Me encontraba en mi habitación tratando de dormir, ya era el quinto día que llevaba sin dormir. El insomnio no me dejaba en paz, lo único que quería en las noches era dormir. Esta noche se me hizo demasiado extensa. No sabía qué hacer estando despierto y todos durmiendo. Acaso, ¿esto es normal? ¿Por qué empezó mi insomnio como si nada? Es muy extraño. La habitación estaba silenciosa, el viento golpeaba aquella ventana junto a mi cama, las luces en esa habitación no existían, solo se veía la luz de la luna que llegaba de afuera de la ventana. Mis ojos estaban más que abiertos, aparentaba no tener sueño pero en mis adentros quería dormir, aunque sean treinta minutos. Cerré mis ojos pero aun así no podía dormirme. Todo estaba en silencio pero aun así no podía dormirme. Es raro. Esto es muy raro. Un viento brusco golpeó la ventana muy fuerte y entonces fue cuando dirigí mi mirada a esta. Del otro lado del vidrio había una hoja blanca. No veía bien si estaba escrita o no. Me levanté de mi cama y me dirigí hasta la ventana y con cuidado de que la hoja no salga volando y la tomé. Analice la hoja pero en esta no había nada. Era solo una hoja en blanco. ¿Es una broma? Deje la hoja en uno de los cajones del mueble que tenía a mi lado. No sabía porque la había guardado realmente. ¿Curiosidad? Aún no lo sé, pero algo me decía que la guarde. El sol había salido y yo me encontraba con los ojos bien abiertos acostado en mi cama. Ya era de día y todos se habían levantado. Quería contarles a los chicos lo que paso con la hoja y todo, pero era algo normal... Supongo. Ocho días habían pasado de aquel encuentro con aquella hoja. Más hojas habían llegado a mí, pero todas estaban en blanco. Aunque... Guarde todas. Las guarde según el orden que me había llegado, sentía que querían decirme algo... Pero no sé qué era. La última hoja que llegó era igual que las demás, pero esta tenía algo diferente. Era roja. No entendía que significaba eso ni tampoco porque me llegaban esas hojas. En total eran 9 hojas. De un día para otro deje de recibir aquellas hojas. Tenía curiosidad de quién las había mandado o que significaban. Era realmente algo extraño.... Hasta que algo pasó. Estaba por sacarle una foto con mi celular a aquellas hojas para mandarle a uno de mis compañeros, cuando algo raro sucede. Se veían letras en estas. Me desesperé por un momento. Fue entonces que comencé a sacar fotos de todas las hojas en orden de cómo me habían llegado. Cuando por fin terminé fui a mi galería y fue ahí cuando un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
V A S A M O R I R
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Esa "frase" estaba escrita si juntaba cada una de las hojas en orden. Todas tenían escritas una letra, excepto la roja, la última. Esta, además de la letra "R" tenía escrito en una letra pequeña: "Suerte Taehyung" Por instante creí haberme equivocado con el orden, pero ubicándolas en otro lugar no concordaban. Aquella "frase" o más bien afirmación hizo que tenga miedo. ¿Mi vida corría peligro? ¿Quién va a matarme? ¿Por qué? Esas preguntas rondaban por mi cabeza cada segundo. Mi corazón bombeaba con todas las fuerzas del mundo, sentía que en algún momento se pararía. Mis piernas temblaban y mi rostro no era como siempre, está vez se había tornado pálido. No entendía. Tal vez era una broma. O tal vez no. Tenía miedo... Y mucho. Salí corriendo de mi habitación con la idea de encontrar a alguien en aquella casa, pero esta estaba vacía. No había nadie que pudiera ayudarme o aunque sea darme unas palabras de aliento. Solo me encontraba yo y aquel silencio que molestaba... O eso es lo que yo pensaba. De la oscuridad de la cocina salió un hombre vestido de negro con un barbijo colocado en su boca. No se podía ver bien su cara, pero daba una mala impresión. - Hola Taehyung. - una voz grave salió de su boca al decir esto. Sonaba triste y escalofriante a la vez. - ¿Quién eres? - dije temblando. - ¿Qué? ¿Ya no recuerdas al chico que tú llamabas gordo en primaria? ¿Recuerdas las veces que me hiciste sufrir? ¿Ya te olvidaste de mí? - dijo sacándose el barbijo de la boca. Era él. Admito que fui muy malo con este chico, pero no quería serlo. Un niño que iba al mismo curso que ambos me obligaba, decía que si yo no hacía eso él dejaría de ser mi amigo. Me dolía hacerlo, pero tampoco quería quedarme solo. Fue muy malo de mi parte solo pensar en mí de esa forma, podía llegar a arreglar las cosas, pero ya era demasiado tarde. - Y-yo lo siento mucho... - dije con la voz entrecortada. Me sentía muy mal por ese chico. - Ya es demasiado tarde, debiste haberme dicho eso antes de que yo me haya suicidado. - dijo. ¿Se suicidó? ¿Cuándo? ¿Cómo? - descubriste las hojas, ¿Verdad? - Si... - Él había causado esto. ¿Iba a matarme? - ¿Te suicidarse? - wow! Parece que no lo recuerdas... ¿Quién se tiró del último piso del colegio? - Ahí lo recordé, ¿Cómo pude olvidarlo? - Pero eso no tiene importancia ahora... Lo que sigue será lo divertido. - al terminar de decir esto se acercó a más a mí y sacó una navaja de su bolsillo izquierdo del pantalón. Tenía miedo. No podía salir de allí, me tenía contra la pared mientras que yo me quedaba inmóvil sin saber qué hacer. Los cortes dolían. La navaja entraba y salía de mi pecho. Me encontraba en el suelo... aún no estaba muerto, él parecía que disfrutaba de mi dolor, demasiado. Este se levantó con las manos llenas de sangre del contrario, él, con una sonrisa en su rostro, mientras que yo seguía en el suelo cubierto de sangre. Antes de caer en aquel profundo sueño pude escuchar la voz de aquel chico una última vez:
