Sesshomaru x Rin: A la par

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    El ambiente pacifico tras la derrota de Naraku no se había perdido en los últimos 7 años, de ahí en más, cada cual siguió con su objetivo personal, lo cual nunca los separo. La época antigua seguía siendo un mundo repleto de monstruos e híbridos, algunos buenos y otros malos, estaban los que convivían con los humanos y los que preferían jamás vincularse con ellos; los demonios que vivían cerca y aquellos que se mantenían en las montañas y bosques. Pero, en una pacífica aldea, formaron una gran familia compuesta por humanos, híbridos y monstruos.
-Kirara, está anocheciendo, deberíamos volver... -Grito a lo lejos una bella joven, quien cargaba con hierbas medicinales y una canasta con frutos- Este es el tipo de planta que describió Kaede, debemos llevarlas a la aldea para que pueda realizar el medicamento en contra de la epidemia... ¿Kirara? -El felino recién respondió tras el segundo llamado, parecía haber estado buscando algo. Se acercó a la joven y se inclinó para permitirse montar- Por las dudas vayamos por tierra, asi no perdemos ni una hoja –Asintió con la cabeza y comenzó viaje. A los veinte minutos estaban frente a la cabaña de la sacerdotisa Kaede-
-Rin, pequeña, otra vez salvándome... -Se acercó a ella mientras la muchacha bajaba de Kirara, luego bajo la canasta y las hierbas-
-Es lo mínimo que puedo hacer , no dejaría que te adentres sola en el bosque. Así que voy a ayudarte hasta que Kagome vuelva.
-Si Sesshomaru lo supiera...-Murmuro la anciana aterrada-
-Le seria indiferente, está demasiado ocupado como para enojarse porque yo trabaje de vez en cuando... ni siquiera le llamaría trabajo a esto –Ambas entraron a la tienda, Kirara volvió a su tamaño normal y corrió hacia adentro para abalanzarse sobre Sango, que esperaba su cuarto hijo-
-Kirara –Su movilidad era casta, se sentó lentamente y la cargo en su falda- No aguanto mi propio peso ja ja ja...¿Te fue de ayuda Rin?
-Sin ella no podría hacer nada, no ningún tipo de habilidad. ¿Preparamos los medicamentos ahora? Cuanto antes podamos entregarlos mejor...
En realidad ella cree que no tiene habilidad alguna, pero sabe de tanto... convive con seres sobrenaturales como si nada, puede subsistir en el bosque si se lo propone, aprendió todo lo que le enseñe en poco tiempo y hoy sin ella no podría sentirme cómoda, además, nunca nadie se atreve a hacerle daño, debido que tiene el olor impregnado de una de las bestias más fuertes que existe. Ojala Rin decida quedarse con quien más feliz le hace, no merece estar donde no quiere.
-¿En que tanto piensas Kaede? ¿O la edad te quito velocidad hasta para preparar medicamentos? –Y tampoco olvidar lo malcriada que fue todo este tiempo. Kaede río mientras la miraban extrañadas- Ahora si ire a repartir esto a las familias afectadas.-
-Rin no olvides a Kirara –La gatita corrió de la falda de Sango para salir de la cabaña y transformarse- Por favor, si vuelves tarde envíala antes.
-Como siempre Sango, gracias –Monto los medicamente y ella camino a su lado, recorriendo puerta por puerta de la aldea, hasta que anocheció- Aquí nos despedimos –Acaricio a Kirara y se adentró al bosque, se sentó a unos metros del árbol sagrado por unos minutos. De repente escucho un barullo entre los arbustos, ella sonrió y se puso de pie- Señor Sesshomaru... -La figura del recién nombrado apareció frente a ella, radiante bajo la luz de la luna -
- Te traje esto –Le dio en la mano una almeja que al abrirse mostraba un labial rosado-
-No es necesario que me siga regalando cosas para justificar porque me dejo acá –Se río- Gracias amo...
-No debes llamarme así Rin, no soy tu amo.
-Pero cuando forme su gran imperio, quiero estar ahí para llamarle amo, amo Sesshoma... –Él coloco su dedo incide sobre los labios de la joven para callarla y frunció el ceño-
-¿Podrías entender? –Gruño entre dientes, Rin retiro el dedo de Sesshomaru y entrelazo sus dedos con los de ella- ¿Cuándo te volviste tan testaruda?... No, siempre lo fuiste, pero en los niños es más soportable.
-¿Soy muy molesta?
-Nadie tiene más paciencia para ti que yo. Si alguien me quita el lugar, solamente me tengo que encargar de matarlo –Se sentó apoyando la espalda contra un árbol y cerrando los ojos-
-De repente a todos los chicos de la aldea les agarro fiebre y empezaron a quedarse sin aire, había escasez de plantas en el pueblo así que de urgencia fui a buscar a la aldea vecina, fuimos, en realidad, con Kirara. ¿La recuerdas? Hablando de ello, Sango va a tener otro hijo con el monje, dentro de poco tiempo, ya extrañaba que haya un bebe en el pueblo, tendrías que acercarte alguna vez a uno...-Rin hablo por alrededor de una hora hasta que termino también recostada en el pasto- Dentro de poco tendré que decidir donde quiero estar –Sesshomaru abrió los ojos para observarla- Quiero seguirlo a usted, pero los humanos...
-¿Crees que estar conmigo te agradara? Las cosas han cambiado Rin, no pienses que será como antes...
-Yo voy a saber lo que quiero –Reposo su cabeza en las piernas del Yonkou, y él la tapo con su estola, una vez que se durmió, el acaricio sus largos cabellos y volvió a cerrar los ojos-

Un año después...

-Juro que si no viene voy a ir a matarlo, no permitiré que esto pase frente a mis ojos
-Tranquila pequeña bestia, que enojaras a la señorita Kagome...
-¿A ti no te enoja Miroku? ¿Qué Rin este en ese estado hace meses y el miserable no pueda acercarse ni siquiera a lo lejos? ¿Acaso no te importa Rin?
-¡Claro que me importa! Pero no puedes dejarte llevar por impulsos estúpidos, terminaras haciendo peor a la causa.
-¿Podrían los dos dejar de gritar? ¿Quieren que ella los escuche? –Shippou se interpuso entre ambos- Inuyasha, ella quiere preguntarte si lo sientes su presencia hoy...
-No siento ni huelo nada, no sé qué decirle. Lo único bueno de esto es que ella se quedara con nosotros... No, que pensamiento egoísta. –Se dirigió a la tienda donde se encontraba rin recostada, con un paño húmedo en la frente, totalmente pálida y temblando- ¿Cómo permitimos que esto pasara? –Le murmuro a Kagome, que se encontraba dentro-
-Deja de culparte. Es increíble lo mucho que Inuyasha ha conectado con Rin estos años, por eso se enoja tanto –Pensó para ella misma- En realidad, el no dejaría que ha ninguno de nosotros no pase algo.
-¿Dónde está? –Murmuro Rin, sujetando fuertemente la muñeca de Inuyasha-
-Tienes que aceptar que mi hermano es un estúpido Rin... Si no viene es porque realmente no quiere, nada le impidió verte este tiempo y...
-Inuyasha, cállate –Gruño Karome entre dientes-
-No, está bien... necesito saber...-Tocio hasta ahogare, Kagome tuvo que hacerle palmadas en la espalda y luego le dio un té para beber-
-Rin, nosotros te queremos con nosotros... se fuerte y...-De repente sus orejas escucharon algo que lo interrumpieron, permaneció en silencio un momento mientras todos lo miraban-
-¿Inuyasha?
-Enseguida vuelvo...-Salió corriendo de la cabaña, y salto rama a rama hasta llegar a donde su olfato lo llevaba- ¿Dónde estás maldito? –Grito hacia todos lados, para que resonara en bosque- Tú...-Salto de una rama al suelo para tomar del cuello al sujeto que le llamo la atención- Jaken... ¿Dónde está Sesshomaru?
-Sueltamente bestia sucia y repugnante –Se sacudió para poder escaparte, sin éxito- El amo no vendrá... yo estoy aquí
-Tu no sirves de nada, si no viene... tendré que acabar contigo –Apretó más el cuello de la mini bestia, mientras esta llamaba desesperada a su amo-
-¿Qué no sirves para nada? –Un látigo verde golpeo la mano de Inuyasha, esto hizo que soltara a Jaken y este llorando callera al suelo, arrastrándose a los pies de su amo y gritando "amo bonito" por doquier- Hermano... -Sonrió para un costado y luego frunzo el ceño-
-No me mires así, y haz algo... Rin se está muriendo.
-Esa niña no morirá, no voy a dejar que se muera.
-¿Y qué has hecho además de huir?
-Si siguen asi me van a matar ustedes –La joven se acercó a paso lento hacia la escena, y cuando estaba por llegar a Inuyasha, su cuerpo perdió el equilibrio y se desvaneció. Inuyasha la sujeto con uno de sus brazos-
-Si la tocas, le dejaras ese olor a bestia repugnante que llevas –De repente se acercó a atacar a Inuyasha- Yo me encargare...
-No eres ningún tonto Sesshomaru, la dejo en tus manos porque te conozco, no porque sienta miedo.

En una cueva, a la luz del fuego, se refugiaban Rin, aun dormida y Sesshomaru, mientras se oía de fondo una fuerte lluvia. El younkou recostó a Rin sobre su estola y la cubrió con su propio kimono, debido a que ambos se habían mojado, pero ella estaba delicada. La observo por horas, no tenía color en el rostro ni los labios, estaba mucho más flaca y en el cabello no se le formaban bucles en las puntas, estaba caído y lacio como lluvia. Él se notaba hipnotizado, sus ojos ámbar solo la miraban a ella. De repente Rin empezó a toser, y se froto los ojos con las manos, parpadeo varias veces antes de preguntar dónde estaba.
- ¿Cómo terminamos aquí? –Volvió a toser y tuvo que taparse la boca con la mano, mientras se sentaba- ¿Qué hace usted conmigo?
-¿Por qué me preguntas algo así? Eso no tiene respuesta... -La miro aliviado, como la primera vez, cuando ella lo encontró en el bosque, malherido- Rin, acércate... -Él mismo la sujeto de la cintura y la acerco, dejándola arrodillada enfrente, muy pegada de él- Necesitaba un lugar para estar con vos, estoy a punto de conseguir un lugar donde puedas reinar.
-¿De qué habla? –Murmuro débilmente, mientras se sonrojaba y su cara empezaba nuevamente a tomar color. Él sonrío de lado y le acomodo el cabello que cubría su frente- Yo solamente quiero acompañarlo.
-Te he dicho que no soy tu superior ¿O no te lo dije? –Pregunto acercándose a los labios de la joven, apenas rozándolos. Ella asintió con la cabeza- Vas a acompañarme, vas a estar a la par mía... ¿Sabes cómo?
-No, no sé –En cada palabra de ambos los labios se tocaban más y más, y algo en Rin la hacía perder la paciencia. Ella misma impulso para besarlo, tomando como rehén al labio inferior. Ambos ya estaban húmedos y fríos por la lluvia, pero frente a esa fogata, el listón que ataba a kimono de Rin fue desatado por las uñas de Sesshomaru. Ella, libre como siempre, se tomó el atrevimiento de sentarse en las piernas de younkou, colocando cada una de sus piernas al costado de la cintura-
-Rin –Separo sus labios de los de ella y le coloco el cabello detrás de la oreja- No quiero que vengas conmigo si realmente no lo deseas, no me perteneces como te hice creer..
-Si, le pertenezco –En ese momento fue él quien tomo la iniciativa de volver a besarla, mientras ella se libraba de la parte de arriba del kimono de Sesshomaru, una vez liberado su torso, ella dejo los labios de él para besar su mejilla, realizando un camino hasta el mentón. Por primera vez el demonio suspiro por algo que le gustaba. Rin volvió a los labios de él mientras abrazaba su cuello y él con sus manos inspeccionaba su cuerpo por encima del kimono. Un gemido de ella lo hizo perder el control, en ese momento la sujeto como si nada, recostándola sobre su estola y él se colocó encima de ella, semi sentado, mirándola de arriba abajo. Rin sabía que no lo estaba haciendo mal, los ojos brillantes de Sesshomaru se lo decían. Las uñas del youkou empezaron a bajar por el cuello de ella, y una vez llegadas al borde del kimono, empezó a separar, dejando a la vista el cuerpo de una ya mujer. Él estaba aún más impaciente que ella, pero no podía dejar de admirarla y sabía que debía ir lento. Una vez libre de toda tela, la mano de Sesshomaru fue a uno de los pechos, le acaricio el pezón con los nudillos fríos y luego lo pellizco, ella suspiro nerviosa y sonrojada, y cerró los ojos, él contemplaba cada expresión facial de ella-
-Eres hermosa –Se recostó definitivamente sobre ella mientras apretaba el seno entero, cubriéndolo con su mano. Sus partes íntimas solamente eran separadas por la fina tela de la parte inferior del kimono de Sesshomaru- No sé cómo tratar a una humana –confeso, un poco avergonzado-
-Ella rodeo su cintura con las piernas, haciendo el contacto aún más fuerte, lo que los dejaba a ambos con las ganas de llegar al grano- No piense... y no me mire tanto –Sonrío en su oído y él empezó a besarle el cuello mientras comentaba a moverse para rozar su erección en ella, Rin se aferró en el cuello de él mientras hacía más presión con las caderas- Lo amo...-Él se deshizo del enredo de piernas y bajo la misma mano que estaba en el pecho para empezar a estimularla, con las yemas de sus dedos recorrió toda la zona mientras que Rin rasguñaba los hombros de él y arqueaba la espalda, su boca bajo hasta los pechos de ella, se introdujo uno en la boca sucesivamente y cada vez que lo sacaba, rosaba con su lengua el pezón. Al otro directamente lo succiono de manera brusca. Su boca siguió bajando, Rin temblaba de nervio mientras que ella misma llevaba la cabeza de él, tironeándole el cabello, Sesshomaru retiro su mano para introducir la lengua en todos los lugares que pudo, y besar delicadamente cada rincón, ella jalaba los cabellos plateados de él, tanto hacia afuera, como para adentro- Realmente lo amo –Sus palabras se mezclaban con los gemidos. Sesshomaru se quitó la parte inferior del kimono y volvió a recostarse encima de ella, pero Rin invirtió la situación dejándolo a él abajo, la mano de Sesshomaru sujeto la cintura de Rin y como si fuera una pluma, la coloco encima de él, con las piernas nuevamente a cada lado del cuerpo del demonio. La mano de la cintura paso rápidamente al pecho y los labios de Rin nuevamente besaban los de Sesshomaru, un beso eterno mientras el glande subía y bajaba de la intimidad de Rin, un movimiento que se fue acelerando hasta que finalmente la penetro- Ay...-Ella deshizo el beso para quejarse ante el primer puntazo-
-Mírame Rin, mírame –Ella mantuvo la vista sujeta a la de él todo el tiempo y empezó a moverse lentamente, cada vez que volvía a entrar era un nuevo dolor, que poco a poco se iba haciendo costumbre. Sesshomaru volvió a estar arriba sin modificar la posición ni despegar las miradas. Los movimientos se aceleraron, los gemidos de ambos eran entrecortados, las manos de Sesshomaru, inquietas recorrían todo su cuerpo, mientras ella le rasguñaba la espalda y murmuraba jadeos. Finalmente, ambos acabaron.- Yo me voy a encargar de sanarte Rin –la cubrió nuevamente con su ropa, sin arreglarla mucho. Ambos tenían poca movilidad- ¿vendrás?
-Si usted no me abandona...
-No, no... -La apretó contra su pecho- No.
En ningún momento pude pensar en ella como una niña, de ser así jamás podría haberla visto de esta forma. Pero hoy me es inevitable no pertenecer a ella, la necesito, necesito a esta humana: dulce, irónica, atrevida. La quiero llevar a mi par, y la quiero inmortal.

Sesshomaru&Rin -One shotWhere stories live. Discover now