Desde los inicios, nuestra relación fue una llena de contratiempos, imposiciones y turbulencias. Todo lo terrenal designaba que debíamos de estar lejos...pero en mi corazón, solo deseaba que nada nos apartara.
Con horario impuesto, para cada momento juntos, un permiso para un simple beso y cada gesto de amor que pudiera querer tener contigo debía de ser supervisado por terceros.
El permanecer a tu lado era un reto; todo estaba en nuestra contra. Todos los sucesos fueron determinantes, para que día a día tuviera, aunque fuera un instante un deseo de rendirme.
Un día te sentía parte de mi y al otro te veía lejos y no había nada que hacer para evitarlo. Todos a mi alrededor solo esperaban ver como te alejabas de mi. Era como si algo sobrehumano se hiciera dueño de nuestro destino y nos dejáramos llevar por el.
Quien diría, que todo lo que vivimos fue durante solo un año...me dijeron tantas veces que tenia que prepararme para verte partir que le perdí el respeto a las especulaciones. Pues solo una mirada tuya, me devolvía el aliento a mi vida y lo que no lograra en esa travesía, era insignificante si a mi lado estabas. Tu sonrisa, la mas bella que jamas hubiera visto.
Me encantaría haber vivido tantas cosas a tu lado; cosas que no hice por temor a que te fueras mas rápido de mi lado. Aun sueño con caminar tomada de tu mano, ver el atardecer en una playa y porque no? Hacer castillos de arena contigo. Mojarnos bajo la lluvia, ir al cine, cosas que quizás pudiera hacer con cualquiera, pero solo las disfrutaría, si a mi lado estuvieras.
Tantas cosas que no hice, tantas que se que ya no viviré, pues te fuiste y ya no hay nada que pueda hacer para recuperarte.
Muchas veces pensé en no luchar mas para que permanecieras a mi lado. A diario te veía y algo muy dentro de mi sabia que no me pertenecías, pero aun así me empeñaba en tenerte. En mi egoísmo te hice hacer cosas extraordinarias para permanecer a mi lado. Pero te cansaste, te rendiste y te fuiste. Aun así no te guardo rencor, pues los momentos mas bellos los viví a tu lado.
Si algún día pudiera verte de nuevo, te daría mil gracias por todo lo que me enseñaste, pues contigo aprendí mucho mas que amor, aprendí el dolor de un adiós. Un adiós que me marco, un adiós que dejo cicatriz, un adiós a verte crecer a mi lado y enorgullecerme de los logros que se, podrías haber alcanzado.
Aun hoy después de tres aniversarios, no se si te perdí, tampoco se si contaba con las fuerzas para mantenerte a mi lado, no lo se. Pero te extraño, pues a veces creo que diste tanto de ti y yo no di todo de mi. Hoy es el tercer aniversario de ese adiós que jamas quise dar y que aun recuerdo, pues lo tengo grabado en mi mente. Por eso ruego por un perdón, por el ser tan egoísta en que me convertí al conocerte, por agarrarme a la esperanza de tenerte, ignorando que tu cuerpo ya no aguantaba mas. Y espero que algún día Dios me de la oportunidad de decirte estas palabras y que entiendas que jamas te tuve para verte partir, princesa mía.