Cuentos del corazón

LAS COLORIDAS FLORES

Esta mañana el frío se adueñaba de cada parte de la habitación, sin embargo el sol nos cubría como una manta de lana, calientita, suave, tan fina y ligera de esas que tienes cuando niño, de las que no abruman la vida. Madre me abrazó por la espalda, en ese momento desperté.

No puedo recordar con exactitud lo que soñé, sólo recuerdo que mi actitud fue de esas que te dan el primer y horrible día de cada 8 al mes (si eres mujer lo comprenderás); estuve insoportable, lo peor es que no me di cuenta. Cada día me sorprendo más de como uno mismo hace su día; claro Dios nos lo regala y depende de nosotros hacer de ese regalo el mejor de todos los que hemos tenido, pero sinceramente como adolescentes sólo tendemos a arruinarlo y encerrarnos en nuestra burbuja, sin importarnos que cause o si fuera de ella dejamos una bomba a punto de estallar. Mi bomba estalló hoy.

Sin darme cuanta de ella, de el momento en que la activé; el tiempo comenzó a correr y terminó. ¿El resultado?, unos cuantos gritos, regaños y lágrimas, jamás imaginé que lo volvería a hacer.

Cada vez que sucede me siento la peor hija del universo, que digo universo de la galaxia entera, me duele ver caer esas lágrimas de aquellas hermosas y delicadas ventanas; no entiendo como se me hace tan complicado expresarme, porque me cuesta tanto ser yo misma; todo es a causa de mi rebeldía, de querer llevar la contraría siempre.

Desde siempre me ha costado tanto ser yo misma, me escondo detrás del silencio pensando en ¿cómo podre agradarle a los demás?, ¿cómo podre ser feliz?, ¿soy feliz?.

Mientras yo me encontraba en mi "duda existencial" escuche una voz, una voz que me decía tranquila, ser tu está bien, sé tu misma, se feliz, disfruta, aprende a disfrutar y a escuchar, a apreciar. Pensé: claro mi "pepe grillo" va a empezar a darme una platica motivacional; pero no era "pepe grillo" quien me hablaba. En ese momento recordé ¡Es mi sueño!, anoche soñé que estaba caminando en un gran y hermoso campo sola, sin nadie a mi alrededor, me sentía tranquila, relajada y sin miedo a nada, no existía ninguna otra emoción que la tranquilidad, fue entonces donde recordé como puedo dejar de actuar hipócritamente y no volver a hacer llorar a las personas que amo, a no defraudarlas por mi actitud, sólo debo limpiar las malas emociones para que yo me sienta segura y tranquila como en mi sueño, como en aquel campo de verdes pastos y coloridas flores.