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Un nuevo fracaso amoroso. Así llevo desde hace mucho tiempo, con el amor dándome la espalda, ¿tan difícil es encontrar una pareja con una buena estabilidad emocional? Resulta que sí.

Tenía un rollo con Roberto, un chico que conocí hace dos meses aquí, en Madrid. Me resultó encantador y ambos intercambiamos nuestros números. Al día siguiente me llamó, me pidió una cita, yo acepté encantada y paseamos por la Puerta del Sol.

En ese día me explicó muchas cosas sobre él. Era químico en una industria farmacéutica, estaba soltero y tenía una familia muy deshecha por las continuas discusiones. Me dio sensación de que era una persona sincera y como se estaba abriendo de esa forma a mí, creía que quería estar conmigo como algo más.

Pero como siempre no salió como esperaba. Un día me llamó para decirme que había conocido a una chica y que iba a estar con ella, dando por finalizada nuestra historia de "solamente rollo".

Me dio mucha rabia y me di cuenta de como era, un cobarde mentiroso que iba de chica en chica. Yo fui solamente un peón entre sus fichas.

Pongo la televisión y me encuentro en un canal a la típica chica que no encuentra el amor, pero más tarde su "hombre ideal" aparece y como siempre acaban juntos y felices. Ya no creo en eso.

Roberto me ha hecho ver que los tíos no deben de ser esenciales para mí. A partir de ahora seré una nueva Daniella, una a la que no le romperán de nuevo el corazón ni quedará entre los brazos de cualquier hombre que me diga cuatro palabras bonitas. Ya no.

Orgullosa de dar este primer paso, me arreglo y me marcho al centro comercial.

Allí me dirijo más que decidida a la peluquería, ya que voy a cambiar mi situación con el amor, también me voy a cambiar de look. Por un nuevo comienzo.

Me atienden y después de lavarme el pelo, la peluquera formula la tan típica pregunta:

-¿Qué te vas a hacer?

-Quiero que me cortes el pelo por mitad de la espalda y un flequillo largo que esté a los lados de la cabeza- digo segura de mí misma.

Miro por última vez mi largo cabello castaño claro, me llega por la cintura y me va a dar mucha pena.

-¿Quieres que te ponga un tinte? Estás a un solo tono de ser rubia la verdad.

-No, gracias. Me quedo con este color.

Nunca me he teñido, adoro mi color de pelo, ni muy rubia ni muy castaña, en el tono perfecto para mí.

Tras casi dos horas dentro de la peluquería, Bea, mi mejor amiga, me llama.

-Hola, Bea.

-Dani, ¿qué tal estás?

-Estoy bien. Vente al centro comercial de cerca de mi casa, voy a mirarme ropa.

-Bien, en nada estoy allí. En cuanto llegue te llamo para saber donde estás.

-De acuerdo, hasta ahora.

-Hasta ahora- se despide.

Entro en Stradivarius, una marca de ropa que me gusta mucho, donde miro cosas para el verano, que está a la vuelta de la esquina, y para este tiempo.

Al final encuentro una falda corta burdeo con botones y una camiseta blanca, al menos eso por ahora.

Estoy haciendo la cola de la caja, que precisamente no es poca, y me llama Bea. Ya ha llegado y me está preguntando donde estoy, le informo de mi ubicación y me responde que no me marche de allí.

Finalmente, y por fin, llego a la caja, había estado esperando quince minutos como mínimo, donde una amable chica rubia me atiende.

Tras comprar, salgo de la tienda y me encuentro a mi mejor amiga en la entrada, me mira con los ojos como platos.

-¿Dani? ¿Qué has hecho con tu pelo? ¡Estás preciosa!

-Una nueva imagen para estrenar un nuevo comienzo- respondo orgullosa de mí misma.

-¿Estás con otro?

-¡No! No voy a volver a enamorarme de ellos por un tiempo. Paso de los chicos, no quiero seguir dando más bandazos. A partir de ahora, me centraré en mí misma.

-Te dije que Roberto no te convenía, pero me alegro que hayas dado ese paso.

-Siempre me he preguntado, ¿por qué fracaso tanto en el amor? ¿Qué hago mal?

-El amor no se busca, llega solo.

-Esperaría otro fracaso.

-Ya verás que no, encontrarás a alguien que sepa aguantar tus impulsos y tu fuerte carácter y con el que conseguirás estabilidad emocional.  Deja de ser tan negativa.

-Yo no soy negativa, soy realista.

-Ya, pues deberías de mirar la realidad de una forma más positiva- insiste ella.

Entramos en una tienda de zapatos donde me compro unos zapatos elegantes negros que van en conjunto con lo ya comprado en la tienda anterior. Tras salir de la zapatería, nos dirigimos a una cafetería para descansar, la cafetería está en el otro extremo del centro comercial.

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⏰ Última actualización: Apr 08, 2018 ⏰

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