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Maicky.

Me desperté y la primera sensación que percibí fue el vacío, mezclado con un fuerte dolor de cabeza y ardor en mis ojos. Me removí de la cama y estiré mis brazos encontrándome con la nada misma, supuse que Rodrigo había vuelto temprano a su casa.

Bostecé y me levanté pesadamente al baño. Me encontraba sin gana alguna de levantarme y encarar al mundo, la tentación de dormirme y despertar el año que viene era mucha.

Me miré al espejo y lo primero que vi fue a un yo demasiado demacrado, tenía marcadas ojeras y mis ojos parecías dos grandes esferas a punto de explotar, ayer creo que me sobrepasé llorando. Vale, dejaré de ser un bebé llorón. Desde hoy me haré esa promesa a mi mismo.

Terminé por darme una ducha de agua fría para despejar un poco mi mente y traté de analizar de nuevo la situación; Luni me había dejado por quinta vez, luego de que la llamase amenazándole que me quitaría la vida si no volvía conmigo, lo sé, suena demasiado ridículo y estúpido, la verdad lo admito, siempre actúo precipitadamente y nunca mido mis actos, pero fue un mero acto de desesperación. Simplemente no sé cómo podría vivir sin Luni, ella era mi mundo entero.

Y ahí estaba de nuevo, las lagrimas amenazaron por salir y se me formó un gran nudo en la garganta, la promesa que me había hecho cinco minutos atrás se había ido a la misma mierda.

Terminé de ducharme y me vestí con el uniforme común, sólo que encima me puse mi suéter color rosa pastel, hacía demasiado frío y era esencial aquella prenda, además que era mi preferida.

Bajé y miré mi desayuno perfectamente preparado sobre la mesa de la cocina, consigo llevaba una nota:

"Aquí tienes tu desayuno cariño, llegaré más tarde de lo normal, te dejo dinero para que ordenes pizza e invites a tu amigo. Te amo 😉"

Le resté importancia y comí, más tarde invitaría a Rodrigo a pasar el rato, como en los viejos tiempos. Siento que necesita una merecida disculpa por como lo he tratado estos días, lo anoté mentalmente para hablarlo con él después.

Terminé de comer y salí de mi casa dispuesto a ir al colegio.

Si bien no me encontraba con ganas de estudiar, había una fuerza mayor que me hacía caminar hacía mi destino.

Luni.

Porque aún estoy con esa cierta esperanza de que vuelva conmigo.

Ahora con esos pensamientos levanté la cabeza decidido y dispuesto a hablar con ella. Agarré con fuerza las cuerdas de mi mochila y apresuré el paso.

Iba a volver con ella.

*

Narrador.

- Escuchame, Maiki, ya hablamos de esto cariño.- Luni y Maiki se encontraban en la entrada del colegio. Maiki casi arrastró a Luni a un lugar aparte para poder conversar con ella.

- Bebé, he cambiado.- Maiki miraba a la chica a los ojos, reforzando el agarre que tenía en su brazo.

- Cariño, me haces daño- Se quejó Luni apartando bruscamente su brazo del otro.- Quiero que me entiendas, no. quiero. volver. contigo.- dijo enfatizando en cada palabra y mirándolo intensamente a los ojos.

Maiki quedó confundido y comenzó a balbucear mientras buscaba explicación lógica a todo lo que estaba pasando.

¿Luni no quería estar con él? ¿Por qué no? Si eran almas gemelas. Realmente no lo entendía.

¿me perdonas? • maidrogoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora