Un dia de zupeheloina.

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Yo, una fantástica madre, ayudo a mis hijos en todo lo que pueda. (Salvo los deberes, trabajos, etc.)

Por eso, hoy pienso ser una supermamá.

Que ayudará a resolver problemas.

A luchar contra el mal, o sea, mis hijos.

Y sobre todo...a mantener la paz en la faz de esta casa.

Flash black.

-¡No entiendo biología!- se quejó Isabel golpeando la mesa.

-¡Pues estudia!-Diego imitó a Isabel.

-¡Aaa-yyy!- pegó a Diego, sonriendo. Su grito fue como...una cerda pariendo.

-¡Aaa-yyy!-utilizó el mismo tono, este era peor aun, parecía un travesti.

-¡AA-YYY!

Hijos en peligro.

Alerta.

Alerta.

Alerta roja.

¡Supermamá en acción!

Abrí las puertas.

-¡No temáis!- me levanté.-¡Ya está aquí la superma...!

Choqué con la puerta y caí al suelo con un plof. Todo mi alrededor giraba. ¿Por que mi pastosidad me acompaña fielmente?

-¿Mamá?- Isabel se levantó de la silla.-¡Mamá! Por el amor de Dios...¡qué hacías metida en el armario!

¡Mierda! ¡Han descubierto mi base secreta! ¡Corre, IMPROVISACIÓN!

- Ya eta aquí la zupeheloina...

¡Ja! ¡Toma! Lo he improvisado perfectamente.

-¿Qué haces vestida de...de...? ¿Una mendiga?

- ¿Pefdona? ¡Voy veshtida de una zupeheloina!

-Si si, tu si que has tomado heloina.

- Espera...¿¡eso no es mi camiseta!?- qué mala hija, me lo intentó quitar. Encima que le doy el honor de ponérmela.

-¡Calla y ayúdame!
-¡Wii! ¡La zupeheloina vuela!- no tardé mucho en caerme en el suelo. Anda que...¡vaya poderes más débiles que tengo!

-Pero ¡cógela bien, Isabel!

- ¡Es que pesa mucho!

- La la la...jajajaja.- canté, porque no sabía si llorar o reír. Mis poderes eran demasiados flojos, no podía ni siquiera estar en el aire más de un minuto.

- ¡Mira lo que la has hecho!

- Pero...¿mamá?

Levanté la mirada y encontré a tres figuras.

Oh no, ¡están viniendo más villanos!

¡Retirada! Quise arrastrarme por el suelo pero mi cuerpo no contestaba.

- Y ¿Alex?-pregunto Diego.

- Está en clase de guitarra.- contesto Alba.- Uo uo ¿qué ha pasado?

- Nada...que mamá se escondió en el armario vestida de...de...bueno, no sabemos lo que es, y al salir, se dio una hostia en la cabeza y cayó al suelo con un plof.

- Si, y luego Isabel no sujetó bien a mamá y se dio otra hostia en la cabeza. Pa mi que hay que llamar a urgencias.

-¡Que urgencias y que chorradas! ¡Ayúdame!

Volví a flotar. Ooh, mis poderes están renovados.

- A la de tres.- habló Isabel.- Una...dos...¡tres!

¡Me siento libre! ¡Libre como el aire!

Choqué con el sofá, creo. Reboté por mi maravillosa flexibilidad y caí en el duro suelo, otra vez.

- Hoztia puda...

-¡Mamá!

- Pero...¡porqué la hemos tirado así!- chilló Carla.

-No lo sé.- contestó Isabel rascando la cabeza.- Es que así es mucho más divertido... En las películas funciona.

Se río nerviosa al ver que su plan era un fracaso y que nadie se reía con ella.

- La zupe-heloina... Zoy la zup-peheloina...

- Que mal que está...- comentó Gerard, negando la cabeza.- No sé si es bueno o malo tenerla como madre...

-Pero ¡Ayudadme!- pidió Alba intentando levantarme. Me levantó medio cuerpo y me soltó. Otro golpe en la cabeza.- Ups... Lo siento, mamá. No es mi culpa que peses tanto.

¡Wii! Volar es muy divertido pero, cuando se aterriza, la cosa cambia un montón.

- Agua...agua.- patatas...patatas fritas.

-¿Qué dices, mamá?- preguntó Alba, acercándose su oreja.

-Agua...- hamburguesa.

-¿Qué? No te oigo...

- Agua... ¡Agua! ¡QUE ME DES AGUAA!

-¡Auu!- se tapó las orejas.-¡Ha dicho que quiere agua!

-Vale, pero ¡ no hace falta que grites!-imitó Diego.

-¡Lo siento!- se disculpó Alba con el mismo tono.

Isabel desapareció y volvió con un vaso de agua.

-¡Lo tengo! ¡Lo tengo!- vino corriendo y tropezó.-¡Lo sigo teniendo!- se levantó mal y... Vi cómo el agua se acercaba a mí.- Espera.- Isabel miró al vaso.- Ah, pues no lo tengo.

El agua golpeó mi cara y mi cuerpo.

-¡Si, sigo teniendo aún!-caminó hacia mí y se resbaló con el agua del suelo. La muy hija de su madre, me tiró medio vaso de agua y el vaso. El impacto debió desmayarme porque no escuché nada.

Consejo de zupeheloina:
La primera es, no tener base secreta un armario. Te puede pasar lo que me ha pasado a mí. Seguro que no querrás que eso ocurra ¿verdad?
La segunda es que, si tienes una hija como Isabel, nunca y digo NUNCA le dejes que te traiga un vaso de agua. Es muy capaz de tirarte lo que tiene en manos para defenderse.
La tercera no es un consejo sino ¡qué me retiro! No soy capaz de derrotar a los malvados, dejaré este peligroso trabajo para los grandes profesionales. No es que yo no lo sea, que lo soy, por cierto. Sino que prefiero cuidar de mis hermosos y maravillosos hijos.
(Lo que me ha pasado hoy, le pudo haber pasado cualquiera. Yo soy una DIOSA)

¡VAYA FAMILIA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora