Capítulo Único

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Se encontraba sentada en un campo de flores muy bellas. El paisaje era realmente perfecto, cerró los ojos mientras disfrutaba aquella tranquilidad.

- Annie, aquí estás. - Cliff se sentó al lado de su bella hija.

- Sabes que es mi parte favorita de la ciudad papá. - La castaña abrió los ojos y sonrió.

- La mía también. - Ambos sonrieron.

- Creí que estabas ayudando a mamá con la cena.

- Lo intenté pero terminé comiéndome los dulces para el postre y me echó de la cocina. - Los dos rieron.- ¿Cómo va la escuela cariño?

- Excelente, aprobé todo.

- Esa es mi chica. Y en cuanto al chico que me contaste... ¿Ya pasó algo?

- Eh... Mejor cuéntame como te fue en la última gira. - Anna comenzó a reír nerviosa mientras se sonrojaba.

- No hasta que me digas el chisme jovencita.

- Papaaaaaaá.

- Vamos Annie, yo quiero saber. - Burton hizo cara de borreguito regañado logrando convencer a su pequeña.

- Bueno, ¿recuerdas el festival en donde toqué el bajo? El que hubo antes de que te fueras de gira.

- Sí, recuerdo que me quitaste mi playera de Misfits para usarla y tuve que ponerme una de Motörhead, hasta se nos hizo tarde.

- Pues... Me buscó después de la presentación, cuando tú y mamá estaban oyendo el discurso de la directora y... - La pequeña Burton se tapó la cara emocionada.

- ¡Que más! - Realmente Cliff estaba emocionado. Cualquiera pensaría que sería un padre celoso pero en realidad su mujer, Corinne, era la celosa de la familia.

- Dijo que lo había hecho genial, y que se notaba que había heredado tu talento... Y después de eso fuimos a comer un pedazo de pastel en lo que terminaban las demás presentaciones.

- Aún hay más.

- ¡No es verdad!

- Anna Burton...

- Pero no le vayas a decir a mamá.

- Tú tendrás que hacerlo algún día, y ese día yo saldré con los chicos. Evidentemente el mundo va a estallar. - Los dos comenzaron a reír. - Pero ya termina el chisme.

- Después del pastel estuvimos conversando en el jardín, me dijo como muchas veces que él era tu fan número 1 y yo sólo le agradecía, nos miramos y poco a poco nos fuimos acercando hasta que me besó.

Cliff soltó un grito femenino mientras que su hija tenía la cara tapada por la pena, cuando logró tranquilizarse quiso darle consejos a su joven chica.

- Recuerdo que cuando yo conocí a tu madre me ponía igual que tú. Pero conforme se fueron dando las cosas sabía que si me ponía así era porque ella era la indicada, así que date la oportunidad de conocerlo y claro, de presentármelo así si te hace algo podré deshacerle el cráneo a martillazos.

- No hablas en serio.

- Bueno tal vez no, pero entre tus tíos Lars, Kirk y James le daremos una lección.

- Sería interesante ver al tío Lars en acción. - Los dos rieron.

- Con que aquí están. - Corinne vio a las dos personas que más amaba en el mundo y tomó asiento a su lado.

- Hola mamá.

- ¿Ya puedo ir a terminarme los dulces? - Mientras Cliff y su hija trataban de no reírse Corinne fruncía el ceño.

- En realidad los traje para comerlos todos juntos. - Dijo con una ligera sonrisa.

Así pasaron la tarde como la familia unida que eran, para el bajista todo pintaba bien: las cosas con Metallica iban excelentes y tenía a dos chicas que adoraba con toda su alma.

- Vamos, debemos preparar las cosas para la cena.

Los tres se dirigieron a casa y terminaron de cocinar, después se arreglaron y esperaron a los padres de Cliff y a sus compañeros de banda ya que también ya eran parte de la familia. A los pocos minutos tocaron el timbre.

- ¡Tío James!

- Hola linda. - James y su esposa entraron junto con el pequeño Castor en brazos mientras las otras niñas saludaban a Anna.

- Que bueno que llegaron James, tomen asiento.

- Gracias Cliff.

El resto de la banda llegó junto con los padres de Cliff, si se pudiera ver la escena sería muy conmovedor; todos reían a causa de las anécdotas que Lars contaba acerca de la última gira que habían tenido aunque sólo lo hacía con el propósito de molestar a sus compañeros.

A la media noche salieron a ver los fuegos artificiales, todas las familias unidas y tomadas de las manos. Los chicos de Metallica se sentían orgullosos por lo que habían logrado tanto a nivel personal como profesional... Habían pasado tantas cosas para llegar a donde se encontraban y estaban tranquilos por ello.

Cuando todos se fueron Cliff se quedó dándole las buenas noches a su pequeña.

- Fue una gran Navidad papá.

- Lo sé pequeña. Y quiero que sepas que cuando ya no esté siempre voy a estar en tu corazón.

- Papá no digas eso.

- Es la verdad Annie. Te amo a ti y a tu madre, siempre van a ser lo mejor de mi vida y espero que yo lo sea para ustedes.

- Lo eres. Eres un gran hombre papá.

- Gracias nena. Buenas noches, te amo.

- También te amo papá. Gracias por todo...

- Anna, Annie cariño... ¿Estás despierta?

Poco a poco la castaña fue abriendo los ojos y notó que tenía lágrimas en su cara. Todo había sido un sueño pero se sentía tan real, como si él hubiera estado ahí.

- Sí mamá, bajo en un momento.

- Date prisa, tus tíos llegarán en unos minutos.

Comenzó a arreglarse mirando una foto de su padre pegada en el espejo de su habitación. Para su desgracia era lo único que conservaba de Cliff además de su chaqueta de mezclilla y su bajo que solía tocar algunas veces, cuando Burton se fue a esa gira Corinne no sabía que estaba embarazada hasta unas semanas después del accidente que le arrebató la vida a su más grande amor. Anna a pesar de la edad que tenía comprendió bien que fue lo que pasó con su padre, siempre lo extrañaba pero Metallica le recordaba que él siempre estaría con ella.

- Como quisiera que estuvieras aquí. - Tomó la foto de su padre y la besó.

Al bajar ya estaban todos ahí: James, Kirk, Lars y Jason con sus respectivas familias. Desde que aquel accidente ocurrió ellos solían pasar las fiestas con Corinne y su hija, les gustaba pensar que Cliff estaba con ellos.

La cena estaba siendo un éxito, la pequeña Burton consideró no hablarle del sueño a su madre. Sería su secreto, su lindo secreto.

- Esto es para la pequeña Anna. - Dijo James mientras le daba una enorme caja a quien consideraba su sobrina con una gran sonrisa.

- Tío James. - La pequeña exclamó con la voz quebrada y las lágrimas asomándose.

- Es de parte de toda la banda, tu padre estaría orgulloso de ti cariño. 

La chiquilla presumió el regalo de Metallica: se trataba de un bajo negro con la imagen de su padre, el gran Cliff Burton impresa en él. Corinne también se puso sentimental de la emoción.

- Anda, sorpréndenos pequeña.

Y así, la pequeña bajista demostró que el talento en definitiva, se hereda.

Fade to black (One Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora