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Año 1150, Granzreich fue descubierto por un pequeño grupo de colonizadores que se apropiaron de ella

Tres generaciones de reyes habian pasado en esas tierras nuevas y más de veinte en las antiguas

Sin embargo una guerra se desató con el reino vecino, quien decía llamarse el auténtico dueño de esos suelos

El Rey Frédéric II con su batallón listo, declaró la guerra...

Una que duraría más de 50 años

El reino tenia una tradicion (impuesta luego de intentos de asesinato hacia la familia real) cuando un principe heredero cumplia los 10 años se le otorgaba un guardian, una persona que sera su sombra hasta que el heredero o el protector muera.

Dispuesto a dejar su vida con tal de proteger a su rey

Los Beschütser* eran tan importantes y apreciados como los príncipes mismos.

El Reino tuvo una historia, una que quería ser borrada.

En aquellos tiempos, el Rey de la Guerra llamado asi por su grandes peleas ganadas para proteger sus tierras. Pero nunca lucho solo, este rey se lo debia a su guardian, un joven de apariencia hermosa que fue capaz de adueñarse del corazon de este Rey y hacerlo suyo únicamente

El Rey y su escudo cometieron un pecado, se habían enamorado el uno del otro

Algunos dicen que las personas del pueblo conocían el amor del Rey por su Escudo, otros lo miraban desaprobación y unos pocos simplemente ignoraban este hecho pues su rey apesar de todo, era un hombre justo

Sus días pacificos terminaron con el comienzo de una guerra. Y en la batalla, el guardián murió salvando la vida del Rey y trayendo la victoria al pueblo

El Rey enloqueció luego de eso y dejo el pueblo al mercer de su primogénito, quien avergonzado de su padre, quemo todo registro, cuadro o pertenencia del antiguo Rey. Dejando perdido el nombre de aquella persona quien dio su vida por el bien de su pueblo. —

Heine detuvo su relato al encontrarse frente a los cuadro de exhibición en el Museo Central de Granzreich, un país que siglos atrás fue un Reino imponente.

Nuestro pequeño narrador no era otro mas que uno de los guías contratados en el museo. De lunes a sábados, desde las 9 hasta las 7. Un horario cómodo y calmado para alguien que quería mantener un deseo inexplicable de tranquilidad en su vida

Heine, observo de reojo al grupo que tenía en esos momento. Adultos que parecían llegar a hacer turismo y jóvenes en una pequeña excursión

Sonrió levemente al estar frente al cuadro que estaba buscando antes.

Decoraciones exteriores de plata en el marco. La pintura que había estado pérdida por mucho tiempo, las pinceladas sencillas pero cautivadoras, dejando el sentimiento de melancolía a lo que sería el ultimo recuerdo del Rey con su amante.

El monarca de rodillas en el suelo manchado de carmin, su armadura dorada y capa negra junto con su corona en su cabeza. Cabellos rubios como el cielo con manchas de suciedad en algunas partes. Con una mano en alto tratando de detener a su amante.

Su protector, quien daba la espalda a su amado, con lo que parecia ser una especie de espada de dos filos y un escudo con el emblema de aquel reino antiguo.

La pintura completa te llevaba al momento exacto en el cual, el Rey veía a su amante sacrificarse por él.

— Este cuadro. — comentó el pelirojo con un tono neutro. — Junto con una carta fueron las únicas pertenencia intactas del Rey. Fueron escondidas por mucho tiempo, hasta que finalmente se pudo reconocer esta historia y los protagonistas. —

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2017 ⏰

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