Están todos a mí alrededor rodeándome como buitres.
Sí, así se sentía Taehyung.
Se sentía rodeado de buitres que esperaban a que sus demonios lo llevaran directo a la caída para aprovechar y atacarlo mientras estaba entumecido, sentía que cuando el día llegara, él seria escoltado por ellos hasta la puerta del infierno donde se pudriría eternamente y recibiría la condenación más dolorosa de todas.
Aunque no le daba la atención que ellos querían, Taehyung no podía evitar pensar en las formas que podría ser acabado.
Todos los ojos estaban enfocados en él desde que su hermano mayor se suicidó dos años atrás, cuando Taehyung tenía dieciséis años. Se ahorco con la soga que su pequeña hermana usaba para jugar, antes que fuera asesinada por venganza enemiga, a los nueve años de edad; cuatro años atrás.
Son temas pasados, sucesos que Taehyung logró superar con el paso del tiempo. El dolor se desvaneció rápidamente y solo quedaron recuerdos vacios que alguna vez fueron preciados.
Aunque él supo sobrellevar bastante bien el dolor de perder a sus hermanos, no fue así para todos, su padre volvió a ser un alcohólico agresivo y abusador y su madre termino abandonándolos, escapando de esa vida tormentosa y llena de inmundicia.Por supuesto que la cicatriz sigue ahí, doliendo de vez en cuando. Por supuesto que existen los días azules en los que Taehyung recuerda a sus hermanos, no hay situación o momento en que sea capaz de olvidarlos, no cuando fueron lo más hermoso que tenía. Y por supuesto que la rabia se acumulaba día a día en su interior, alimentándose de las penas y consumiendo al muchacho de dieciocho años.
Si bien sabia que la venganza no era una forma de salida, tenía las ganas en su interior y varias idean habían estado rondando por su cabeza por las noches antes de dormir.
Tal vez si su padre hubiera asumido sus responsabilidades, todo estaría en orden y como debería de ser; Suni asistiendo a la secundaria como una adolescente y Yoongi aconsejándolo, pero no, la culpa la tenía su progenitor y ambos lo sabían, su propia madre lo dejo a la intemperie por ello, porque no soportaba vivir con el que indirectamente asesino a su pequeño sol y a su guerrero, dejándola sola con un vendedor de drogas y un hijo que seguía sus pasos.
A veces se tornaba doloroso para ambos y ahí era cuando Taehyung se ablandaba completamente al ver a su padre ahogándose en el alcohol y en lagrimas, susurrando el nombre de Suni y el de Yoongi, pidiéndoles perdón, pero jamás le supo pedir disculpas a Taehyung, él era invisible, lo aborrecía de tal manera que al paso de los meses dejo de asistir a la secundaria y comenzó a consumir alcohol, tal como su padre.Pero estaba bien, porque no hería a nadie, nadie lo notaba.
Los meses siguieron su paso, el hambre tomo lugar en su vida, la falta de dinero y la desesperación lo azotaron con violencia, dejándole la única opción de convertirse en un criminal.
Por primera vez en meses le dirigió la palabra a su padre.
Era una lástima que le pidiera el arma que usaba para amenazar a la personas y asesinarlas, era una lástima que ese objeto terminara en las manos de Taehyung y era una lástima que apenas a los dieciocho años tuviera que acudir a esas alternativas, pero lo hacía porque una parte de él quería seguir respirando veneno, lo hacía porque había algo dentro de él que se lo estaba comiendo.
Él no sintió lastima cuando sintió el sabor metálico de la sangre de su padre en su boca, no sintió lastima cuando vio que imploraba de rodillas perdón y no sintió lastima cuando la pistola soltó la bala en su cabeza.
Ya era tarde para arrepentimientos y para derramar lagrimas que ya se habían secado hace bastante tiempo.
Era hora de conseguir algo dulce, era hora de conseguir un analgésico para el dolor que había vuelto a nacer en él.No importaba si lo llamaban criminal, después de todo, ese era su camino, la vida le había regalado una sola opción y si era mala o buena no importaba, ya que era un criminal.