12 de noviembre del 2018
00:04 a.m
Me desperté al oír otra vez es extraño sonido, ¿qué es y por qué no para? Aun así decidí seguir durmiendo. Miré el reloj y ya eran las 00:04, se suponía que mis compañeras volverían nada más regresar del instituto y todavía no han vuelto. Bueno, como estaba cansada decidí proseguir con mi sueño.
02:58 a.m
El insoportable sonido había pasado de ser un silbido a un molesto y desagradable zumbido, no entendía de dónde venía y qué era, pero tenía muy claro que no iba a parar y a cada minuto que pasaba cada vez me provocaba más angustia y ansiedad. Saqué unas revistas de mi maleta y empecé a ojearlas, al menos conseguí distraerme un poco.
03:33 a.m
Cuando ya se me había pasado la molestia, fui al baño y allí intenté lavarme la cara. Pero qué sorpresa, el agua no salía del grifo. Poco a poco el sonido también se hizo más fuerte, ya no lo aguantaba más, noté una presencia que me miraba desde atrás. Veloz como un rayo me dirigí hacia la cocina a buscar una linterna, ya que por casualidad, la luz tampoco funcionaba. Ya en la cocina, abrí el primer cajón que tuve a mano y por suerte encontré una linterna y pilas de recambio. Pero alguien, por detrás me noqueo dejándome inconsciente en el suelo.
No sé si pasaron horas, o minutos, quizá segundos, pero lo que si sé, es que se me hizo eterno. Pude escuchar unas voces hablando, distantes, pude notar como si me elevaran. Creo que me dejaron en la cama, o puede que nunca me levanté y todo fue una pesadilla...
07:37 a.m
Me desperté en mi cama, con todo el cuerpo sudado y dolorido. Abrí la puerta del cuarto y noté el olor a tortitas recién hechas.
Entré en la cocina y vi a un grupo de chicas hablando y desayunando en la gran mesa. Vi como una chica se percató de mi presencia. Tenía una gran melena castaña y vestía, bueno, unas ropas un tanto provocativas.
- Eh tú, ¿debes de ser la nueva, no? - Soltó ella, ahora todas me estaban mirando. - Me llamo Charlotte, ¿ Y tú?
- Er... Ho-hola... En-encantada de conocerlas, me llamo... Me llamo La-Lana. - Estaba cansada, desconcertada, dolorida y no me esperaba conocerlas de esta manera. Me esperaba más un apretón de manos nada más llegar a mi habitación una corta presentación y luego todo el mundo a lo suyo. Pero ahora estoy aquí plantada, con una cara de sueño enorme y con pinta de mono de feria.
Después de unos incomodos segundos una de las chicas, que vestía una bonita falda roja y una chaqueta me inspeccionó de arriba a abajo.
- ¿Esa cosa es tu pijama? - Dijo mirándome como si yo fuera rara, mi pijama es un enorme traje de osito rosa peludito y cómodo, a mi me gusta. - Bueno de cualquier manera llego tarde a mi sesión de fotos, bueno no me he presentado, me llamo Eleonor, para las amigas Ely - dijo riéndose, pero de una manera casi perfecta. - Para ti, ama. Bueno me voy.
Salió de la habitación dejando el olor a su perfume, ahora la que estaba a su derecha me miraba como si me estuviera investigando.
- Perdónala, ella es simplemente así, a veces parece que no esta ya que está siempre ocupada. - me dijo, sin apartar la vista sobre mí. - Encantada Lana, soy Aurora, si conoces a alguien o quieres conocerlo y conocer algo más sobre el o ella yo soy la persona ideal. - me dijo guiñándome un ojo.
- Ella es una puta stalker - dijo una chica con el pelo castaño y liso, ella junto con una chica de gafas que no se había percatado mucho sobre mi existencia y estaba más centrada en el desayuno, eran las únicas que llevaban el uniforme.- Encantada, soy Steph.
- No soy stalker, simplemente observadora.
- Ya lo que tú digas.
Apareció otra chica por la puerta, ella llevaba un pijama y no parecía importarle que estuviéramos aquí todas, cogió el desayuno y se fue a su habitación.
- Ah ella es Sidney, no suele hablar ni aparecer mucho por aquí - dijo otra chica con pijama también, ella parecía extranjera era rubia, con ojos y piel clara como la porcelana. - Soy Annie y esta es mi hermana Anielka.
- Ho-hola - Anielka era más bajita y tímida que su hermana mayor. Ella llevaba el uniforme del primer año, al parecer era la más pequeña de todas las que estábamos.
- Y yo soy Sam - dijo alegremente la chica de gafas, al haberse acabado su desayuno, por fin se dignó a hablarme.
- Bueno ya estamos todos, ¿qué tal si te sientas y desayunas con nosotras? - preguntó Charlotte, señalando una silla.
Bueno, ya había conocido a mis compañeras, en menos de una hora empezaría mi primer día de instituto en la ciudad. Estuve tan feliz con mis nuevas amigas, que me convencí a mi misma, que lo de la noche, había sido solo una pesadilla.
YOU ARE READING
«withering»
General FictionLa vida de Lana es normal, hasta que llega a la gran ciudad y tiene que vivir en la residencia de su escuela. Allí conocerá nuevas personas y nuevos puntos de vista de como ver la vida. Son 8 chicas compartiendo momentos e historias.