Resfrío

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Estoy en una situación por demás extraña, me encuentro cuidando de Morinaga en lo que éste se recupera del resfriado que contrajo por no abrigarse adecuadamente en esta época tan fría del año, qué idiota.

Normalmente no haría este tipo de cosas pues sé que podría aprovecharse de su estado convaleciente, pero ahora lo veo tan enfermo que lo creo incapaz de hacer cualquier cosa extraña. Además, no soy tan desalmado como para dejarlo a su suerte estando así.

_Oi, ¿qué ocurre?, ¿te sientes peor? -Pregunté un poco; muy poco, angustiado al escuchar un quejido proveniente de él.

_No te preocupes, Senpai, estoy bien -Dijo tratando, inútilmente, de hacerme sentir aliviado.

_No estás bien, seguramente la fiebre te debilitó -Rebatí con el ceño fruncido.

_Sólo es un poco de fiebre, no va a pasar nada si me quedo solo un rato. Ha estado cuidandome todo el día y toda la noche, necesita descansar -Intentó persuadirme al tiempo que dejó escapar un pequeña tos que no pudo controlar.

_No, me quedaré aquí hasta que te sientas mejor, no es muy difetente a cuando cuidaba de mis hermanos...

_... Gracias...

_¿Por qué?.

_Por estar tan al pendiente de mí. Está siendo muy amable, nadie nunca se había tomado tantas molestias por procurar que me sintiera a gusto... Muchas gracias... -Explicó con los ojos un tanto acuosos, no sé si por la gripe o por los recuerdos tan dolorosos que lo abrumaban, tal vez ambas.

_... No necesitas decirlo... -Respondí con un inexplicable nudo en la garganta.

Desde ahí comenzamos a hablar de temas triviales, y cada tanto le ponía un trapo húmedo en la frente para disminuir la fiebre, también le daba su medicación según su horario hasta que noté que luchaba por mantener los ojos abiertos.

_Hey, no tienes que seguir despierto si tienes tanto sueño, debes descansar...

_No, me gustaría hablar un rato más con usted, Senpai -Murmuró somnoliento y dejando escapar un bostezo.

_No digas estupideces, necesitas dormir para sentirte mejor -Exclamé sintiendo mi rostro arder.

_Bien, creo que tiene razón... -Musitó comenzando a cerrar los ojos.

Al poco rato se quedó profundamente dormido. Ya que él se veía un poco mejor y estaba descansando, decidí dormir un rato también, las horas sin sueño ya estaban pasando factura. Aún así, no quería separarme de él por si se sentía mal, no tuve de otra más que dormirme en la orilla de su cama para estar al pendiente de cualquier cosa.

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No pasó más de una hora cuando desperté, me restregué los ojos para quitarme el sueño restante y alcé mi vista para verificar si Morinaga seguía dormido.

De alguna forma, me resultaba un tanto... curioso; no sé cómo describirlo exactamente, ver a un Morinaga con una expresión tan pacífica en el rostro, normalmente sólo lo veía de dos formas: Como un maldito pervertido o sufriendo.

Esto era nuevo... y agradable. Jamás lo había visto dormir y nunca busqué esa oportunidad tampoco. Ahora que lo puedo observar sin la presión de que me esté mirando, puedo apreciar sin prisas sus facciones que son... lindas, debo admitir para mi desgracia.

No sé cuánto tiempo pasé contemplandolo hasta que me di cuenta que sin querer había empezado a delinear sus rasgos. Era relajante, comenzaba a entender por qué a Morinaga le gustaba tanto hacer eso.

Después de un rato más, oí a Morinaga balbucear mi nombre entre sueños, quería darle un golpe por su perversión que no paraba ni siquiera cuando no estaba consciente pero me contuve al escucharlo añadir en susurros un "Te amo". No entiendo por qué pero mi corazón se acelera cada vez que lo oigo decir eso y; aunque no lo quiera aceptar, fue muy tierna esa declaración accidental...

Agh, ¿qué demonios me pasa? Tal vez eso que mencionó aquella vez Isogai caló más de lo que imaginé. El imbécil me dijo que yo era tan orgulloso que no admitía que amaba al homo-baka, que ya no era tanto por la homofobia sino que no soportaba el hecho de que justamente me enamorara de la persona que menos pensé y de la que siempre renegué su amor.

Suspiré y llegué a la conclusión de que sí, había caído estúpidamente enamorado de aquella persona que yacía en su cama, pero no lo diría en voz alta aún, no estoy preparado, tal vez más adelante.

Decidí darle un pequeño y rápido beso antes de que me arrepintiera y justo cuando me separé pude divisar una breve sonrisa dibujada en su rostro mientras suspiraba mi nombre, al principio me asusté y sentía mi corazón latiendo acelerado pues pensé que se había despertado pero por suerte seguía durmiendo.

Unas horas más tarde vi que Morinaga estaba despertando y su aspecto estaba mucho mejor.

_Al fin te dignas a despertar -Comenté un tanto avergonzado pero disimulandolo.

_Oh, Senpai. Sigue aquí, pensé que a lo mejor se habría ido...

_¿Por qué iba a dejarte estando enfermo?.

_Mmm, no lo sé. Tal vez usted quisiera comer o descansar un rato... Gracias -Expresó con una linda sonrisa. Rayos, ya ni sueno como yo pero supongo que no hay problema si él no se entera.

_De nada... Ya te ves menos moribundo -Musité.

_Jaja sí, me sirvieron mucho los medicamentos y la siesta. Estoy como nuevo -Dijo con una sonrisa.

_Sí, es bueno escu -Me interrumpió un estruendoso estornudo- Demonios...

_Senpai, ¿está resfrido? -Preguntó con una expresión culpable.

_Am, no... No me enfermo tan fácilmente -Traté de negarlo en vano pues estornudé y tosí un poco al final de la oración.

Morinaga se acercó preocupado a mí y colocó una mano en mi frente, no pude evitar sonrojarme por la cercanía.

_Kami... Senpai, está muy rojo y su temperatura está muy elevada, tiene fiebre.

No creo que sea por la fiebre...

_Sí, sí. Debe ser eso pero ya se me pasará.

_Nada de eso, es hora de que yo te devuelva el favor -Exclamó felizmente.

_Cómo quieras...

Continuará...

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