Hypnotized

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Tarde en la oficina y otra vez tu encargado, SeokJin, había llamado para pedirte que terminarás unos informes que no se entregarían hasta el martes. Sabía que “tú podrías hacerlos antes” y así, contentar a su jefe. Bufaste en desacuerdo.

Min Yoongi, el jefe, era un hombre de pocas palabras, pero eso bastaba para que algo dentro de tí comenzara a quemar.

No se cruzaban muy seguido, ya que no eras su secretaria, pero últimamente, tu encargado pedía que lo acompañaras a las reuniones para tomar notas y entonces lo veías aunque lo evitaras.

Su cabello blanquecino, pequeños ojos oscuros y su cuerpo firme, vestido en un fino traje juvenil, te dejaba paralizada. A veces cuando tenías que presentarte con él, tu mirada se desviaba por sus manos callosas, las cuales estaban surcadas por venas notorias. Te fascinabas pensando en lo fuerte que serían con cada vuelta de página que daba. Las misma venas resaltaban en su cuello gracias a su piel lechosa y su profunda voz solo empeoraba tu compostura cuando hablaba de negocios con tu encargado.

Era viernes. Como último día laboral de la semana, se te pedía que dejaras los informes sobre el escritorio del “Sr. Min”, como usualmente lo llamabas, para que este pudiera revisarlos a primera hora el día lunes.

Saliste de tu asiento maldiciendo a tu encargado por cómo pretendía que vistieras. Acomodaste tu ajustada blusa blanca, que ya empezaba a incomodarte al igual que tus nuevos y muy altos tacones (cortesía de tu encargado, por supuesto) e intentaste aflojar tu larga falda azul petróleo.

Puesto que eras la última en irte, decidiste abrir un par de botones y soltar tu cabello del ajustado moño que te exigían peinar. Lo alborotaste un poco masajeando tu cabeza y sintiéndote más relajada. Definitivamente tomarías un ducha desestresante al llegar a casa así que aceleraste el paso. Tomaste los papeles y te dirigiste a la oficina principal.

Luego de caminar por el vestíbulo, trastabillando por los molestos tacones nuevos que te obligaron a usar, abriste la puerta de la oficina e ingresaste.

Todo estaba calmo. La luz que entraba por el gran vidrio, que poseía una hermosa vista a los edificios de la ciudad, era lo único que iluminaba la habitación. Caminaste hacia el gran escritorio que estaba al final, no sin antes quejarte de las heridas en tus tobillos, producto de los zapatos, decidiendo que sería mejor quitártelos. Harías el camino de regreso sin ellos y luego te pondrías algunas banditas. Tomándolos en una mano, prendiste la luz del velador de escritorio y acomodaste los informes justo en frente de la silla presidencial. Fue en ese momento cuando te diste cuenta que un chaleco de un fino traje juvenil yacía colgado en el respaldar de la misma, lo que significaba que no estabas sola allí: “SeokJin debería dejarte vestir así todos los días”, escuchaste que murmuraba a tu espalda. Volteaste para ver a Min Yoongi  con las manos dentro de su pantalón de vestir y una camisa celeste desabotonada hasta la mitad, devorándote con la mirada desde arriba hacia abajo.

“S-Sr. Min” articulaste por arte de magia, “c-creí que era la última aquí” dijiste intentado estabilizarte a pesar de la molestia en tus pies. Min Yoongi se dio cuenta de tus muecas de dolor. “¿Estás herida, T/N?” dijo mirando tus tobillos. Sacudiste las manos insistiendo en que no era nada y retrocediste unos pasos que te hicieron chocar con el escritorio.

Sus facciones se endurecieron. “Siéntate" ordenó con un tono de voz firme señalando el escritorio y tú obedeciste sin preguntar el porqué. Él se dirigió a uno de los estantes de su biblioteca personal y tomó una cajita de el. Tu pulso comenzó a acelerarse de la nada. No entendías la situación. Entonces, él volvió y se posicionó frente a ti. Agachándose y colocando la cajita en el suelo, que descubriste era de primeros auxilios, extrajo unas gasas humedecidas con un líquido marrón y limpió tus heridas. Siseaste ante el contacto y alejaste un poco el pie. “Quieta” volvió a ordenar sujetando tu pierna con una mano mientras con la otra te curaba. “Voy a matar a SeokJin por obligarte a usar esos” dijo colocando unas banditas.

Hypnotized [One shot || YoonGi & Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora