El motor del coche ruge mientras la velocidad pega sus cuerpos contra el cuero...
El tiempo se les echa encima...
Nadie desconfía, solo son buenos amigos.
Los mejores amigos....
Con las mejores escusas...
El humo del cigarro que ella a prendido llega a sus pulmones como una dosis mortal del peor veneno...
Aun recuerda la primera vez que la vio fumar.
Fue en su habitación...
Después de una mala noche, donde las pesadillas no daban tregua...
Nadie lo sabe, solo él.
Esta perdido...
Se dio cuenta cuando sus ojos dejaron de verla como una niña asustada...
Detrás del humo solo era una mujer conteniendo sus instintos...
No dudó ni un segundo...
La llevó mas allá de sus límites...
Durante horas...
Después vinieron muchas otras veces...
La última hace solo cuatro días...
La mira convencido de que esa fue la última vez...
Porque después de todo, él es un buen chico y nadie puede decir lo contrario.
Se maldice entre dientes cuando su mano lo traiciona y se desliza por la rodilla de ella...
Desde luego él también sobrepasó hace tiempo los límites...
Y es que sabe que su cara ya no puede disimular la incomodidad que le provoca verla cerca de su hermano.
Igual que la de ella tampoco puede hacerlo cuando es él quien esta acompañado.
Pero las cosas son mas fáciles así...
Mientras no sepan no habrá consecuencias.
Nota su mirada violeta.
Sabe que la misión se fue al traste porque si ella quiere él se lo dará...
Tarda poco en parar el coche en un callejón apartado.
La intimidad que los cristales tintados les ofrece es suficiente para dejarse ir...
Reclina el asiento hacia atrás mientras ella se desliza ágil sobre su cintura...
No puede evitar comparar la piel helada que sus manos manosean con la suya propia...
Él arde, mientras que ella es hielo.
Porque sí,es fría, pero solo por fuera...
Con cada roce y cada beso desata el fuego de mil infiernos y eso le encanta.
Los cristales se empañan...
Muerde su pálido hombro y la escucha gruñir su nombre...
Sus pensamientos se nublan mientras ella se contorsiona sobre sus piernas...
Susurra palabras feas que solo se atreve a decir en su compañía...
La conoce... Sabe perfectamente que botones tocar para encenderla...
No puede evitar pensar...
Su hermano nunca la a visto así...
De haberlo echo, de seguro, no la dejaría salir de la habitación...
Él no la dejaría...
Los celos y la culpa nunca se acaban de ir...
Pero ahora ya es tarde...
Ella es como una dosis alta en sus venas y por mas que lo intente le basta una mirada para poner su mundo de cabeza...
Él es un hombre comprometido que solo la puede disfrutar por un par de horas sin levantar sospechas...
Y no... Nunca le parecen suficientes...
Pero no puede aspirar a nada más...
Porque ella también tiene dueño, que de seguro se enterará lo descuartizaría en segundos...
Cuando sus cuerpos no dan mas de si deciden regresar...
Mientras lo hacen discuten cual será la escusa esta vez...
¿Se les escapó?
¿Una alerta falsa?
Tienen que hacerlo bien...
El maldito nudo en su estómago no tarda en aparecer cuando llegan a la torre...
De nuevo esa mirada aterradora lo estudia a detalle...
Cada gesto, cada movimiento es medido...
Un mínimo error y se le acabó la diversión junto con la vida...
Sonríe nervioso mientras pasa de largo...
Deja ir un pesado suspiro cuando cierra la puerta de su habitación...
Con los ojos cerrados sopesa si le vale la pena el riesgo...
Está claro que no... Pero la voluntad no le alcanza...
Sabe que si ella quiere él se lo volverá a dar...
