Monochrome Twins [HunHan]

  “Si sonrieras, yo sería feliz. Y si no hay un mañana, no me importará.”

-       Caress of Venus (L’Arc~en~Ciel).

Monochrome Twins

 

P.O.V. Luhan

Cuando por fin lograba poner mi mente en blanco una suave melodía llegó a mis oídos, y con los ojos aún cerrados traté de adivinar lo que pasaba a mi alrededor. Respiré hondo y cuando solté el aire la tonada que en un principio me había parecido placentera tornó a ser bastante enérgica y estruendosa. Anhelaba una mañana tranquila después de una noche de lío, pero no le di mucha importancia a mi deseo.

Fruncí el ceño en disgusto y me cubrí con las cobijas hasta la cabeza esperando inútilmente aislarme del ruido.

 “No está aquí” me di cuenta. Era imposible para mí no notar su ausencia, aún sin tener que verificarlo con mis ojos. En especial por las mañanas cuando de su lado de la cama solo emanaba un aire frío y tan contrario a Sehun a quién yo siempre sentí tan cálido “Es que tu piel es muy fría” me decía él.

No tuve la urgencia de levantarme a buscarlo. Tenía la seguridad de que estaba cerca, solo no a mi lado.

Me revolví entre las sábanas descubriendo la frescura y suavidad que éstas guardaban. Empujé con las puntas de los pies el vacio dentro de mi pequeño refugio, estirándome con todas las fuerzas que se tienen al despertar.

Me acomodé de lado y observé con dificultad a través de la habitación. Sentado en el suelo frente a una mesita baja de vidrio Sehun limpiaba, con el dedo índice, un polvo blanco del cristal para entonces llevárselo a la boca.

Enseguida estaba de pie y cruzando rápidamente la habitación. Sentí como su peso al borde de la cama hundía levemente el colchón a la altura de mi cintura y sin decir nada se quedó allí sentado, mirándome a través de la sábana que me cubría por completo.

Alcanzó con su mano la grabadora que había acomodado al pie de nuestra cama y bajó un poco el volumen de la música.

Vi como su silueta se volvía a concentrar en mí y con ambas manos me tomó firmemente por las caderas para luego recorrer el contorno de mi cuerpo con las palmas hasta mis piernas y volver a subir. Me retiró la cobija de un tirón y la aventó a un lado.

-Sabía que eras tú…- me dijo bromeando y depositó un beso en mi cadera.

Le sonreí y lo jalé por el cuello haciendo que callera encima de mí.

-¿Quién más podría ser?-.

-Buenos días Luhan-.

-Buenos días Sehun-.

Cuando me besó en los labios noté el sabor de la nieve dentro de su boca viniendo desde sus encías y comencé a sentirme adormecido, pero de alguna manera feliz. Se separó un poco para acomodarse completamente sobre mí  y me volvió a besar.

Estaba seguro de que era de día y de que afuera el Sol estaría llenando cada rincón de la bella ciudad, pero las oscuras cortinas controlaban la luz que pasaría hasta ese cuarto dejándonos en la sombra lejos de muchos curiosos.

Se dejó caer delicadamente sobre mí. Lo único que nos separaba entonces era la delgada tela de ropa interior.

La sensación de la droga en su boca pasó a ser algo más que una esencia y empecé sentirme más despierto y levemente desconcertado, entonces me encontré en cierta manera asqueado.