El molesto ruido de la alarma me despierta, otra vez, me avisa que ya es hora de empezar otro dia, que este día puede ser mejor a los demás pero aún así mi cerebro me desengaña y me dice que no sea credula, que este dia va a ser igual a los demas.
Me levanto de mi cama y me dirijo a la ducha, el agua hace que relaje mis músculos y al mismo tiempo hace que deje de pensar.
Salí de la ducha y me diriji a mi armario, me quedo más de cinco minutos viendo que ponerme, aunque sea un acto inútil debido a que no importa lo que me ponga aún así van a seguir torturandome.
Luego de los minutos mas largos de mi vida me decido por un shoggin azul y una remera negra.
Bajé las escaleras lo más sijilosamente posible , no quiero despertar a mamá, tome mi mochila, mi teléfono y mis auriculares y salí de casa.
Pillowtalk me acompaña en mi viaje, la ciudad está muy poco transitada a esta hora, eso es bueno no quiero que nadie me vea... Solo quiero ser invisible.
Luego de caminar unas cuadras estoy en la puerta del colegio. No quiero entrar. No quiero. Ellos están hay, saben que voy a llegar en algún momento. Me están esperando. Me esperan cómo todos los días. Sé que están hay.No voy a entrar, no lo pienso hacer, giró sobre mis talones y me voy.
Camino sin rumbo alguno, lágrimas caen de mi rostro, no quiero seguir con esto.
NO ESTOY BIEN.
Me cansé de esta farsa, no quiero seguir sonriendo, NO SOY FELIZ.
quiero acabar con este sufrimiento, pero ¿Y mamá? De seguro la noticia la destrozaría, se preguntaría por que, si ella solo supiera, pero no, no puede saber, se preocuparía demaciado. De seguro querría ir a hablar al colegio y eso solo empeoraría las cosas.Debo ser fuerte. Por ella.
La amo demasiado como para hacerla sufrir y mi alivio cuesta el corazón destrozado de mi madre.
Doy unas vueltas y encuentro un parque, no hay mucha gente.
Me adentro más en el mismo y me siento debajo del árbol más alejado que encuentro. No puedo dejar de llorar, es inevitable; no sé que hacer, no quiero seguir.
Espere a que se valla el sol para regresar a casa, sé que mamá tiene cambio de turno en el hospital, así que voy a estar sola.
Camino por las calles de la ciudad de Beacon a paso lento tratando de evitar a las personas.
Pero como en toda historia cliché me metí en el lugar equivocado, un hombre se acercó a mí y me manoseo, ni bien pude salí corriendo del lugar.
Al llegar a casa fui al baño y me meti en la ducha, con todo y ropa, abrí el grifo del agua fría y deje que la suciedad de mi cuerpo se fuera.
ESTÁS LEYENDO
No me dejes desaparecer
RandomLisa una joven de 17 años, que ah soportado los abusos de sus compañeros desde que comenzó la preparatoria, decide ponerle fin a su sufrimiento y marcharse de este mundo vil y cruel, pero antes se encargará de ver caer a todas esas personas que le a...