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—¡Ven a despedirme Bonhwa!
La menor corrió a los brazos de su mejor amigo. El intachable Kim Jonghyun se iba. Se iba.
Ladejaba.
—¿Por qué haces ésto? ¡No te vayas Jonghyun! ¡No te atrevas a dejarme sola!— reprochaba la chica.
Jonghyun se iba de la ciudad para cumplir su sueño. Él siempre mencionaba que de grande quería ser cantante y autor de sus propias canciones.
Y estaba por conseguirlo.
—Me voy porque es mi sueño.— susurró con cuidado acariciando el cabello de la menor. Sonrió y se separó de la chica que estaba en lágrimas. —Cuando vayas por tu sueño, aquí estaré, apoyándote.
Bonhwa asintió cortamente y limpió sus pocas lágrimas. Ambos se abrazaron por última vez para que la chica besara su mejilla antes de que se separase.
—Me sigues amando, ¿cierto?— preguntó el chico mirando fijamente a la más bajita.
Bonhwa apretó los labios y asintió dejando salir unas últimas lágrimas amargas. Jonghyun sonrió tiernamente limpiando aquellas rebeldes gotas de agua salada que recorrían el rostro de su pequeña sin permiso.
—Te quiero Bonhwa.
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Han pasado unos años desde que se ha ido. Han pasado varias lágrimas pero eso fue hace años y años atrás.
Han pasado unos años con mas por venir.
Han pasado unos años desde que Jonghyun se despertó dándose cuenta que Bonhwa aún lo esperaba.
Esa mañana no fue la excepción.
Rápidamente se cambió y consiguió un boleto de avión para poder ver a su hermosa amiga.
Revisó su agenda notando que tenía una junta con su mánager. Suspiro un poco frustrado y fue a la empresa con ganas de tirar todo por la borda y correr a su casa para hacer sus maletas.
