Ya han pasado varios días desde que Aoba consiguió el empleo de la tienda de mascotas, él y yo hacemos nuestro mejor esfuerzo en nuestros trabajos y además yo en la escuela, no me gusta mucho ese lugar llamado colegio, universidad o como sea... Siempre tengo que aprender cosas que no me van a servir realmente, o si sirven... No las aprendo bien, soy un desastre en la universidad, estar en ese lugar me enferma, tengo amigos... Amigas, pero no es suficiente razón para que elija ir a la escuela en lugar de hacer otra actividad... Simplemente asisto cuando ya he faltado demasiado, aun así no creo que sea suficiente para poder salvar el semestre... En fin.
Hoy Aoba ha salido temprano como siempre a su trabajo, yo he pasado de ir a la universidad y me he quedado a dormir demás, sin embargo, he decidido ir a la tienda de mascotas pues Aoba siempre menciona al cachorrito Pomerania que le gusta tanto, desde que Aoba entró a trabajar nadie ha querido comprar al perrito, así que es buena oportunidad para ir a verlo, antes de que alguien lo compre. Antes de salir intente prepararle a Aoba un almuerzo sin mucho éxito, así que solo tendrá que ser emparedados.
Ya en el centro comercial paseo por algunas tiendas antes de mi parada final, al parecer el lugar que la otra vez estaba siendo discutido entre los peluqueros fue ganado por Koujaku, pues era este el que estaba ahí haciendo cortes a chicas que no lo necesitaban, supongo que solo basta con que Koujaku te toque la cabeza y listo, podrás obtener las 'citas' que quieras con él, pase del lugar pues no estaba interesada en un corte de cabello ni en Koujaku, los tipos como él no me agradan mucho, además viendo la hora seguro que Aoba ya tendría hambre.
Al fin llegué a mi destino, la tienda de mascotas 'Clarabella', un nombre un tanto extraño si me lo preguntan, entré y parece ser que llegué en el momento perfecto pues Aoba estaba en su descanso, me acerco a él y le entrego los emparedados.
"Lo traje para ti."
"¿De verdad?... Ohh.. ¿Tú hiciste esto?"
"Vamos que solo son emparedados, no tiende porque reaccionar así."
"Jejeje... Creo que tienes razón, pero aun así, gracias Leslie."
Me miró como la vez pasada, de una manera muy extraña para mí... Veía en sus ojos... ¿Ternura?, quise terminar esa escena tan vergonzosa y decidí cambiar el tema.
"Y... ¿El perrito negro? El Pomerania."
"¡Oh! ¿Lo quieres ver?"
Asentí con la cabeza, esperé a que Aoba terminara su almuerzo y después de eso me guió hasta una de las 'jaulas' donde estaba el perrito, era un largo cubículo de cristal lleno de perritos, ahí pude ver de nuevo al perrito negro que tanto le gustaba a Aoba.
"¡Es muy lindo! ¡Adorable! Es un cachorrito hermoso... Si tuviéramos más dinero podríamos comprarlo."
"En tu casa hay espacio suficiente para un perro de su tamaño, es una lástima que no podamos por el dinero."
"Así es... Dices que no muchos se detienen a verlo, ¿Verdad?"
"Sí... Casi nadie lo mira, no sé por qué si es muy esponjado y suavecito, yo creo que cualquier niño querría un amiguito como él."
El perrito parecía entender nuestras palabras pues estaba muy atento a nuestra conversación moviendo su esponjada cola, en eso ambos escuchamos una voz proveniente de nuestras espaldas, presencia que no habíamos notado porque toda nuestra concentración la tenía el perrito.
"¿Por qué tanto alboroto por un perro?"
Giramos la cabeza al instante y hablamos en coro.
"¿¡Noiz!?"
ESTÁS LEYENDO
DRAMATICAL MIND
Fanfiction¿Qué pasaría si los personajes de tu videojuego favorito aparezcan dentro del mundo real? Una chica tiene este problema, ella en compañía de Aoba deberán buscar la forma de devolverlos al mundo al que pertencen.