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Mi vida comenzó desde que te conocí, desde que empezamos a ser ese quipo envidiable, desde que tenia mi compañero para luchar contra el mundo. Empecé a vivir realmente, mis sonrisas tenían felicidad reflejada, el brillo en mis ojos era notorio, tenia un motivo para despertar. Toda esa tristeza acumulada fue suplantada por una inmensa paz interna cuando llegaste. Ya mis noches no eran solitarias y tristes, estaban acompañadas de Vodka y tus malos chistes. Empecé a ver el color en la vida, a buscar el propósito de ella. Me enseñaste a ser yo misma, liberaste esa parte de mi que pedía libertad a gritos desde él fondo de mi habitación.  Supongo que una parte de mi, siempre será tuya, esa parte que sólo tú pudiste descubrir.

Cartas para Nathan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora