Elua

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Debido a que algunos perciben connotaciones negativas en el término "víctima", muchas de los y las afectadas, y las organizaciones e individuos que las apoyan, prefieren el término "sobreviviente".



Narra Kihyun;

Mi reloj marcaba las diez y cuarto, y eso me ponía los pelos de punta por estar llegando tarde. Al no conocer al tipo con el que trataría no podía hacer más que temer por las consecuencias de estar retrasado. Pronto vi como la puerta del tren se abría en su última parada y los pocos pasajeros que quedaban bajaron, incluyéndome.

Corrí, aunque no estaba en mis planes llegar todo sudado, pero peor sería demorar todavía más. El parque se hallaba vacío a excepción de una figura masculina que descansaba parado bajo la luz de un farol.

Regularicé mi caminar cuando un metro de distancia era lo único que nos distanciaba, haciéndolo desaparecer enseguida. Me vi en la obligación de tragar con fuerza, era jodidamente sexy, en especial ese mar negro que me observaba con lujuria. Pequeños cabellos acariciaban su frente y sus labios parecían invitarme en silencio a besarlos.

─Llegas tarde.

Y si su aspecto no había logrado hacerme enloquecer, su voz grave había hecho que mi mente volara lejos de ese sitio. En efecto, necesitaba tenerlo en mi interior.

─El tren iba súper lento, échale la culpa al chófer ─Me encogí de hombros con una pequeña mueca decorando mis labios, la cual al parecer se le hizo divertida al menor puesto que rió en respuesta.

─Espero que recompenses el tiempo perdido.

Sonrió. Lo imité.



Ahora comprendía la razón de porqué Minhyuk me había cedido a aquel cliente.

Me hallaba con mis muñecas aprisionadas contra el respaldo de la cama gracias a un cinturón de cuero que lograba cortar la circulación de mi sangre y mi rompa interior que hacía el intento de tapar mi evidente erección. Porque sí, las caricias y besos que anteriormente Changkyun me había dado encendían a cualquiera.

Su boca recorría mi vientre con sumo cuidado de no dejar un sitio sin marca alguna de beso. Min me había dicho que tenía que poner orden si no deseaba aquello, pero joder, ¿quién se resistiría a los chupetones de este hombre?

-Changkyun...

Mis piernas rodearon su cintura hasta que me encontré lo suficientemente cerca de su cálida piel.

─Fóllame, ¿sí? Fóllame duro ─Al finalizar la oración, un jadeo se escapó de mis labios, pues su mano jugaba descaradamente con el filo de mi única prenda. Necesitaba presumirle a Minhyuk lo buena que sería esa noche, y luego reclamar a ese cliente como mío, claro.

Uno, dos, tres gemidos más abandonaron mi garganta mientras sus traviesos dedos acariciaban mi miembro por sobre la tela, humedeciéndose con el presemen que manchaba la misma. Iba a correrme con tan sólo eso y no podía permitirlo, si iba a ensuciar las sábanas sería mientras él se encontrase dentro de mí.

Hice a un lado mi ropa interior con mis piernas junto a la mano adversa, y luego las abrí, invitando al menor a entrar. No tardé mucho en sentir su longitud rosar con mi entrada.

Quería ser embestido salvajemente porque, lo admitía, había visto miembros más grandes que aquel.

─¡Changkyun! ─Una estocada brusca fue lo primero que recibí. Precisaba dilatarme, joder, precisaba hacerlo, aunque estuviese acostumbrado al sexo dolía si antes no me había dil...

─¡Oh! ─Mis ojos se cerraron cuando comenzó a salir y a entrar. Era doloroso, pero amaba como se sentía su polla, por lo que volví a enredar mis piernas en su cintura, buscando profundizar sus movimientos con ímpetu. 

─¡Más! C-Changkyun, más duro...─Obedeciendo, el castaño llevó ambas manos a mis hombros y tiró de estos, haciendo sus embestidas aún más completas.

─¡Ahí, dame ahí! ─Había encontrado mi punto y sólo se limitaba a golpearlo con brusquedad, provocando que pequeños espasmos me invadieran y mis uñas se clavaran en su fina piel.

De repente, todo a mi alrededor se nubló, y de lo único que pude ser consciente fue de sus manos girando mis caderas hasta que mi estómago toco el edredón. Temblé.

─E-Espera... ─Quise hablar, pero él ya estaba introduciendo su miembro nuevamente, y fue allí, justo allí, cuando pequeñas escenas del pasado inundaron mi mente y lograron que de mis ojos brotaran lágrimas incontrolables. En esa posición, yo...

─Ugh... C-Changk...

Pero el llanto fue en silencio. Y tal vez por eso, él no notó mis pómulos húmedos y mis agudos e inaudibles chillidos de miedo. Sí, por primera vez después de tanto tiempo, me sentí violado .



─Me duele el trasero.

─A mí el alma.

─Tu sarcasmo duele más que el pene de Wonho.

─Mi dinero.

─Oh, verdad. ¿Te parece encontrarnos ahora en la cafetería? ─Suspiré con recelo ante su tono tan confiado, y también por el hecho de que aquel cuerpo pálido todavía yacía durmiendo a mi lado. Aparté las sábanas y bajé los pies hasta sentir el suelo bajo ellos.

─Dame unos minutos, ¿sí? ─Ahogué un gemido de dolor cuando me incorporé y mis piernas flaquearon. Ouh...

─¿Café o solo un pastelito?

─Café.

─Apúrate ─El pí-pí-pí me dio a entender que la llamada ya había acabado. Busqué con la mirada mis pantalones y sonreí al encontrarlos junto al televisor de aquel dormitorio de hotel. Mas me fue imposible tomarlo ya que un brazo sujetó mi cintura con fuerza, sorprendiéndome.

─¿A dónde vas? ─Balbuceó, con claros rastros de sueño, y sólo pude reír con nerviosismo.

─Preciso irme...

─No ─Tiró del agarre hasta pegarme a su pecho y me envolvió con su brazo restante.

─Changkyun, de verdad necesito hacerlo, tengo más clientes que atender y... ─Gruñó sonoramente y me encerró con sus manos, impidiéndome salir. Ese niño, por muy intimidante que fuese me estaba colmando la paciencia.

Pellizqué su hombro hasta que lo oí gemir y me liberó, aproveché entonces para levantarme y tomar mis pertenencias, vistiéndome a una velocidad inhumana, siquiera me había tomado el tiempo de limpiarme, seguramente aún tenía su esencia en mi interior. Ignorando aquella incómoda sensación, finalicé de ponerme mis zapatos. Pero de nuevo me impidió huir al levantarse igualmente y abrazarme por la cintura.

─Hagámoslo una vez más... ─Sus palabras eran vagas pero las mías eran firmes. Alejé su mano y suspiré con frustración. No iba a volver hacerlo, en primera instancia porque no me sentía bien emocionalmente y además de que mi cuerpo no lo soportaría, por lo que estiré mi mano en su dirección para recibir mi dinero y poder largarme de aquella apestosa habitación.

Me pagó como es debido y sonreí, seguido de tomar el pomo y abandonar el sitio. Dejó de insistir y simplemente cedió a que me fuera, así que sin problema alguno, me dirigí a mi destino, aunque claro, tuve que disimular lo difícil que se me hacía caminar.

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⏰ Last updated: Dec 23, 2017 ⏰

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Drowned Suffering. ❞Where stories live. Discover now