⇝Primera parte⇜

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N/A: La acomode en 3 partes porque me daba problema subirla.



El revuelo en mi cabeza se hace mayor tras el paso del tiempo, entre la negrura se abre paso un aroma delicioso a fresa, y algunas imágenes difusas. Son dos cuerpos bailando con torpeza por una habitación, seguido la vivida presencia del piso debajo de ambos cuerpos, hay dos rostros mirándose con intensidad, el que esta tendido en el piso le acaricia la mejilla con la palma abierta al otro, quien paralelamente va descubriendo la figura de su cintura mientras levanta su camisa. Luego viene un profuso beso que se manifiesta en mi memoria mientras la imagen se vuelve nítida. Demostrándome que yo...

Que yo soy uno de los amantes que se están besando.


El sonido de la alarma hace un escandaloso ruido, sobresaltándome. Suspiro molesto, en verdad me estaba gustando lo que estaba soñando. Sin embargo, poco y menos antes de que mi mano se dirija al reloj, éste se detiene.

—Que molesto... —Susurra una voz adormilada. Una voz que no reconozco. Comienzo a desperezarme en verdad, mi inquietud se despierta sintiendo aquel timbre cerca mío. En la ventura por abrir los ojos, me encuentro un par de orbes verdes mirándome con idéntico escepticismo, tal cual si los dos... hubiéramos abierto los ojos al mismo tiempo.

— ¡AHHH! —Gritó, alejándome de golpe con las sabanas. Tarde me doy cuenta de que el chico esta enredado entre ellas, por lo que me lo termino llevando al piso también. El castaño cae encima de mí, envuelto totalmente entre las sabanas, nuestros cuerpos juntos. Es cuando me doy cuenta de que estamos desnudos. Abro los ojos de sobremanera, sonrojándome profundamente, aquel chico con piel de porcelana, queda con complejo de tomate al percatarse de lo mismo.

— ¡QUITATE! —Protesta él, jaloneando las sabanas, y tratando desesperadamente de desenredarse para apartarse de mí. Le ayudo en el proceso. Aunque por las prisas, tras encontrar el principio del enrollo, terminamos rodando cuerpo a cuerpo 3 ocasiones hasta que intercambiamos posiciones. La calidez de su níveo cuerpo hace erizar mi piel entera, lo curioso es que tras salir de la efímera sensación puedo distinguir que también lo ha sentido.

Miro asombrado sus vellos erizados, pasando saliva hasta que me veo siendo empujado por el ojiverde. No me había percatado de que ya ninguna sabana nos ata.

— ¿Quién eres? —Logro articular desviando la vista al suelo por su desnudez. Por la forma en la que se mueve en la habitación sé que está buscando su ropa. Al menos cuando me levanto del suelo ha encontrado sus boxers. Puedo ver estamos en mi habitación del hotel, así que procuro buscar algo que ponerme de mi cajón de ropa. Mientras cubro mi parte inferior mi mente comienza a carburar... ¿Por qué yo traería a un cualquiera a compartir mi cama? Es más, ¿Dónde cojones estuvieron los idiotas de mis amigos a la hora de dejarme hacer esto? ¡Mi padre va a matarme si se entera de esto a dos putas semanas de...!

Definitivamente voy a golpear a esos idiotas en cuanto los vea.

— ¿Y quién eres tú? —Pregunta ofuscado, evadiendo decirme su identidad. Para cuando me estoy colocando los pantalones, el por fin ha encontrado los suyos... cerca del baño, junto a los míos. Están mojados. —Esto tiene que ser una puta broma. —Susurra, desnivelando su voz a un timbre angustiado. Veo al castaño resbalándose pegado a la pared, con la prenda húmeda sobre sus blanquecinas piernas mientras busca dentro de las bolsas, encontrando lo que parece ser su teléfono. Completamente empapado, escurriendo gotas de agua. Su rostro se desfigura notando que ni siquiera enciende. —Esto no puede estar pasando. —Detengo mis movimientos, voy apretando los labios mientras me acerco al cajón a tomar otros pantalones. "¿En serio harás eso?" me dice una voz, y yo la calló.

Casual Affair Three shot M-preg |RubelangelWhere stories live. Discover now