III. Por último, con mis manos puedo hacer cosas maravillosas, son, por tanto, mi tesoro de vida y las cuido y aprecio cada día porque me enseñaron a valorar los pequeños grandes detalles de la vida.
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III. Por último, con mis manos puedo hacer cosas maravillosas, son, por tanto, mi tesoro de vida y las cuido y aprecio cada día porque me enseñaron a valorar los pequeños grandes detalles de la vida.