Ed Sheeran suena en mi reproductor. Replay. Replay. Ya no sé cuántas veces llevo escuchando la misma canción; tampoco es que importe demasiado a decir verdad… Sonrió tonta con la inmensidad de sensaciones que su voz me provoca, y no sé qué es, pero me hace sonreír de todos modos. Sonrío a pesar de mi malestar, de esta pena que tengo situada en el medio de mi pecho. ¿Por qué? Tampoco lo sé. Sólo sé que quiero llorar gritar cantar: sacarlo de alguna forma de allí porque a pesar de haberme acostumbrado un poco a esto, ya estoy cansándome.
“Small Bump” Ayer no era esa canción la que oía y oía, lo era “Wake me up” también de él. Mierda. Estoy teniendo una serie de problemas con este artista porque escucho y escucho sus canciones (cosas que no quiero hacer)
En fin, estoy sentada ante el ordenador tratando de acomodar mis ideas en la cabeza, buscando las palabras adecuadas para escribir y que quede algo coherente y con sentido (eso requiere mucho esfuerzo de mi parte) Suspiro resignada ante el torrente de palabras que saboreo en mi boca, ante el remolino de ideas que tengo en mi cabeza; sólo sé que quiero escribir. Eso es todo lo que necesito saber, todo lo que necesito… por ahora. Digo por ahora porque seguro más tarde necesite un abrazo, una mano amiga, una simple sonrisa. Y sé que nadie me la dará. ¿Por qué? Porque nadie simplemente ve esto que llevo adentro, nadie se percata de nada. Y todo lo que puedo hacer es sonreír falsamente cuando me preguntan “¿cómo estás?”
Tengo frío y sé que no sólo es por la temperatura del ambiente, sino por mi estado de ánimo hoy: algo perturbado. Hoy me siento así.
“And you will never know just how you are beautiful to me” ¿Beautiful? ¿Hermosa?
Yo no sé qué es mirarse al espejo y sentirse de tal forma, no sé qué es apreciar mis atributos (en caso de tenerlos), no lo sé. Y millones de veces me han llamado narcisista sólo por quedarme contemplando mi reflejo. Si supieran lo que pasa en ese momento por mi cabeza, lo que pienso cada vez que me veo devolviéndome la mirada… E intentó entender realmente qué es lo que veo, a quién veo. Y sí, sé que soy yo. Pero no quién soy.
¿Quién soy? ¿Qué hice de mi vida hasta ahora? Nada. No he hecho nada, no tengo nada. Y eso duele. No puedo echarle la culpa a nadie más que a mí misma; tal vez por eso y/o por ser tan estúpida y sentirme así la mayoría de los días de mi vida.
“Sos joven, tu vida recién empieza”, una frase que me dijeron este fin de semana. Y en parte le doy la razón y en parte no. Cuando veo hacia atrás veo un camino muy sinuoso, millones de sentimientos que oculté a lo largo de los años, situaciones que me marcaron para siempre, secretos, mentiras… Todo eso veo entre los recuerdos felices (porque sí los tuve) sonreí, reí, me sentí feliz, me sentí libre. ¿Qué hice con mi vida hasta ahora? Nada. Cuando miro hacia adelante es muy difícil si quiera tratar de describir lo que veo.
“Tu vida comienza ahora” sí, siento que recién está comenzando porque recién este año estoy abriendo los ojos y viendo muchas cosas de otra forma, estoy aceptando muchos defectos, estoy intentando mirarme al espejo y encontrar alguna que otra virtud para resaltarla cada vez que me vea y así poder recordármela cada día.
HOY QUIERO VIVIR, quiero saltar, quiero libertad, quiero amor, quiero que alguien escuche mis silencios, que entienda mi mirada.
Sólo una persona, UNA persona este año me ha hecho sentir realmente querida, y fue la que consideraba una compañera de mi taller de teatro. ¿Por qué consideraba? Porque LO ERA. Hoy sé que es mucho más que eso: UNA AMIGA. Ella y sólo ella me abrazó sin que se lo pidiera, a ella se le inundaron los ojos cuando le dije que iba a dejar el taller, ella me dijo: “no me voy a despegar de tu lado”, ella me dijo: “pero… ¿vas a venir de vez en cuando? ¡Y nos vamos a juntar!”, me acompañó al baño y me dijo: “llora, descarga” sólo pude abrazarla y decirle gracias. Quisiera haberme disculpado pero mis lágrimas me lo impidieron. Quisiera haberle dicho: “siento no haber sabido que aquí sí tenía una amiga, siento no haberte visto ahí”
Y voy cerrando el escrito porque a decir verdad ya no sé qué era lo que quería escribir. De nuevo me dejé llevar. Y lo siento.
Seguro que nadie leerá esto, nadie más que yo.
Pero si estás ahí sintiéndote solo, odiándote a tí (como yo a menudo lo hago conmigo), si no sabes que tienes algún atributo, si crees que estás solo en esto. TE DIGO QUE NO ES ASÍ, que ni vos ni yo estamos solos ahora, porque tú me encontraste a mí y yo a ti. Y eso, amigo… Eso es algo que yo agradezco de verdad.