Hoy era un día normal en mi monótona vida, había suspendido ingles como de costumbre, y al ir a la cafetería con mis pocos amigos quede en ridículo delante de todo el comedor, gracias al gracioso de turno que no se le ocurre otra manera para pasar el tiempo que tirar cascaras de plátano cuando paso, pero lo peor de mis días era volver a casa, donde un padre ebrio, me esperaría.
Mientras iba camino a casa, que estaba situada al lado de un magnifico y frondoso bosque, me fije que habían prohibido el pasar, me quede pensando un rato inmóvil en la acera pero luego recordé que hace unas semanas habían había unos horribles y espeluznantes ataques de animales y que prohibirían el paso al bosque y pondrían un toque de queda, pero si que se dieron prisa esta vez ya que nuestro jefe de policía solo se solía dar prisa para coger donut en la cafetería, puede que suene a cliché de todas la películas, pero en esta ocasión era verdad.
Después del recorrido hasta casa, por fin llegue, deje mis cosas en el suelo y me dirigí a la cocina y en cuanto me hace que a la puerta de la cocina un gran escalofrió me invado todo el cuerpo, yo savia lo que significaba eso, me di la vuelta mirando hacia la sala y mi presentimiento acertó, hay estaba esperándome, sentado en el sillón con una cerveza vacía en la mano.
-Alex!! Sé que estas aquí, así que ven.- Dijo mi padre con un tono frio como el hielo.
Yo me paralice ya savia lo que me esperaba pero por lo menos tenía la esperanza de que por algún milagro divino, el día de hoy fuera diferente, ya que hacía 11 años que mi madre tuvo el accidente.
-ALEX!!!-grito mi padre bastante enfurecido, al escucharle salí de mis recuerdos con mi cariñosa madre, aunque no tenía muchos claro, con toda mi valentía, lo que quedaba de ella mejor dicho, fui donde mi padre.
-Q...Que pasa?- dije tartamudeando por el miedo y el nerviosismo.
-QUE PASA ES QUE ME A TOCADO EL HIJO MAS ESTUPIDO DEL MUNDO, QUE NO SAVE NI HABLAR!!!!- dijo mi padre levantándose del sillón, y acercándose hacia mi, mientras iba levantando su mano al mismo tiempo que se acercaba.
-como me levantes este día la mano contra mí, no volveré a pisar esta puta casa en tu puta vida-dije exaltado. Después de recapacitar lo que dije y verle la cara de cabreo a mi padre decidí salir corriendo de casa.
Al salir corriendo lo único que pude hacer era seguir hacia delante sin mirar atrás ya que notaba la que mi padre me perseguía, pero como en estos años se había dejado mucho pues notaba como se iba fatigando y se quedaba atrás. Cuando al fin pare de correr me di cuenta de que estaba en el bosque, en mitad de la noche sin poder volver a casa, en este momento pensaba que era realmente estúpido lo que hacía, pero en ese instante me vino uno de los recuerdos de mi madre a ya que no podía seguir dejando que me viera siendo apaleado por un viejo y gordo señor....ya que no se le podía decir otra cosa.
