Y vuelve desde el horizonte retumbando en mis oídos el eco de la música de tu voz, como si fuera ayer el día más desdichado de mi puta vida.
Por la nariz me salen gusanos de nostalgia. Recuerdo tus palabras, tus significados, cada paso que me atraviesa el corazón bañado en agua de lluvia acida y pienso, no es suficiente la amistad para robar tu mirada.
Mira mi cara de cruz, daría lo que fuera por estar contigo, a cada mano un clavo y una esponja mojada en vinagre para aliviar el dolor de la lanza clavada a mi costado.