CAPÍTULO TRES

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"De Venezuela a New York"

Narra William M

-Tía apúrate por favor vamos a llegar tarde y la cola que se hace para La Guaira no me la voy a calar.

Mi tía siempre me hace llegar tarde a todos lados es un pesadilla, de verdad no quiero llegar tarde, es un vuelo de 5 horas y seguimos en Caracas, con tanta cola que se hace y ella no considera.

-William tranquilizate por favor, deja de quejarte, ven ayudarme -dijo mi tía desde el cuarto de arriba de la casa.- ¿Esperabas qué bajara la maleta yo sola?

-La verdad, la verdad, sí -dije llegando a la puerta de su habitación, donde me dio un golpe por la cabeza.

-William yo no te enseñe esos modales, ten consideración, estos 46 años no los estoy llevando tan bien como pensaba.

-Cualquiera cae, ni que tuvieras 100- y ahí otro golpe en la cabeza.

Como detesto que me golpeen si no fuese mi tía ya se lo hubiese devuelto.

-Oye en vez de darme golpes porque no te apresuras, el taxi ya llego y entre más espere más nos va cobrar- dije saliendo de su habitación para bajar la maleta, que pesaba mucho.

-Si es así si, voy corriendo mi pequeño will- dijo bajando las escaleras corriendo, casi me hace tirar su maleta.

Entro al taxi, se acomodó en el asiento delantero, coloco su cinturón y gritó:¡Apúrate Will, el tiempo corre!

Salí con la maleta, la monte en el maletero y volví por la mías, eran como 3, la de manos, la de la ropa y la de los libros, la de la ropa era la más pequeña, no era ni la cuarta parte de lo que llevaba mi tía.

Me monte en el taxi, busque mis audífonos y cerré los ojos.

(...)

-Pasajeros con destino al Aeropuerto John F. Kennedy, Nueva York abordando por la puerta 11, por favor boleto en mano- dijo una voz que provenía de una chica que estaba parada en la puerta que indicaba.

Hicimos una larga cola para abordar pero no importaba, estaba ansioso por llegar y ver el apartamento nuevo y por supuesto el college.

Ya todo el mundo en el avión, despegamos, sentí esa rara sensación cuando el avión se va elevando de esa que no te hace sentir muy bien.

-Will ¿qué te sucede, no te ves muy bien?-dijo mi tía agarrando entre sus manos mi cara para que la viera frente a frente.

-Nada, solo que no me gustan los aviones, eso es todo.

-Que va, si desde pequeño te encantaba viajar con tu mamá, siempre decías que era lo mejor de todo el viaje- dijo ella acariciando mi mejilla.

-Como dijiste, me encantaba- fue lo último que dije antes de levantarme para ir al baño, no llevaba ni media hora en el avión y tenía ganas.

El baño por suerte quedaba cerca, así no tendría que pasar por los asientos de gente dormida, casi en la mitad del pasillo.

Entré, cerré la puerta con el seguro, baje mi cierre, saque a mi amigo e hice. Cuando termine me lave las manos y me vi en el espejo.

¿Qué había en esa expresión que me recordara tanto a mi padre, o en esos ojos que decían que era de mi madre?

Dure varios minutos pensando en eso, cuando un sonido me saco de mis pensamientos, era el toc toc de la puerta.

-Lo siento por tocar pero, ¿sabías que es por tiempo limitado? -dijo una chica rubia de ojos claros.

-Si, lo lamento, pero no podía cerrar el grifo del lavamanos- dije, "pero que torpe sone diciendo eso, si a ella no le importa"

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