O C H O

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Desperté con un dolor de cabeza increíble y hoy tampoco quería salir de casa.

Fui a la cocina y me encontré con la desagradable sorpresa de que ya no tenía más nada de comer, así que me vestí lo mas decente que pude y fui a comer a algún restaurante.

Después de escoger una mesa lo más alejada posible, un chico me ofreció el menú, mientras decidía que comer, me distrajo la última voz que quería escuchar hoy.

-Alex.

Mierda... -Rosa, hola. -Mi sonrisa es lo más hipócrita que he hecho en mucho tiempo.

-... ¿Cómo estás?

-Lo mejor que se puede. ¿Vas a sentarte? -Por favor no.

-Ammh... Claro. -Genial. -Oye, lo de la otras vez...

-No te molestes, tenías razón.

-Aunque así fuera, no tengo el derecho de decirlo. Perdona.

-Está bien. No importa. Lamento lo que te hice.

-No importa. -Un silencio algo tenso inundó el ambiente por completo. -Sabes, hace mucho que no estaba con una chica.

-Que linda, me sorprende que alguien tan hermosa como tu no haya tenido miles de pretendientes. -Vi como me miraba directamente a los ojos y mordía su labio. Mientras la miraba extrañada, sentí como su pie subía hasta mi entrepierna y comenzaba a masajear. -... Rosa...

-Alex, está bien, no seas mi novia, pero, podemos jugar, ¿no?

-... Vivo cerca... 

(...)

-No necesitas esto... -Dije mirando a Rosa mientras dormía. Vi como abría los ojos perezosamente. -Hola.

-Hola. -Sentí como pasaba una de sus manos por mi abdomen y pecho.

-Acabamos de hacerlo.

-Solo... Déjame tocarte, después de esto volverás con tu novia.

-No es mi novia. -Dije tomándola de la cintura acercándola más a mi.

-Entonces... ¿Otro de tus juegos?

-No le digas así.

-Entonces, ¿qué tienes con ella? -Evité la pregunta besándola usando mi lengua. Mientras me posicionaba sobre ella, escuché un golpeteo en la puerta.

-Mierda... -Puse una sábana para cubrir mi cuerpo y fui a abrir la puerta. -Elise. -Dije al verla del otro lado.

-Hola, vine para que vayamos juntas al trabajo.

-No jodas, ¿qué hora es?

-Hora de irnos.

-Sí, es que... No estoy lista.

-Te espero adentro.

-No, espera... -Sin ponerme atención entró y fue directamente a la habitación, donde se encontraba Rosa recostada. -Alex... -Sobando mi cabeza fui hasta mi habitación.

-Elise, ella es Rosa.

-Rosa... Ese lugar de la cama me pertenece. -Rosa soltó una carcajada y se puso en pie tapando su cuerpo con una sábana, se paró a mi lado y me tomó de la cintura.

-Tranquila, puedes quedarte con los dos lados de la cama, podemos hacerlo justo acá. -Tomó mi mentón y junto sus labios con los míos en un beso, beso que no hice parar.

-Alex... -Sentí un empujón de parte de Rosa que me hizo llegar hasta la pared. Ignoré por completo a Elise y me concentré en seguir los labios de Rosa. Mientras me dejaba guiar, escuché el azote de la puerta. 

-Parece que no te importa mucho, ¿o sí?

-Vamos a trabajar. Voy a salir antes, puedes comer si quieres antes de salir. 


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