Lord Grihell, ¿exactamente dónde estamos? ¿Que es esto?-pregunté
-Estamos en Mysticland, ya te dije-Dijo sin voltear a verme
-Mysticland no existe- dijo León arrugando sus cejas
-¿de verdad? ¿Donde estás entonces?- respondió Lord Grihell
-Por qué hay una ciudad rara subterránea en Dallashux literalmente es algo imposible -Pregunto León
-Literalmente cállate, ni siquiera tienes derecho a estar aquí, de seguro te van q borrar la memoria antes de que salgas de aquí-Contestó
-León tiene razón, esto es demasiado raro, ¿por qué debajo de una cueva?-
-Esa solo es la entrada subterránea de tu feo pueblo, hay muchas entradas más, Alemania, San Petersburg, Londres, Canadá, etcétera etcétera
Estaba tratando de analizar todo lo que había pasado anteriormente, pero un enorme castillo hizo que me saliera de mis pensamientos
-Wow, para ahí-Hizo mención León al mismo tiempo que dejó de caminar-¿a donde vamos?
-Con los fundadores-Respondió Lord Grihell negando con la cabeza-Vamos a ver que harán contigo
Llegamos a la enorme puerta que estaba enfrente de nosotros, Lord Grihell tocó varias veces a un ritmo, parecíera una contraseña. La enorme puerta se abrió y caminamos sobre aquel enorme pasillo, lleno de calendabros y velas, Lord Grilled mencionó tres palabras que de seguro mi lengua nunca podría pronunciar, y al momento nos encontramos delante de una señora vieja y arrugada, con aspecto de ceniza.
-Buenos días Lord Grihell- Saludo con una sonrisa de media luna
-Buenos días Meredith-Devolvió la sonrisa
-¿Que me traes por aquí? Temo que ellos están ocupados, teniendo un banquete con el representante de los Hallenwood-Dijo al parecer Meredith
-Está bien, volveremos en un momento-Respondió Grihell
Cuando nos dimos la vuelta para de seguro irnos, se abrió la enorme puerta de la habitación, se escucho una voz profunda, e incluso más que la de Lord Grihell "adelante"
Pasamos y nos encontramos frente a un viejo, alto y con barba, con una mirada profunda e intimidante
-Buenos días Noallius-
-Buenos días Grihell-
El viejo volteo a verme y frunció el seño
¿Alexander? Nunca pensé que llegarías- exclamó
¿Como rayos es que se sabe mi nombre? Muchas preguntas comenzaron a rondar, que pensé que explotaría en ese momento
-acércate- Exclamó y sonrío
Me acerqué a el caminando lentamente
-Soy Noallius, es un gusto conocer al hijo de Henry, cuéntame ¿como es que llegaste?-Dijo y se sentó en su enorme silla
-¿Conociste a mi papá?-Pregunte intrigado, otra vez, tratando de comprender todo
-Por supuesto que sí, ¿quién no lo conocía?-Exclamó- Espera un minuto ¿nunca te hablo acerca de Mysticland, cierto?
-No, llegue aquí por accidente, me resbalé en una cueva, esto es demasiado-Conteste
-Oh, pequeño Alexander, tu perspectiva del mundo está por cambiar-se escuchaba tan seguro
Trono sus dedos y de la nada apareció una copa de vino en su mano, totalmente esto cada vez se ponía más interesante. León hizo cara de espanto y abrió la boca pero no logró decir nada
-Nosotros no somos solo humanos comunes, somos especiales, tú también lo eres, pero aún te falta descubrir la chispa, pero lo aras tú solo- Dijo Noallius- Grihell, quiero que seas su tutor de enseñanza
-Noallius para eso está la escuela, de seguro ahí aprenderá y conocerá más-Contestó Grihell
-Por supuesto que aprendería ahí también, pero esta vez quiero que seas tú quien enseñe al alumno-
-Bien, ¿que aremos con el?-Preguntó señalando a León
-Un humano, lo note desde el principio, dime muchacho, ¿como es que lograste entrar aquí?
-Alexander quedo atrapado, tenía que ir a buscarlo pero no podía entrar, algo me lo impedía, era como un vidrio pero era imposible, así que recordé un libro que Alexander se encontró en el camino, fui por el y así logre pasar-Contestó León con miedo
Grihell le mostró el libro y Noallius se extraño, pero rápidamente lo desapareció con tronar los dedos
-Bien, podrás estar aquí, pero ten cuidado, eres indefenso mientras que estés dentro-
Salimos del castillo y de repente un gruñido nos alertó
-¡Cuidado!-Gritó una chica mientras que volaba arriba de un animal con enormes alas
-¿Un dragon? ¿Eso fue un maldito dragón Alexander? Por Dios,
¿que es lo que falta? ¿Un unicornio con patas de perro que además picotea?-Murmuró León mientras que sacudía la cabeza y daba un leve respingo-Eso solo se puede lograr con una posima, no estás en un cuento de hadas-Contestó Lord Grihell
Caminamos hacia lo que parecía ser una tienda, me pregunté que rayos hacíamos ahí, ¿acaso compraríamos un recuerdo?
-Hemos llegado-Alardeó Lord Grihell y toco la campana de la puerta de madera
-¡Grihell!-Exclamó un señor con cabello blanco a la vez que lo abrasaba
-Jack, un gusto volver a saludarte-Respondió- Dame uno de esos libros especiales para mi amigo-
El que parecía ser Jack sacudió unas cajas llenas de polvo y saco un libro demasiado grueso
-¿Que es?- pregunte con mi vista atenta
-Ya lo veras pequeñín-Respondió Jack
Procedió a abrir el libro, y éste dio un pequeño destello al abrirlo, tenía escritas palabras que nuevamente no lograba entender, e incluso había letras que parecían estar volteadas
-Un libro de magia, encantos, hechizos, y embrujos-respondió de nuevo Jack
-¿Que no es lo mismo?-Preguntó León arruando su nariz
-Alexander, aquí encontrarás todo lo que un niño como tú debe saber-Dijo Grihell- Ah y por su puesto aquí encontrarás lo que quieras saber hacerca de todo lo que acabas de ver-Dijo entregándome un pequeño libro