Me encontraba nuevamente aquí, el lugar estaba como la primera vez. Solo habian dos cosas diferentes. La llave N°1 ahora se encontraba colgando en la rama de un ábol, en esta, habia germinado una hoja de un color verde, claramente podia ver el brillo de vida que esta detonaba.
Me quede un rato admirando el signo vital que ahora se encontraba en aquella sombría oscuridad, el brillo de algo atrajo mi vista y la deposito en la fuente, de repente me acorde de como la mujer había destruido aquella llave, corri con impetu y trate de meter mis manos en el agua pero no podia, algo lo impedía. Comence a llorar nuevamente, tenia miedo, solamente queria terminar con esto pero algo me decia que necesitaba aquella llave.
Aparte mis manos de la fuente y me sente dandole la espalda, una brisa fresca hizo volar mi cabello, la hoja verde que habia visto cuando llegue hoy aquí, cayó a la fuente y logro que una llave pudiera flotar, esta era diferente a la que había tomado la ultima vez. No solo por su numero esta era mas pequeña sin embargo esta estaba marcada como la Llave N°6 la tome entre mis manos, limpie mis lagrimas y comencé a recorrer los pasillos de aquel sueño que en si se podría definir mejor como una pesadilla.Camine buscando la puerta numero seis pero esto era mas complicado ya que las puertas no estaban ordenadas cronológicamente, después de lo que pareció ser una eternidad la encontré, antes de abrir la puerta recordé los mensajes de las dos cartas que había leído, tenia que tener la llave conmigo y no podía decir nada de esto
Al entrar esperaba encontrarme con una habitación como la primera, sin embargo esta vez entre a una habitación decorada para una bebe, las paredes rosas, repisas con muchos juguetes, cortinas color blancas, justo cerca de la ventana estaba una cuna color blanca cubierta con unas telas semejantes a los velos de los vestido de novia.
Me dedique admirar el cuarto, no entendía el porque estaba aquí, no era mi cuarto de pequeña, según en las fotos que me mostro mi padre, mi cuarto era color lila. Un llanto se escucho en la habitación causando que me tensara. gire en todas las direcciones tratando de encontrar al emisor de aquel llanto, y deduje que provenía de la cuna, con temor me acerque a esta y lo único que encontré era una nota con el nombre de Charlotte. ¿Y si la tal Charlotte era la propietaria de este cuarto? Joder, esto era cada vez mas confuso. Tome la carta y la abrí, comenzando a leer
Querida Charlotte.
Veo que has encontrado la fuente de una de tus dudas mas grandes. Aquí comenzó todo, aquí seria donde se crearían los primeros sueños de la pequeña H.....¿Qué pasaba? ¿Los sueños de quien? La carta se había hecho cenizas que una ráfaga de viento se llevo. Tal como la ultima vez, la habitación comenzó a crujir indicando que estaba por colapsar, indicando que estaba despertando. Corrí hasta la puerta y esta vez salí sin problemas...
—Cambiare por ti, porque te quiero. ¡Porque desde que cruzaste aquella puerta de cafetería robaste mi corazón! —decía alguien mientras tenia mi mano entre las suyas, aun así no lograba reconocer su voz
Comencé a desertar y parpadee un par de veces para poder acostumbrarme a la luz, gire mi vista y la enfoque en quien tomaba mi mano, ¡era Leonel!
—¿Qué me paso? —fue lo primero que pregunte mientras tocaba mi cabeza —¿Qué haces aquí Leonel?
—Me preocupe mucho por ti, tenia miedo de que algo malo te pasara —respondió acariciando mi cuero cabelludo, mientras me observaba con aquella sonrisa que derretiría a cualquiera
—¿Me haces un resumen de lo que paso? —pedí gentilmente y el asintió, aclaro su garganta y comenzó a hablar
—A ver... peleamos en la cafetería, me dijiste princeso, egoísta, peleaste con Valentina, confesaste que estabas enamorada de mi —eso lo dijo emocionado y yo rodee los ojos por lo cual el comenzó reír, se acerco a mi y beso la comisura de mis labios ocasionando una revolución en mi interior —lloraste, te fui a buscar, volvimos a pelear y te desmayaste, te lleve a la enfermería, le llame a tus amiguitos, llamaron a tu casa, y de un momento a otro enloqueciste gritando cosas que nadie a podido descifrar —menciono ahora confundido y yo me tense — te trasladaron al hospital y te aplicaron un sedante. Tu padre no ha podido con la presión por saber que es lo que te pasaba. ¿Quieres agua? —pregunto y yo asentí
—¿Cuánto tiempo estuve dormida? —pregunte nerviosa y comencé a beber el agua que me había servido Leonel
—Un día —pregunto y me atragante, al escuchar el como tosía Leonel se apresuro a golpear suavemente mi espalda —¿Mejor? —pregunto preocupado y yo asentí —Le avisare a tu familia que has despertado —se acercó nuevamente a mi y esta vez, deposito un pequeño beso en mis labias, podía sentir la ternura y el cariño en aquel beso.
Salió y por la ventana vi que se acerco a mi familia quienes acababan de salir del elevador, le avisaron a una enfermera ella asintió y rápido camino hasta mi habitación cuando entro logre recordarla. ¡Era Mia! la enfermera que me atendió la vez pasada
—Hola Alicia, ¿Cómo te sientes?
—Hola Mia, me siento mejor
—Me alegro, ¿Has estado bajo mucho estrés cierto? Hasta hace unos días saliste de aquí
—Si, algo asi.
—Todo indica que estas bien, le avisare a tu padre.
Salió cerrando la puerta, pero en menos de un minuto fue abierta y cruzada por papá, que al verme se aproximo a abrazarme, claramente pude ver como unas lagrimas resbalaban por sus mejillas
—Mi princesa ¿Estas bien? ¿Necesitas algo? ¿Te duele algo? ¿Quieres que llame al medico? —pregunto y yo negué
—Tranquilo papá, estoy bien.
—Vamos amor, dime que paso, ¿Porqué te pusiste así? ¿Alguien te molesta? —pregunto y nuevamente negué — Mi niña..., mi preciosa Charlotte — dijo acariciando mi cabello y yo abrí mis ojos al tope, pero no solamente yo el también. Sabia que había cometido un gran error, se removió incomodo
—¿Quién es Charlotte? —pregunte impaciente
—Nadie mi princesa, perdón es que... —dijo nuevamente nervioso
—Así se llamaba la hermana gemela de tu abuela, y te pereces mucho a ella Alicia —dijo mi madre y yo los mire aun mas confundida
—¿Mi abuela tiene una gemela? —pregunte
—Claro, solo que ella falleció hace unos años —intervino Abraham
—¿Porqué nunca la mencionan? o ¿Porqué nunca supe aquello? —insistí, no me creía aquel cuento
—Porque es un tema doloroso para la abuela, ¿Sabes? Nosotros siempre hemos tratado de evitar el dolor de los demás —dijo Ricardo y sentí que me lo decía mas para mi, que por la abuela, todos lo fulminaron con la mirada —Como sea, deja de preguntar, los espero en el auto
Dijo sin mas y salió del cuarto dejando la tensión entre todos. —No le hagas caso Ali, sabes bien como es de gruñón —dijo riendo este Abraham para tratar de aligerar el ambiente, pero aun así se sentía la tensión. —Preguntare cuando te dan el alta, e iré por tus pertenencias al auto
Abraham salió y hablo con el medico, que enseguida entro para comenzar a dar indicaciones de como reducir el estrés, mis padres salieron con dirección a la recepción para hacer el papeleo, dos golpes en la puerta y dos chicos idénticos aparecieron en el panorama.
—Loca Ali ¿Estas mejor? —pregunto el gemelo de ojos azules
—Demonios chica, por poco y yo me encuentro igual que tu —rio esta vez el chico de ojos verdes
—De seguro lloraron pensando que me perderían —me burle
—Seguro que si, sobre todo Edward. Ahí lo tenias llorando como una nena
—Y tu no te quedas atrás Andrew, estabas casi con un colapso nervioso —ese comentario basto para que comenzaran a discutir entre ellos, yo solo puse los ojos en blanco y tome la mochila que traían para mi, entre al baño y me cambie el ridículo camisón de hospital por mis jeans y mi blusa de color negra, ate mi cabello en una coleta alta y salí del baño. Al salir me encontré con que seguían peleando hasta que me vieron ya cambiada
—¿Peleamos mucho? —pregunto Ed
—A ver mi querido y estúpido hermano, dejemos de pelear y ayudemos a Ali —sugirió Drew y el asintió, Ed tomo mi mochila y me abrazo por los hombros, afuera de la habitación nos encontramos a Leonel quien al vernos así frunció el ceño, salimos al estacionamiento y vi como mis padres discutían con Ricardo, Leonel se despidió de manera seria y camino hasta su auto deportivo...
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La llave correcta.
Mystery / Thriller"La peor verdad sólo cuesta un gran disgusto. La mejor mentira cuesta muchos disgustos pequeños y al final, un disgusto grande." - Jacinto Benavente La realidad es el miedo mas grande al que estamos expuestos, no cualquiera esta dispuesto a ver su...