Tentación.

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Sus ojos de un negro cautivante se posaron frente a una catedral bastante llamativa con diseños al rededor y en la punta una cruz mirando hacia el horizonte, sus orbes brillaron recorriendo el lugar cautelosamente examinado cada detalle, de un momento a otro sintió una descarga de emoción.

Goku dio unos pasos más e ingreso al Interior de está, en la entrada se cruzó con un portero que se hallaba cuidando, el que estuvo dispuesto a acompañarlo en todo su camino, Aunque Goku sabía llegar no le molestó la compañía y amabilidad del portero con él.

Camino hacia los bancos principales y se sentó mirando todo aquello que se encontraba alrededor del escenario, estatuas, flores y demás decorativos, que llamaban bastante la atención, además de dar una acogedora bienvenida a los visitantes.

Esperó tranquilamente teniendo un semblante de relajación, aunque añorando la llegada del Sacerdote al lugar.

Goku escuchó varios pasos, acompañado del rechinar de los asientos, eso solo significaba una cosa

~" Había llegado el Sacerdote" .

La gente con un silencio sepulcral le dio la bienvenida, agachando la cabeza y poniendo sus manos juntas en forma de agradecimiento, de ese mismo modo Goku le siguió el paso a la gente, haciendo lo mismo que ellos.

El sacerdote se adentró caminado hasta el frente y con una voz de autoridad recitó.

- Hoy le daremos las gracias al señor - replicó aquel sacerdote con un semblante pacífico, pero con unas facciones que dirían lo contrario.

La gente comenzó a rezar varias palabras poniendo todas aquellas su fe en forma de agradecimiento a Dios, culminando con un amén dicho por todos los presentes que se hallaban en el lugar.

El hombre miró de soslayo a Goku y giró estrepitosamente su vista hacia las demás personas.

Acto seguido el sacerdote prosiguió con su discurso

- Hoy iremos al confesionario a liberarnos de nuestros pecados - Dijo con una voz decidida.

El sacerdote se bajó de aquel escenario y fue en dirección al confesionario, un lugar que consiste en entablar una conversación con el sacerdote, a través de una ventanilla que posee un velo para preservar la identidad de la persona y los pecados de quién se esté confesando, manteniéndolos estrechamente secretos con el sacerdote.

Las personas una a una iban entrando, tardando varios minutos en salir de aquel recinto, Goku levantó su vista podía ver de todo, gente que salía llorando, otras que tenían un rostro totalmente relajados, mientras que en otros casos se notaba la decepción, enfado y otro tipo de expresiones.

Goku se levantó de su asiento, ahora era su turnó. Caminó muy relajado hacia el confesionario jugando con sus dedos en el camino para que el panorama de alrededor no lo inundará, Goku llegó y entró a la cabina que se encontraba vacía, divisó un pequeño banco y se sentó allí esperando en cualquier momento la voz del otro lado.

- hoy que asistes a este lugar tan sagrado buscando el perdón y consuelo, dime qué pecado as cometido - se escuchó del otro lado con una voz totalmente neutral.

Goku levantó su vista y se acercó lo más posible a la separación que había entre ellos

- Sacerdote he cometido algo muy malo - Dijo tratando de demostrar preocupación de su problema, aunque realmente no era lo que pensaba.

- Dime qué es aquello que te atormenta - pronuncio el sacerdote notándose de alguna forma la pizca de interés que tenía.

Goku dio una pequeña sonrisa y prosiguió

- Sacerdote mi pecado ha sido enamorarme de usted - Dijo con un notable tono pacífico a la vez que acercaba sus dedos a esa pequeña separación que había entre ellos metiendo algunos dedos entre los orificios de la ventanilla dejando que éstos viajarán a la vista del que se encontraba al otro lado.

Pecado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora