visto sonreír y cuándo lo intentas te sale una mueca medio extraña y con tu altura los intimidas más, como sea tengo que salir a resolver otro caso nuevo que surgió, a si que te encargo este a ti John-dijo Coleman ,pues le dolía la espalda por durar un buen rato en ese sillón de cuero marrón oscuro que contrastaba con el color de las paredes.

John no dijo absolutamente nada en alguna parte de su mente coleman tenía algo de razón ya que los niños le temian,era cierto, Cuando caminaba por las calles y había niños jugando, John intentaba acercarseles, pero ellos salían corriendo o "caminando disimuladamente" cuando observaban que se acercaba, a si que John, por eso dejó de acercarse a los niños, pues no tenía muy buena relación con ellos, y ahora cuando caminaba por las calles en vez de intentar jugar con los niños, sólo los observaba con nostalgia y se hacía el que no los veía o el desentendido, ese tema para John era algo delicado ya que su infancia fue dura y algo traumática, aún que Coleman se la pasará diciendo que no era humano, para el, el si lo era pues constaba de corazón, pulmones y cerebro pero que careciera de uno que otro sentimiento era diferente.

John se perdió en su propio mar de pensamientos que no se había dado cuenta de que Coleman tenía ya unos cuantos segundos llamándolo y el por estar tan absorto en su mundo no le prestó la más mínima atención.

- Eh, ¿que pasa?- le contestóJohn distracción.

- Hijo no le des tantas vueltas a lo que dije, a un que no muestres muy a menudo tus sentimientos los tienes y eres buena persona a si que ve allá y haz tu trabajo- habló coleman arrepentido, pues, para John el tema de la niñez era algo delicado, Coleman lhabía tocado ese tema a modo "chistoso" pero a John no le pareció nada gracioso y coleman para intentar remediar lo que hizo, lo animó con esas palabras "tan expresivas" de su parte.

John sólo hizo una seña con las manos de que había entendido, así pues, espero que el anciano se levantará de su sillón, acción que Coleman entendió y así lo hizo. Vio la hora en el reloj negro con los números de fondo plateados que marcaban las once y treinta de la mañana.

- Bueno aquí concluimos nuestra bella y hermosa charla- dijo Coleman para retirarse de su despacho, acto que imitó John, ya que llevaban demasiado tiempo en su charla y Coleman tenía que salir.

Y así ambos salieron del despacho, ambos emprendieron caminos contrarios John a la izquierda del recinto donde quedava la sala de interrogatosios y Coleman a la derecha donde se encontraba la puerta de salida y entrada del centro policíal, cuándo Coleman estaba a punto dé salir escucho una voz que lo llamaba y decidió esperar paciente a que esa persona llegará a donde el, ya sabía de quién se trataba, para ellos decirse esas palabras era como un ritual de buena suerte en el trabajo.

-Hasta luego- dijo el esperado, por Coleman.

-Hasta luego John- dijo Coleman ya afuera del centro.

Luego de esa despedida tan "emotiva" por parte de ambos, John se giró sobre sus pies para ir a la sala de interrogatorios.

- Hora de trabajar- se dijo para si mismo mientras se dirigía a su destinó, pasando por los pasillos del centro que estaba repleto de trabajadores que iban de aquí para allá y de allá para acá, parecían un enjambre de abejas en una colmena, los pasillos eran algo angostos, decorados con azul marino que cubría casi todo el piso de madera, las puertas eran de pino barnizado en el centro de las puertas había un vidrio ahumado, el techo y las paredes estaban pintadas de blanco hueso decoradascon unas simples pero bonitas lámparas que alumbravan los pasillos cuando el sol se escondía y llegaba la noche.

Decidió seguir por su recorrido evadiendo personas, algunas con apuro, otras no tanto, al llegar a su destinó lo único que lo separaba del niño era una gran e imponente puerta gris en ella estaba inscrita las palabras " sala de interrogatorios" John con toda la paciencia del mundo sacó una tarjeta de su bolsillo que da el acceso directo a la sala, pasó la tarjeta que tenía por el hueco y así, ya estuvo dentro.

Está sala era más apagada que las demás en el lado izquierdo tenía las típicas celdas para prisioneros y del lado derecho las puertas en una de ellas se encontraba el niño que John iba a interrogar, no podía negar que se sentía algo ansioso por que mientras más se acercaba a esa puerta más preguntas salían a flote, pero sabía que tenía que contenerse en cuanto a algunas de ellas porque a quien iba el a interrogar era a un niño y no a un adulto.

Estaba a punto dé entrar a la sala sólo tenía que girar la manilla y listo, estaría adentro con el niño y así lo hizo.

El nuevo sheriff Donde viven las historias. Descúbrelo ahora